Capítulo 27

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Grace

24 de noviembre, 2014

No quiero salir de mi habitación por ninguna circunstancia, sin embargo, sé que tengo que hacerlo para asistir a la universidad. Desconozco de donde saco las fuerzas para arrastrarme fuera de la cama y llegar hasta la ducha, para, luego de haber tomado un baño que no ayuda a que me relaje, salir e intentar arreglar el desastre que es mi rostro.

Tengo que usar hielo para bajar la hinchazón de mis ojos y me veo obligada a aplicar corrector para ocultar las ojeras. Me siento fatal y no es físicamente, sino emocional. La culpa se acumula en mi pecho y amenaza con asfixiarme, y no solo es culpa por Roger, es culpa por Jared. Nunca me perdonaré si su relación se ve afectada, siempre cargaré con ello.

Ahora que lo veo objetivamente, fue una idea completamente estúpida el habérselo ocultado a Roger. Me refiero a que, ¿por qué debíamos hacerlo? Entiendo el hecho de que Roger es protector conmigo, pero tengo la suficiente edad como para saber con quién me veo o no. Es más, él conoce a Jared. Al menos sabría que no esta tan enfermo como mi último exnovio, esa es una gran ventaja. También entiendo que, si Jared y yo hubiésemos llegado a discutir, Roger se habría visto en una situación ligeramente incomoda, pero sé que entre Jared y yo no pasará nada de eso, no es una relación. Y, en segundo lugar, habría sido nuestro problema, no de Roger.

Me frustra tanto pensar en todo esto que termino arrojando con desgana mis libros sobre la cama. No estoy de humor para asistir a clases, realmente no lo estoy. No quiero ir a la escuela. Me siento como de quince nuevamente, de esas ocasiones en que me daba demasiada flojera levantarme por las mañanas y le pedía a mis padres permiso para quedarme en casa. Claro que ellos nunca me consintieron en ese aspecto, siempre me recordaban lo importante que es cumplir con las obligaciones.

Creo que, el pensar en mis padres, en papá, sobre todo, que es quien me levantaba por las mañanas, es lo que me da impulso para tomar mi mochila y apresurarme a tomar una manzana* antes de salir del apartamento. Sé que Anne ya se ha ido, puesto que escuché cuando Michael –quién, si no– paso por ella minutos antes de que yo saliera.

Cuando llego a la universidad me dirijo a la primera clase que tengo: Teoría y Análisis del Texto Dramático, donde debo entregar un ensayo de diez páginas. Lo bueno es que me tocó un tema sencillo en el cual pude perderme un buen rato. Disfrute escribiéndolo y me siento orgullosa del resultado final. Estoy a medio camino de llegar justo cuando el timbre de inicio de jornada suena. Maldigo entre dientes, no puedo evitarlo, el profesor Anketh suele ser muy estricto con la puntualidad.

Estoy llegando al edificio con dos minutos de retraso, y ruego mentalmente porque el profesor me permita pasar, o si no me habré levantado en vano, y para colmo, me ganaré una inasistencia.

—Grace —escucho detrás de mí, cosa que me sorprende un poco.

El rostro que me encuentro cuando giro es el que menos esperaba. Creo que incluso reflejo mi sorpresa porque Henry Brown ríe un poco.

—Hola —es lo que atino a decir.

—¿Pensaste que no te volvería a hablar nunca? —cuestiona él.

Tiene la manía de acomodar constantemente su cabello chocolate de un lado a otro, repetidas veces. La chaqueta del equipo de basquetbol del colegio le queda bien, no lo negaré.

—No veo qué motivos podrías tener para hacerlo.

Henry vuelve a reír y por algún impulso mira sobre mi hombro. Se acerca un paso hacia mí con su sonrisa de confianza.

—¿Podemos hablar, ahora?

Debo admitir que me intrigan los motivos de Henry para venir hasta aquí, pero, ante todo, están mis estudios y la clase a la que ya de por sí llego tremendamente tarde.

Prohibido Decir Te Quiero [TERMINADA | BORRADOR 2017]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora