NUESTRO MUNDO; Uzumaki Naruto. ✓

Capítulo 55: Nuestro mundo. [Final]

Advertencia: Lemon.

Estaba en mi casa recostado en mi cama, el día de hoy no tenía nada que hacer y por eso me encontraba en mi casa sin hacer nada.

—Me siento aburrido...—murmuré y en ese entonces leves golpes se escucharon. —¿Mmm? ¿Quién será?

Me levanté para abrirle a la persona que estaba golpeando, cuando abrí me encontré con mi novia.

—Espero no interrumpir tu descanso. —decía con una sonrisa. —He venido a verte.

—Siempre es un gusto verte, ___-chan. —sonreí ampliamente dejándola entrar. —Eres mi novia y pasar tiempo contigo en lo mejor.

—Prometida. —me corrigió. —Sabes, mi padre me ha dicho que necesita de tu ayuda.

—¿Ahora?

—Mañana.

—¡Bien! ¡Haré todo lo que esté a mi alcance para que nuestra boda sea la mejor!

Ella soltó una leve risita.

—¿Deberíamos de salir un rato?

Yo me había dado cuenta de algo en ella, ___ había cambiado su ropa ninja y ahora se le notaba aún más sus atributos.

—¿Qué sucedió con tu antigua ropa, ___-chan?

—Bueno ya no me entraba. —soltó un suspiro. —Al parecer mi cuerpo está nuevamente cambiando.

—Ya veo...

—No me digas...—ella tapó su boca. —¿Estás celoso?

—¿Eh? ¿Y-Yo celoso? —digo nervioso. —Para nada.

—No lo ocultes, Naruto. —dijo acercándose para así abrazarme. —Estás celoso de que los demás me vean con esta ropa.

—B-Bueno puede que esté un poco celoso. —confesé para corresponder a su abrazo. —No me gustaría que los demás tuvieran pensamientos pervertidos contigo.

—¿Así como lo tienes tú conmigo?

—Sí así.

Ella soltó una risita y entonces me di cuenta de lo que había dicho, la miré avergonzado a lo que ella me besó.

—Te amo, Naruto-kun.

Ella volvió a besarme, pero con más intensidad, con mis manos comencé a acariciar su espalda por encima de su ropa y entonces pasé una mano por debajo de ella desabrochando así su brasier.

Masajeé uno de sus pechos haciéndola soltar un pequeño gemido, quería oír más por lo que levanté su blusa y acerqué mi rostro comenzando a saborear uno de sus pechos.

—Nadie puede verte de esta forma.

—E-Eres un celoso, Naruto-kun.

Dejé su pecho para verla con lujuria, me acerqué a su cuello comenzando a besarlo y dejarle pequeñas marcas, luego la cargué para así posicionarla en mi cama donde me coloqué sobre ella comenzando a realizar lo mismo de antes.

Me quité la playera que traía dejando al descubierto mi torso, ella pasó sus manos sobre mi cuerpo comenzando a acariciarlo y me hacía un poco de cosquillas.

Nuevamente ella soltó un gemido al sentir mi boca en uno de sus pechos, mientras que con mi mano estimulaba su parte baja por encima de su ropa.

—Ya no aguanto...—murmuré mientras le quitaba lo último que le quedaba de ropa dejando al descubierto todo su cuerpo. —Eres hermosa...

Ella me sonrió tímidamente, me quité mi ultima ropa, me posicioné entre sus piernas y comencé a penetrarla lentamente, me sentí tan bien al estar dentro suyo que comencé a moverme rápidamente.

Ambos nombrábamos el nombre del otro, durante varios minutos estuve embistiéndola y entonces sentí que ya no aguantaría más, con una última embestida terminé y la hice gemir mi nombre.

Salí de ella para recostarme a su lado, donde deposité un pequeño beso en su frente y le sonreí con amor.

—Te amo tanto, ___-chan. —confesé mientras la abrazaba y nos tapábamos con las sabanas. —Gracias por estar a mi lado.

—Debería ser yo la que te agradezca. —me decía dulcemente. —Tú me has salvado. Me enseñaste que en este mundo si se puede confiar.

La abracé aún más fuerte, me sentía completamente feliz al tenerla en mis brazos.

❇❇❇

Desde donde me encontraba podía ver claramente la cara de mi padre esculpida en esas rocas, sonreí al verlos y esperaba a que me estuviera viendo.

—Me voy a casa, padre. —susurré mientras lo miraba.

Sentí como ___ tomaba levemente mi mano, yo la acepté gustoso y giré mi rostro para mirarla con una sonrisa; ella me veía sonriente y sonrojada a la vez, estaba perfectamente maquillada y su ropa era preciosa.

Como si fuera una princesa.

—No me digas que te estás arrepintiendo. —me decía arqueando una ceja.

—¿Cómo podría arrepentirme al verte? —pregunté con felicidad. —Te ves hermosa. Sería un tonto si te dejara ir.

—Eres un tonto. —afirmó a lo que me deprimí. —Pero mi tonto favorito.

—___-chan...—la abracé con dulzura sintiendo así su perfume en mis bosas nasales. —Te amo.

—¡Hey! —exclamó Hanabi. —¡Dejen eso para después!

—Hanabi-sama tiene razón. —habló Neji. —Es hora de la ceremonia.

—Hija.

—Padre.

El padre de ___ se había acercado con una mirada totalmente sería, yo solo esperaba que no sucediera nada en este rato y al ver que su padre cambió su expresión mientras extendía un broche. Me sentí aliviado.

—Esto era de tu madre. —decía con una sonrisa y melancolía a la vez. —Lo usó en el día de su boda. Estoy seguro de que le gustaría que tú lo obtuvieras.

—Mamá...

—Tu abuela se lo dio a tu madre. Ahora tu madre te lo entrega a ti. —le dijo colocando aquel broche en el cabello de ___. —Y después tú se lo entregarás a tu hija.

—Gracias. —agradeció con gentileza.

—¡Ah! ¡No llores, ___nee-chan! —exclamó alarmada Hanabi. —¡Correrás todo tu maquillaje!

—Es hora, ___-sama. Naruto.

—¿Estás lista? —le pregunté tomando su mano levemente a lo que ella asintió. —Bien, entonces vamos.

Ambos comenzamos a salir de aquella habitación para dirigirnos a la ceremonia de nuestra boda, en el camino iba totalmente nervioso, todo estaba siendo perfecto y no quería arruinarlo con alguna torpeza mía.

—¿Te sientes nervioso? —me preguntó. —Yo me siento completamente nerviosa. Nunca creí que algún día me iba a casar con la persona que amé desde que éramos unos niños.

—Yo lamento no darme cuenta de mis sentimientos a tiempo.

—Todo está bien ahora. —dijo dulcemente. —Mi mundo se había ido abajo hace mucho tiempo, pero tu lograste que todo volviera a como antes.

—Siempre estaré a tu lado, ___-chan. Eres mi mundo y un mundo sin ti sería lo más horrible que podría vivir.

—Aunque pasen cientos de años yo seguiré amándote. —me dedicó una sonrisa.  —Si alguna vez morimos, nososotros reencarnaremos y volveremos a encontrarnos.

—En nuestras próximas vidas volveremos a amarnos. 

—Porque este es...nuestro mundo.—dijimos al unisono.

Y así ambos seguimos dirigiéndonos a nuestra ceremonia de bodas con una sonrisa.