Capítulo 40: Revelación.

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—¿Qué es lo que quieres? —pregunté frunciendo el ceño. —¡¿Qué haces aquí?!

—¿Así es como me agradeces que estés aquí? —preguntó bajando de aquel árbol para posicionarse frente a mí. —Deberías de agradecerme que estás con vida.

—Imbécil. —murmuré.

—Hyuuga. Aquel apellido que a Sasuke le da odio.

—¿De qué hablas?

—Así que aún no lo sabes. —soltó una risa amarga. —La razón de su odio hacia los Hyuuga es por lo que le hicieron a su hermano.

—¿Qué? —digo confundida. —¿Qué quieres decir?

—Tu familia. Los Hyuuga fueron los responsables de todo lo que sucedió con el clan Uchiha.

Lo que me decía aquel hombre de la máscara me hacía sorprender.

¿Cómo que mi familia fue la responsable?

—Quien mató al clan Uchiha fue el hermano de Sasuke.

—Exacto. —aplaudió para luego apuntarme. —Guiado por tu familia. Ellos les dieron la idea a los viejos ancianos de Konoha, a lo que no dudaron en aceptarla.

—Mi familia no pudo...no, ¿por qué?

Me encontraba completamente confundida ante todo lo que me estaban contando.

—Uchiha y Hyuuga se han odiado siempre. ¿La razón? Sus ojos. —se acercó a tocar levemente mi cara a lo que rápidamente me alejé. —Esos ojos que tu posees son poderosos. Bueno, no como los de un Uchiha.

—No puede ser...

—Los Uchiha fueron sentenciados por los Hyuuga. Obligaron a Uchiha Itachi a matar a su propia familia y eso Sasuke no se los perdonará.

—¿Se vengará? ¿De mí?

—Exacto. —rió maniáticamente. —Eres una Hyuuga. Su enemiga.

—Pero...él y yo...

—El amor que sentía hacia ti ya no existe. Ahora simplemente existe un odio. —él volvía a subirse a aquel árbol. —Te dejé vivir, pero pronto será tu fin. Morirás en manos de tu gran amor, Uchiha Sasuke.

Él desapareció y yo me quedé desorientada ante todo lo que me contó, pero había algo en lo que se equivocaba.

Sasuke no era mi gran amor.

❇❇❇

Caminaba sin rumbo, aún no podía creer de todo lo que fue capaz mi familia...

¿Familia? ¿Aún sigo diciéndoles así?

Es verdad, ellos nunca fueron una familia.

—¿Qué es lo que debería de hacer ahora? —pregunté viendo al cielo. —Madre...fuiste la única que me ha querido.

—Te equivocas.

Me detuve enseguida al momento de oír eso, miré hacia atrás encontrándome con la mirada sería de Naruto.

—¿Naruto?

—Tú te equivocas. —decía acercándose para luego posicionar sus manos en mi cara haciendo que lo mirara fijamente a los ojos. —Tu madre no ha sido la única que te ha querido. Yo también te quiero, ___-chan.

—Naruto...—digo conmovida ante su confesión. —Yo...

—No tienes que decir nada. —colocó un dedo en mi labio evitando que siguiera hablando. —Sé muy bien la respuesta, pero estaré esperando. Te esperaré toda la vida si es así.

No pude evitar sonreír.

—Gracias.

—No tienes que agradecer nada. —sonrió ampliamente para acariciar mi cabeza, pero inmediatamente quitó su mano. —Lo siento. Olvidé que no te gusta que haga eso.

—Ya no me molesta. —confesé.

—Sabes, he venido a despedirme.

—¿Despedirte?

—Debo ir a entrenar con el sensei de Ero-sennin. —dijo con una sonrisa. —Me volveré aún más fuerte y protegeré a todos.

—Suerte en tu entrenamiento.

—Ven un momento conmigo.

Sin dejarme responder tomó mi mano para comenzar a arrastrarme. Habíamos llegado hasta la entrada principal, donde se encontraba la Hokage, Shikamaru, Sakura y una vieja rana.

—Al fin llegas, Naruto. —decía Shikamaru. Él al verme sonrió. —Ya entiendo porque tardaste tanto.

—Bien. Entonces, nos vamos. —dijo aquella rana. Naruto se separó para posicionarse al lado de aquella vieja Rana. —Naruto-chan, despídete.

—Me voy. —dijo decidido. —Shikamaru cuento contigo con el código.

—No te preocupes por nosotros.

—Les comunicaré los resultados de la autopsia y la interrogación. —informó la Hokage.

—¿Código, autopsia, interrogación? —pregunté confundida. —¿De qué están hablando?

—Después te pondremos al tanto, ___. —dijo Sakura.

—Les dejaré una rana mensajera. Si algo pasa, díganselo a ella.

—Bien.

—¡Buena suerte, Naruto! —le dijo Sakura mientras se acercaba y colocaba sus manos en sus hombros. —Más te vale hacer caso.

—Lo sé, Sakura-chan. —dijo con una risita. Naruto me vio unos segundos y se alejó de Sakura para acercarse. —Me voy, ___-chan.

—Sí. Qué te vaya bien. —sonreí. —De aquí no me moveré.

—Eso espero. —dijo con una gran sonrisa. —Bien. Entonces no vamos.

Naruto se había dado media vuelta, pero enseguida se volvió a verme y entonces sentí sus labios sobre los míos.

Me sorprendí ante su contacto, el que él me haya besado me hizo sonrojar.

—¿N-Naruto-kun?

—No pude evitarlo. —dijo con una risita para colocarse rápidamente al lado de aquella vieja rana. —¿Cómo iremos al monte Myoboku?

—Toma un mes llegar allí a pie. Además, el monte también es conocido como la montaña laberinto. —le explicaba la vieja rana para luego sacar un pergamino. —Ya firmaste un contrato con nosotros los sapos. No hay necesidad de preocuparse.

Él había abierto el pergamino para que Naruto lo viera.

—¡Oye! Ese es...

—Bueno, tomaré prestado a este chico.

—¿Qué quiso decir con que no hay necesidad de preocuparse?

Naruto inesperadamente desapareció.

—Bueno, les dejo el resto a ustedes.

Aquella vieja Rana también había desaparecido y yo me quedé viendo la salida por unos segundos, podía simplemente irme, pero no iba a hacerlo.

Yo ya no huiría.

NUESTRO MUNDO; Uzumaki Naruto. ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora