NUESTRO MUNDO; Uzumaki Naruto. ✓

Capítulo 31: La chica de la prisión de hierro.

Después de haber encontrado la espada que tanto buscaba Suigetsu, nos dirigíamos a una prisión en busca de otra persona.

—¿Puedo preguntarte algo? —preguntó Suigetsu.

—¿Qué cosa?

—¿Por qué estas reuniendo un equipo?

—Tengo un objetivo...y tengo más posibilidades de lograrlo con un grupo pequeño.

Mientras ellos conversaban, yo miraba alrededor, pero no había nada nuevo que ver, ya que nos encontrábamos caminando sobre el agua para llegar a aquella prisión.

—Que aburrido... —murmuré. Sentí como algo se posicionaba en mi hombro. —Oh. ¿Qué sucede amiguito? —le pregunté a aquella gaviota que se había posicionado en mi hombro.

Busque en mi bolsillo algo de comida, pero no tenía nada y entonces aquella ave comenzó a irse.

Cuando la gaviota se fue me di cuenta de que habíamos llegado a la tan dichosa prisión.

—Deberían de tener un poco más de seguridad. —decía Suigetsu para luego tomar su espada. —Ábrete sésamo.

Suigetsu cortó aquella puerta dejándola en pedazos, pasamos por aquellos escombros para adentrarnos a la prisión.

Pasamos por un lugar donde tenían a varios prisioneros, ellos nos miraban detenidamente por lo que activé mi Byakugan haciendo que retrocedieran, sonreí al ver sus reacciones y luego lo desactivé al ver que Sasuke y Suigetsu se detenían.

Frente a nosotros se encontraba una chica pelirroja con lentes, ella veía fijamente a Sasuke mientras colocaba sus manos en sus caderas.

—Así que eres tú después de todo...Sasuke.

—Oye nosotros también estamos aquí, Karin. —decía Suigetsu.

—¿Qué te trae por aquí? —le preguntó a Sasuke ignorando nuestra presencia.

—Que descortés. —murmuré.

—Hemos venido caminando desde muy lejos y estamos cansados. —dijo Suigetsu acercándose a Karin. —Debemos de hablar contigo. ¿Por qué no nos invitas a pasar?

—¿De qué quieren hablar?

Nuevamente miró a Sasuke pasando de Suigetsu.

—Ya te he dicho que estamos cansados. —bufó Suigetsu.

—No me molestes.

—Basta. —les detuve de manera sería. Ambos me miraron atentamente. —Tan solo terminemos con esto pronto.

—Primero que todo entremos. —dijo Sasuke comenzando a caminar.

Suigetsu y Karin comenzaron a seguir a Sasuke, yo iba a ir, pero me detuve al ver un pequeño dado en el suelo; lo tomé en mis manos y miré hacía la celda encontrándome con la mirada aterrada de un hombre.

—¿Es tuyo? —pregunté de manera neutra a lo que él asintió asustadizo. —¿Lo quieres?

—S-Si...

Extendí mi mano con el dado y antes de entregárselo lo aplasté sin piedad, para luego entregárselo hecho polvo.

—Nunca dije que lo entregaría en todas sus piezas.

Aquel hombre miró su dado pulverizado por lo que solté una risita al ver esa reacción.

Luego de eso comencé a dirigirme con los demás, mientras caminaba me topé con Suigetsu el cual jugaba con unas llaves.

—Así que andabas por aquí. —decía con una sonrisa. —¿Por qué no me acompañas a dejar libres a los que se encuentran en esa celda?

—No me interesa.

Seguí caminando hasta encontrarme con una puerta, iba a abrirla, pero aquella puerta se encontraba con llave y cuando oí las voces de Sasuke y Karin me quedé un poco malhumorada.

Activé mi byakugan para ver que sucedía en esa habitación, entonces me encontré con la dichosa escena donde Karin estaba abrazando coquetamente a Sasuke.

Fruncí el ceño al ver aquella escena, concentré bastante chakra en mi palma para luego golpear la puerta haciendo que esta se destruyera.

—¿Qué es lo que sucede?

En ese momento había llegado Suigetsu.

—Aléjate de él. —digo molesta sin quitarle la vista a Karin. La muchacha se separó rápidamente para sentarse del otro lado. Pasé por encima de los escombros de la puerta para acercarme a Sasuke. —Ya deberíamos de irnos, Sasuke.

—Ella tiene razón. Karin no vendrá.

—Te equivocas. Ella vendrá con nosotros.

Cuando oí eso me acerqué a Karin para tomarla del cuello de su ropa.

—No quiero verte apegada a él. —digo fríamente. Ella no dijo nada, simplemente sostuvo sus lentes por lo que la solté y miré a Sasuke. —Vayámonos.

—Solo falta Juugo.

—¿Qué? —dijo desorientada Karin. —¿Irán a ver a Juugo?

—No tonta. Iremos a ver a Orochimaru. —digo con una sonrisa para luego verla de manera sería. —Ya lo has oído.

Karin solo me vio con molestia a lo que simplemente la ignoré.

—Andando.

Sasuke se levantó para comenzar a irse, todos nosotros comenzamos a seguirlo y en el camino podía oír como Karin decía que el chakra de Suigetsu era molesto.

❇❇❇

Luego de que encontráramos a Juugo y convenciéramos de que se uniera a nosotros, comenzamos un viaje en busca de rastros de Uchiha Itachi.

—Desde aquí nos separamos. —dijo Sasuke.

—¿Estás seguro de que quieres que todos nos separemos? —preguntó Karin. —Podríamos ir ambos y encontrar información.

—Solo quieres aprovechar de tener tiempo a solas con él. —se burló Suigetsu.

—Ve a buscar información, Karin. —digo fríamente. —No importa si no vuelves.

—____. —me llamó Sasuke. Lo miré a lo que él se acercó y tocó mi cabeza. —Ten cuidado.

—Te encontraré fácilmente con mi Byakugan. —digo colocando mis manos en mi cadera. —Encontraremos a Itachi.

—Ya saben lo que deben hacer en cuanto sepan algo.

—Sí.

Todos comenzamos a irnos a buscar información que nos lleve al paradero de Itachi, yo comencé a saltar sobre las ramas de unos árboles buscando con mi byakugan para ver si lograba, aunque sea verlo.

Mientras iba saltando no encontraba nada, pero entonces me detuve en seco al ver a una persona en especial.

Naruto.

Él se encontraba junto a un hombre que no había visto antes, ambos se encontraban conversando junto a un tipo que se ocultaba con su capucha y entonces me di cuenta de que aquella persona era Kabuto y que la mitad de su cuerpo era extraña.

Ladee mi cabeza para dejar de verlos, no debía de desconcentrarme con ellos, yo tenía que encontrar a Uchiha Itachi para que así Sasuke concretara su venganza.

Iba a saltar una rama, pero entonces mi capa fue sostenida por algo y cuando me di cuenta estaba rodeada de unos perros.

En ese mismo instante aparecieron mis antiguos compañeros.