Sigueme La Corriente➡️Bradley Steven Perry y Tú

Capítulo 39 - Confesiones en la habitación de Sidney.

Dos pares de ojos recaían sobre mí, curiosos, esperando a que respondiera a su pregunta.

Una parte de mí quería decir la verdad y así descubrir lo que verdaderamente sentía mi hermana, necesitaba saber si su amor por Bradley ya había cesado o si aún tenía sentimientos hacia él. Sin embargo, la otra parte de mí quería salir del asunto por la manera fácil: mintiendo.

—Yo... salí a comprar pan—dije lo primero que se me vino a la cabeza.

¿Es en serio? No sé por qué trato de mentir cuando sé perfectamente que soy mala haciendolo.

—¿Pan?—Sid frunció el ceño—, ¿quién diablos sale a comprar pan a las ocho de la noche y tarda una hora en regresar?

—Es que... tenía hambre, y... el lugar estaba lleno—sonreí nerviosa.

Era obvio que no iba a creerme, ni yo lo creería, pero me daba unos cuantos segundos para organizar mis ideas antes de abrir la boca.

Mackenzie, quien al igual que mi hermana me miraba incrédula, se aclaró la garganta.

—Bien, _______, las tres sabemos que lo que dices no tiene ni una pizca de verdad, así que es mejor que hables por tu cuenta si no quieres entrar al interrogatorio—amenazó la castaña.

Tomé aire, reuniendo todo el valor que tengo, para pronunciar:

—Salí con Bradley—ambas elevaron las cejas debido a mi sorpresiva respuesta—, y nos hemos besado.

Al pronunciar lo último, las dos gritaron un "¡¿Qué?!" al unísono. Cerré los ojos, esperando un golpe con la almohada—como mínimo—por parte de Sidney, pero después de unos segundos en que no pasó nada, volví a abrirlos.

Tanto Sid como Mack estaban con la boca abierta, que si se pudiera, creo llegaría al piso; además de los ojos abiertos de par en par.

—Primero tu hermana admite que está saliendo con azulito, y ahora tú vienes y dices que te besuqueaste con tu novio falso—mencionaba mi amiga, aún sorprendida—. Demasiadas confesiones por hoy.

—Entonces tú y él...—trataba de procesar, viendo hacia el suelo—, ¿se gustan?

Al preguntar eso, se giró a verme con una mueca confusa. Sus ojos me suplicaban fuese sincera, era como si mi respuesta fuera a dolerle, pero de igual manera quería enterarse.

—De eso justo quería hablarte—puse mi mano en su hombro, viéndola justo a los ojos—, sé has amado a Bradley por años, me lo has dejado muy en claro siempre, mas ahora yo también he comenzado a sentir cosas por él, y... resulta que él por mí también—mordí el interior de mi mejilla.

—¿Desde cuándo?—fue lo único que salió de su boca.

—Uh... ¿recuerdas aquella entrevista en la que Julie y Perry se besaron?, por la que hiciste un escándalo—reí al venirme a la mente ese recuerdo.

—Sí, también recuerdo que dije la mataría si lo volvía a besar—estiró los labios haciendo una duck face.

Reí—Pero tú no me matarías, ¿verdad?

Entrecerró los ojos—No lo sé, tú dime.

Dejé de reír y me alejé unos centímetros de ella. Había que tomar medidas ante cualquier percance.

Debido a aquello, fue ella quien ahora se echó a reír.

—Wow, no puedo creer el miedo que me tienes—decía entre carcajadas—. Hermanita, nunca, por nada del mundo te lastimaría.

—¿Aunque guste de tu crush famoso?—jugueteaba con mis dedos como una niña pequeña.

—No, ni por eso—negó con la cabeza, divertida—; si se gustan, no puedo hacer nada contra eso. Además, aún admiro a Bradley y siempre lo haré, pero ahora Gavin es quien me gusta.