Capítulo 42: Los sentimientos de una Hyuuga.

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Miraba atentamente al hombre, a mi lado se encontraba Konohamaru formando unos sellos y al ver esos sellos supe de qué se trataba.

—Andando.

Di la orden de ir, yo fui primera a darle un golpe a aquel miembro de Akatsuki, pero como era de esperarse me esquivó y me tomó del brazo; con mi byakugan ya activado le di un golpe en uno de sus puntos de chakra con dos dedos haciendo que me soltara.

—¡Ahora!

Konohamaru apareció detrás con el Rasengan ya formado y entonces lo golpeo haciendo que este chocara con una de las paredes.

—¡Ahora, ___ nee-chan!

Volví a formar aquel dragón e iba a golpearlo, pero inesperadamente aquel tipo desapareció.

—¿Qué? —digo confundida deshaciendo mi técnica. Comencé a buscar con mi byakugan, pero no los encontraba en ninguna parte. —¿Se han retirado?

—¡__-___nee-chan!

Konohamaru gritó desesperado y entonces me di cuenta de lo que sucedía, toda la aldea comenzaba a destruirse.

—¡Konohamaru! ¡____-san!

Ebisu nos había abrazado para así protegernos y en ese mismo instante apareció una babosa comenzando a rodearnos.

Cuando la babosa nos dejó salir pude ver como todo se encontraba completamente destruido, activé mi byakugan viendo como había personas que lograron salvarse y otras que no.

—¿Se encuentran bien? —preguntó Ebisu.

—Sí, pero tú no te ves muy bien. —digo al verlo con una pierna rota. —¿Puedes cuidarlo, Konohamaru?

—¿Qué piensas hacer, ___nee-chan?

—Buscaré a mi hermana.

Konohamaru asintió a lo que comencé a irme en busca de mi hermana, iba saltando los escombros y buscando con mi byakugan, hasta que logré dar con ella.

—¡Hanabi! —exclamé preocupada acercándome rápidamente. —¿Te encuentras bien?

—Solo obtuve unas pequeñas heridas en mi brazo derecho. —respondió con una sonrisa. —¿Tú estás bien?

—No te preocupes por mí en estos momentos. —digo buscando entre mis cosas una venda para luego comenzarla a rodear en su brazo herido. —Debes preocuparte por ti.

Yo tenía un fuerte dolor en mi brazo izquierdo, sin embargo, no iba a dejar que ella se enterara y preocuparla.

—Pero eres mi hermana mayor. —me dijo. —Me preocupo porque eres de mi familia.

Sus palabras me conmovían.

—¡___!

La voz de Kiba llegó a mis oídos, él se oía bastante preocupado, miré en su dirección viendo como él se acercaba con rapidez junto a Akamaru y al momento de llegar a nuestro lado se bajó de su perro, y me abrazó.

—¿Qué crees que haces, Kiba? —pregunté con molestia. —No es momento para abrazos.

—Lo siento. Solo me alegra que estés con vida. —decía separándose. —Eres mi compañera de equipo y me preocupabas.

—Vaya. ¿Así que ahora soy tu compañera?

—Esa vez no estaba pensando bien. —decía juntando sus manos. —En verdad lo siento.

—Ya está, Kiba. —coloco una mano en su hombro. —Pero la próxima vez que te olvides de mí te golpeo con mi byakugan.

—No me imagino cuanto deben doler tus golpes ahora. —dijo tragando en seco y entonces Akamaru ladró. —¿Eh? ¿Qué dices, Akamaru?

NUESTRO MUNDO; Uzumaki Naruto. ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora