CAPÍTULO II: SECUESTRADO.

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Abro los ojos poco a poco. Todo sigue oscuro, ¿estoy vendado? ¿Qué está pasando?, mis manos atadas... no podía hacer nada.

—¡Mmmmm!- intento decir algo; pero al parecer también me vendaron la boca.

No siento mis heridas... ¿por qué?, ¿quién me trató?

Oigo como una puerta se abre lentamente, rechinando de una forma insoportable. Empecé a oír unos pasos acercándose con sigilo hacia mí, sentía que La Muerte estaba yendo hacia lo que le pertenece: La vida; mi vida.

—Oh... joven, por fin ha despertado- dijo una voz femenina—. Supongo que ya te habrás dado cuenta que no puedes hacer nada; pero no te asustes, no te haremos daño..., siempre y cuando cumplas nuestras órdenes.

¿Cumplir sus órdenes?, ¿pero de qué mierda habla esta loca?

Me arranca la cinta de la boca de un sólo tiren, también la de los ojos. Sentí incomodidad y algo de dolor.

—Déjame detallarte: Tez blanca, ojos verdes, cabello liso. Me das asco— dijo, y luego me escupió en la frente.

Que mujer tan extraña. Tez morena; ojos marrón oscuro, parecían negro; con el cabello seco y algo dañado.

Un recuerdo vuelve a mí.

—¿¡QUÉ HICISTE CON MIS PADRES MALDITA ENFERM...!?

Desenfundó una pistola 9mm.

—Es mejor que me trates con más respeto, si aprecias tu vida- dijo con una sonrisa de oreja a oreja-. ¿Tus padres?, ¿te refieres a esos ancianos?, están en otra habitación siendo interrogados.

—¿Interrogados? ¿¡quién coño eres!?, ¿¡qué quieres de nosotros!?

—Te responderé esa pregunta si me respondes porqué secuestraron a nuestro compañero— su tono de voz cambió a uno más serio.

¿Ellos eran los bandidos que nos agredieron en la cabaña?, que confuso... y a parte de eso, ¿estoy en su guarida? Tengo tantas preguntas, que claramente efectuaré.

—Explícate— dije con un tono preocupado.

—Que te puedo decir ¿eh? Eso les pasa por no revisar sus pertenencias, joder, sí que son unos incompetentes. Tenía un dispositivo en su bolsillo para obtener su ubicación si intenta traicionarnos, o en casos como este, secuestro. Tenemos toda una base de datos en este pequeño lugar.

Era casi increíble todo lo que decía; pero tampoco es tan descabellado. Aunque todo comenzó hace 20 años, la gente por naturaleza ya se debe haber adaptado en un corto plazo de tiempo, y por ende, sobrevivir. Mantener legados y lo que se pueda salvar de armamentos y tecnología, y sobre todo: Alimento y agua.

—Yo soy «el bandido» que logró sobrevivir a la invasión de ayer. Eres una mierda para apuntar— mencionó entre risas— sólo tuviste suerte.

Sí que soy mal detallista; pero no era un buen momento para detallar el sexo del bandido, además que era de noche, y tenía mucho de que estar pendiente. Sólo quería matarlos.

—Usaste a ese hombre que secuestramos como señuelo, ¿no es cierto? Solamente para localizar alguna base, y saquearla por completo

—Estás equivocado.

—¿Disculpa?— levanté una ceja.

—No lo usé. Sólo dimos la idea de utilizar a alguno como un kamikaze, y él se propuso.

Otro recuerdo volvió a mí.

—Espera... ¿cómo carajo sobreviví?, se supone que los zombies habían destrozado la puerta y habían entrado. ¡Eran como 20! ¡O tal vez más!

—Pues es obvio, tenía a más de mis hombres escondidos en arbustos cercanos, armados hasta los dientes con rifles de asalto. Apenas vieron a los caminantes entrando, se instalaron en la mirilla, y comenzaron a disparar. Son muy buenos ¿eh?, además, queríamos tenerlos de rehén, y hacerles una propuesta; pero un idiota de los suyos salió y solamente me molestó eso, y lo maté así sin más.

No entendía en que mundo eso era obvio. Cada segundo que pasaba, se desvanecían mis dudas, aunque algo tenía muy claro: Esa mujer está loca.

—Suficiente de preguntar, ahora me toca a mí: Neytan, ¿te unirás a nosotros?

¿Unirse a los asesinos de Robert?, ¿las mismas personas que nos secuestraron?

—Ni pensarlo— dije en voz alta, y ella sin dudarlo, me golpeó la cabeza con pistola.

La sangre empezó a empapar mi cabello y mi rostro.

—Oh, perdón. ¿Dije pregunta? ¿Dije propuesta?, quise decir: Orden; obligación— soltó unas risas. Esta mujer no paraba de reír.

No encontraba que hacer, miraba a mi alrededor para ver si encontraba alguna arma, ¡o cualquier cosa!

No encontré nada, al parecer es muy lista, y se sabe cada técnica y movimiento que puede hacer toda persona.

Entró alguien a la habitación.

—Líder Neiré— volteó a verme—, aceptaron.

Neiré... conque ese es su nombre.

Levantó mi quijada con su mano.

—Parece que tus padres te quieren, princesa- dijo con un tono sarcástico.

Me desató.

Preferí no cometer alguna locura, estaba claro que estaría completamente dispuesta a mutilarme, así sea con la manos.

Me sacaron de la habitación. Me tenían rodeado y vigilado, no querían que hiciera alguna tontería.

El lugar era extraño... estaba vagamente iluminado, era silencioso.

Comenzamos a subir unas escaleras. ¿Qué tan grande es este lugar? Habían varias personas caminando de un lado hacia el otro. Guardias parados en puertas con M4 y Ak-47. ¡Era una completa sociedad!

A lo lejos, vi a mis padres. Estaban rodeados por guardias, aunque sin pensarlo, fueron directamente hacia mí. Mi padre cojeaba un poco, pues las heridas lo tenían un poco más desgastado que a mí.

—¡NEYTAN! ¿Estás bien? ¿Te hicieron algo?- decían, mientras me buscaban alguna herida nueva.

Nos abrazamos.

—Tranquilos, estoy bien, todo está bien- decía de una forma emotiva.

—Ya, déjense de ridiculeces cursis. A partir de ahora, yo doy las órdenes— dijo Neiré.

¿Ahora qué nos espera? ¿Qué es lo que quiere hagamos? Estamos caminando en un nuevo sendero. Me pregunto que nos traerá.

Buscaré la forma de escapar, junto con mis padres.

Mi Vida Después de la Muerte© [DOS CAPS. SEMANALES]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora