Capítulo 34: Libertad.

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~Un mes después~

Me habían encerrado, me encerraron para seguridad de los aldeanos y me iba a quedar aquí hasta que se diga lo contrario.

Tenía mis manos atadas mientras mantenía una venda en mis ojos, según ellos para prevenir que escaparas y que esta venda detenía mis poderes oculares.

—___-chan.

Oí la voz de Naruto, sin embargo, ni me inmuté ante su presencia; ya que él siempre venía a verme seguido desde que he estado en esta celda.

—Uzumaki. —digo neutra. —¿Qué me contarás hoy?

Cada día él me contaba lo que sucedía en Konoha, pero cada vez que le preguntaba por Sasuke él me evitaba el tema y me hablaba de Ramen.

—Bueno el día de hoy no hay mucho que contar. —soltó una risita. —Simplemente he comido Ramen.

—Cada día que vienes y me hablas de ramen me dan ganas de volver a probarlo.

—¡Cuando salgas te llevaré a comer Ramen! ¡De veras!

—¿Crees que salga alguna vez?

—Haré lo imposible para que puedas salir, ___-chan. —decía con seguridad. —Pero debes prometerme que no intentarás huir.

Solté una risita al oír eso.

—Sabes, yo no prometo nada. —digo con una sonrisa. —Además, aunque me quisiera ir no tengo a donde ir. Estoy sola.

—No estás sola. Me tienes a mí. —aclaró su garganta. —Y también a tus amigos.

—Necesito aíre fresco. —murmuré echando mi cuerpo para atrás.

—Ya quiero contarle a Ero-sennin que logré encontrarte.

—Sabes, quien me encontró fue Kiba.

Naruto no dijo ninguna palabra a lo que solté una risita.

—Ya verás, ___-chan. Te sacaré de aquí y comeremos Ramen con Ero-sennin.

—¿Por qué harías todo eso por mí? —pregunté. —Yo los abandoné y realicé muchas cosas. Prácticamente soy una criminal.

—Para mí no eres una criminal.

❇❇❇

Solté un suspiro cansada, he estado durmiendo en el suelo desde que llegué y no era para nada cómodo.

—¡___-chan! —exclamó mi nombre con gran felicidad Naruto. —Te tengo buenas noticias.

—No te adelantes, Naruto. —oí una voz femenina que al escuchar su voz en seguida supe que se trataba de la Hokage. —Primero debo de hablar con ella.

—No se demore mucho, Abuela Tsunade.

Escuché unos pasos irse por lo que deduje que Naruto se había ido.

—En primera si hago esto es por que Naruto me lo ha pedido. —decía con seriedad.

Logré escuchar como la puerta de mi celda se abría y entonces mis ojos fueron destapados pudiendo ver así a la Hokage, la cual me veía de manera sería.

—Ya me estaba acostumbrando a esta celda. —digo con una sonrisa.

—Quedarás libre, pero con una condición. —me dijo mientras me desataba las manos. —No podrás salir de Konoha durante un tiempo.

—Aunque quisiera irme no tengo a donde ir.

—También nos contarás todo lo que sepas sobre Sasuke y Akatsuki.

—Esas ya son dos condiciones.

—Soy la Hokage y como ahora serás parte de Konoha debes de obedecer mis órdenes. —iba a protestar, pero mejor me quedé callada. —Ese chico me ha insistido bastante para que te deje en libertad.

—Vaya. Se preocupa.

—Nunca ha dejado de hacerlo. —dijo mientras salía de la celda siendo seguida por mí. —Durante tres años te ha buscado.

—¿Eh?

—Día tras día, noche tras noche, él te buscaba. —confesó. —Jiraiya me lo contaba todo a través de unas cartas. Para Naruto tú eres una persona muy importante.

Todo lo que me decía la Hokage me dejaba sorprendida, no tenía idea de todo lo que hizo Naruto por mí, durante mucho tiempo él estuvo buscándome.

A mí, a una chica que decidió abandonar todo y volverse una criminal.

—Se estaba tardando mucho, Abuela.

Habíamos llegado hasta donde se encontraba Naruto, él al verme me sonrió y algo en mí me hizo sentir extraña, era como volver a los viejos tiempos.

—Confiamos en ti, ____. —me dijo la Hokage mientras me dedicaba una sonrisa. —No nos defraudes.

—Yo mismo me encargaré de que ella no cometa una locura. —aseguró Naruto mientras se posicionaba frente a mí y colocaba sus manos en mis hombros. —¿Verdad, ___-chan?

Miré a la Hokage unos segundos para luego ver directamente a Naruto, él me dedicaba una gran sonrisa y entonces sentí la calidez de su mano.

Naruto me había tomado la mano para comenzar a salir de aquel lugar, en el camino él me iba diciendo que me llevaría a comer Ramen, para que volviera a probar sus exquisitos tazones y que luego me llevaría a ver otros lugares.

Cuando salimos sentí el sol en mi cara, mis ojos dolieron un poco ante tanta luz, ya que como estaba completamente a oscuras mis ojos aún no se acostumbraban.

Inhalé el aíre sintiendo como este llegaba a mis pulmones.

—Necesita aíre fresco. —comenté para luego ver como mis antiguos compañeros hacían su aparición. Ellos al verme se acercaron para luego abrazarme. —¿Qué creen que hacen?

—¿Qué no es obvio? —preguntó Kiba en el abrazo.

—Bienvenida de vuelta, ___.

El recibir su abrazo me hizo volver a los viejos tiempos, cuando volvíamos de una dura misión nos abrazábamos para celebrar que habíamos logrado pasarla sanos y salvos.

No sabía qué hacer.

Por un lado, quiero volver a estar con ellos, pero por el otro quiero volver a ver a Sasuke.

—Los abrazos son algo especiales, ¿no? —preguntó Miyuki apareciendo de la nada. Mis compañeros se separaron para verla. —Sai me ha mostrado un libro en cual decía eso. ¿es así?

—Son muy especiales. —dijo Naruto.

Miyuki me miró unos segundos para luego colocarse frente a mí, la miré arqueando una ceja, esperaba a que ella volviera a atacarme y que me dijera que soy una criminal, pero eso no pasó.

Ella me había abrazo de improvisto, el que me estuviera abrazando me quedé perpleja y cuando se separó volvió al lado de Kiba y Shino.

—¿Qué fue todo eso? —pregunté confundida.

—Los abrazos son especiales. —dijo. —Eres parte del equipo ocho por lo que ahora serías algo así como... ¿amiga?

—Ella aún no entiende mucho de estas cosas. —dijo Shino arreglando sus lentes. —Le hemos estado enseñando algunas cosas.

—Ella en verdad es parecida a Sai. —decía Naruto. —¿Segura que no son familia?

—¿Qué es una familia? —preguntó Miyuki curiosa.

Cuando dijo eso Kiba soltó una risa a lo que Miyuki lo miró confundida, yo seguí viéndolos en silencio pensando en lo que haría a partir de ahora. 


NUESTRO MUNDO; Uzumaki Naruto. ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora