Sigueme La Corriente➡️Bradley Steven Perry y Tú

Capítulo 46 - Nunca lo dudes.

Corría sin rumbo. No tenía la intención de regresar al río, que el tío Luca me viera llorando y me preguntara qué pasó porque no tenía cabeza para mentirle; y tampoco quería ir a la cabaña porque sabía que mi pobre pie no resistiría lo suficiente.

Así que cuando ya no aguanté más, me senté en una gran roca que había en el lugar, aunque sinceramente no tenía ni idea en qué parte del bosque me encontraba, lo único que me importaba en ese momento es estar lejos de todos, especialmente de él.

Masajeaba mi pie para tratar de aliviar el dolor que yo misma me había causado, pero era en vano. Las lágrimas no cesaban, sufría mucho dolor tanto físico como emocional.

Lo que siento por Perry se ha vuelto tan fuerte, que creo ya se le podría considerar enamoramiento. Por mi mente pasaban todos los momentos que pasamos juntos, uno tras otro, sólo me empeoraban. Era realmente increíble cómo dejó que todo se destruyera por un calentón.

Creí que me quería tanto como yo a él, pero parece que siempre tuvo sentimientos albergados por Sabrina después de todo lo que le hizo. Un idiota, eso es lo que es.

—¡________! ¿Dónde estás?—gritaban a lo lejos, podía reconocer las voces de Sidney, Gavin y Bradley, pero la de este último retumbaba con fuerza en mi cabeza.

Quería seguir corriendo para que no me encontraran, pero no arriesgaría más mi pie, así que la única opción que tuve fue quedarme callada. Si no emito ruido, no sabrán que estoy aquí.

Sin embargo, como nada conspira a mi favor, los pasos y voces se escuchaban cada vez más cerca, hasta que pude divisar a mi hermana saliendo de detrás de un árbol, con los dos chicos detrás de ella.

—¡Cordillera!—chilló emocionada, corriendo hacia mí para abrazarme—. No vuelvas a desaparecer así—tomó mi rostro entre sus manos para limpiar mis lágrimas con sus pulgares—, ¿estás bien? ¿Te golpeaste? ¿Y tu pie? ¿Te duele mucho? ¿Necesitas un masaje?—comenzó a llenarme de preguntas a la vez que buscaba las respuestas con su vista, viéndome de pies a cabeza.

—Estoy bien, sólo quiero estar sola—dije, dándole énfasis a la última palabra, dirigiendo mi vista a Bradley, quien se encontraba a escasos metros de nosotras observando la situación.

El ambiente se volvió realmente tenso dado mi comentario y la mirada asesina que le sostenía a Perry.

—Linda... creo que deberíamos volver al río, pronto será la hora del almuerzo y don Luca comenzará a preguntar por nosotros—mencionó Gavin a Sid. Ella me miraba como preguntándome qué hacer, pero yo ni me inmutaba.

—Vale, luego nos alcanzan, creo que tienen mucho de qué hablar—dijo antes de irse caminando junto al chico, dejándonos solos al idiota y a mí.

Cuando ambos se perdieron de mi vista, bajé la cabeza, manteniendo mi vista hacia el suelo. Ahora que estábamos solos, sabía que si cruzaba mirada con él, me volvería vulnerable.

Él se acercó hasta sentarse a mi lado, a la vez que yo me moví un poco, dejando más espacio entre nosotros. Seguía mirando el suelo, hasta que él por fin abrió la boca.

—________, necesito que me escuches, aunque no quieras, pero tengo que contarte la verdad detrás de lo que escuchaste e imaginaste—posó su mano en mi brazo, haciendo que apartara este bruscamente y me girara a verlo de una vez por todas.

—Si me tocas una vez más, te juro que yo misma te cercenaré la mano—amenacé, y parece que sintió la seriedad en mis palabras pues volvió su mano a su lugar—. Habla rápido, tengo hambre.

Relamió sus labios, como buscando las palabras correctas, mientras yo frotaba mis ojos, tratando de calmar la hinchazón que tenían.

—Pues verás, la noche de tu fiesta realmente me había quedado más tarde en el set porque estábamos terminando de grabar unas escenas de acción muy elaboradas, además de los promocionales para esta temporada. Terminé tarde por lo que me apresuré a ir a mi casa y cambiarme; cuando abrí la puerta para irme, me encontré con Sabrina que en cuanto me vió plantó sus labios contra los míos—¡pum! otra punzada en mi corazón—. Rápidamente la empujé y rompí el beso, además de exigirle una explicación del por qué lo acontecido. Ella me pidió que retomaramos nuestra relación, que Theo nunca me reemplazó ni lo haría porque siempre ha tenido un lugar especial para mí en su corazón.