Capítulo 28 - Celos.

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—Pásame la esponja—ordenó Mackenzie.

Me encontraba ayudando a mi amiga a lavar los trajes de su padre, pues resulta que no sólo la sala, la habitación de Andrew y el pasillo de la segunda planta eran un desastre; también lo eran esos trajes. El pequeño demonio confesó—luego de ser amenazado con su padre, que si no decía la verdad el cuco vendría a comérselo en la noche—que su rubio amigo y él, los habían utilizado como lienzos para pintar con sus crayolas.

En fin, el tío Luca se enojó tanto con ambos que los castigó, a Drew por hacer sus travesuras y a Kenzie por no vigilar a su hermano. Y mientras el italianito no puede salir a jugar ni ver televisión, la italiana no puede salir y debe hacer una lista de deberes, la cual incluye lavar dichos trajes.

Claro que yo como buena amiga, me ofrecí a darle una mano, pues si la dejaba hacer todo sola, iba a terminar más que exhausta.

Le pasé el esponjoso cuadrado verde—Ya casi se le quita la mancha—traté de animar.

—Si claro, y Tyra Banks vive al lado—rió sarcásticamente.

—Vamos, no seas tan pesimista, ya sólo nos falta...—me giré a ver la lista de deberes que el tío había pegado en la pared—Trapear la sala, ordenar las habitaciones, lavar los platos, limpiar el baño y doblar la ropa de la cesta limpia, para cuando sean las cuatro de la tarde, quince minutos antes que venga tu padre, estaremos libres.

—¡Argh!—tiró la esponja y el traje—¡Odio ser la mayor!—me estaba acercando a darle un abrazo consolador, cuando me atacó:—¡Oh, tú no me vengas con "Tranquila, te comprendo"! ¡No comprendes esto! Tú eres la menor, Sidney es la que pasó por la desgracia que estoy pasando, mientras tú estabas como Andrew, sin frustraciones—gruñó.

—¡¿Y yo qué te hice para que me trates así, malagradecida?! ¡Después de mi ayuda, así me pagas!—dije ofendida, frunciendo el ceño—Sé que no he pasado por lo mismo que tú, pero al menos te apoyo.

—Lo siento, no debí decir eso—sacó su labio inferior en un puchero—¿Me perdonas?—dijo extendiendo los brazos en señal de un abrazo.

—Que bipolar estás el día de hoy, seguro te vino—bromeé abrazándola—Ahora terminemos con esto si no quieres que tu papá se enoje más que ayer—me separé de ella.

—Mejor vamos a trapear la sala, luego termino con el saco—hizo una mueca restándole importancia.

Nos dirigíamos al cuarto de limpieza, cuando mi celular comenzó a sonar en mi bolsillo. Al ver su nombre en la pantalla dudé en contestar.

—Atiende, no seas maleducada—dijo Mack viendo la pantalla con la llamada entrante.

Haciéndole caso, deslicé mi dedo con el botón verde, y seguidamente lo puse en altavoz—Hola.

—Hola ________—se aclaró la garganta—Sé que te estarás preguntando por qué te llamo.

—¿El brujo del minion te lo dijo?—bromeé para alivianar un poco.

—¡Te escuché, oxigenada!—gritó al fondo, Gavin, provocando que ambas rieramos—¿Estás con Mackenzie? De ser así, ¡Hola amargada número dos!

—Hola azul—respondió mi amiga.

—Basta de saludos—se volvió a escuchar la voz de Bradley por la línea—Bueno Lachey, te llamaba para saber si estás disponible por la tarde.

—Eh...—dirigí mi vista a la italiana, quien asintió con la cabeza rápidamente—Creo que si ¿Por qué?

—Es que recordé que el día del incidente de Doby, quedé debiendote un helado y estaba pensando que deberíamos salir a comerlo.

Sigueme La Corriente➡️Bradley Steven Perry y TúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora