CAPÍTULO VIII: RAPTO.

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*Hace 19 años*

Vaya, estoy cansado... Hoy fue un día duro en el trabajo. Hoy llegaron unos cuatro vehículos más, algo destartalados; pero de seguro puedo hacerlos un diamante. Como sea, seguiré mañana y trabajaré en ellos.

Me acerco a mi auto, saco las llaves y abro la puerta. Me percato del olor a aceite que abunda de mi taller, evidencia de todo mi  trabajo... y falta de limpieza.

Sin más que pensar, inserto mi llave y enciendo mi auto. Prende muy rápido. Abro el garaje, salgo, y lo cierro. Me bajo del auto y comienzo a colocarle los seguros y los candados a cada puerta. Termino, y vuelvo a mi auto.

Tomo mi camino hacia mi casa. Me pregunto que habrá hecho mi hermosa esposa para cenar hoy... ¡Tengo mucha hambre!

Llego a mi casa, a mi hogar, a mi sitio de descanso. Agarro las llaves mi casa y pulso el botón para abrir el garaje, entro, y pulso de nuevo el botón. Salgo de mi auto y entro por la puerta del garaje para ir a la sala.

—¡Cariño, llegaste! ¿Cómo estuvo tu día hoy? —dijo mi esposa sobrexaltándome. No la vi venir.

—Hola cariño. Estuvo muy atareado, ya sabes, cada vez tengo más y más trabajo y cada vez traen más y más autos —suspiré.

Liseth se acerca y me da un abrazo.

—Gracias por trabajar tanto por nosotros. Te amo —me dice al oído. No pude evitar sonreír y besarla.

—Yo haría cualquier cosa por ustedes —le beso la frente y me detengo a ver sus bellos ojos verdes.

Se empiezan a escuchar unos lloriqueos.

—Oh, Neytan... iré a calmarlo —hablaba Liseth mientras se alejaba—. ¡Alan, tu comida está en el microondas!

Neytan desde que nació, ha sido un llorón. Pero aún así lo amo, es mi hijo.

Me dirijí hacia la cocina, abro el microondas y ¡tachán!, cinco emparedados de tomate, lechuga, pepino, jamón y queso. ¡Cómo me conoce mi esposa! Algo simple, pero en realidad le tengo mucho gusto.

Antes de ir a comer, tomé el camino hacia el baño, puerta que se encontraba debajo de las escaleras. Entré y me duché para limpiarte toda la grasa y suciedad de mi cuerpo. Terminé y me puse ropa cómoda.

Me siento en el sofá de la sala y tomo mi primer emparedado. Enciendo la tele y comienzo a ver las noticias.

—«¡Noticia de última hora! Persecución policial en la autopista 57, las autoridades tienen todo bajo control. El perímetro está cubierto por un helicóptero policial y más adelante se encuentra un bloqueo preparado para el conductor. El sospechoso se identificó como: «Raúl Wood», con antecedentes penales por pedofilia, narcotráfico y asalto. Al parecer está siendo perseguido por el asesinato de Christy Melk, una joven universitaria quien murió a manos de Raúl por un robo malhecho, los te...»

Apago el telévisor, me aburrió esa noticia. Terminé mi último emparedado y me dirijí a la sala a subir las escaleras. Llegue al pasillo de los dormitorios. Un hermoso pasillo alfombrado con fotografías enmarcadas de nuestra familia. Abrí la puerta de la habitación de Mark y allí estaba, dormido como un tronco.

Abrí la puerta que estaba al frente y la abrí, allí estaba Liseth con Neytan en sus brazos, lo estaba mesiendo. Me hizo una seña diciendo que hiciera silencio. Yo entendí y cerré la puerta poco a poco.

Me fui a nuestra habitación, que es la puerta de atrás. Tenía las luces apagadas. Me tiré en la cama cual morsa y cerré mis ojos. De inmediato me dormí.

Un estruendoso ruido me despierta de mi profundo sueño.

Me levanto del tiro, mi esposa también. Miro el reloj, son las 2:47 a.m.

Voy al pasillo de inmediato. Me percato que la puerta de la habitación de Mark está abierta. Liseth entra a la habitación de Neytan y lo abraza, lo comienza a cargar queriendo protegerlo.

Entro a la habitación de Mark. Y lo que veo me hace entrar en furia y tristeza.

Mark no está.

Entro a mi habitación corriendo y saco del cajetín de la mesa de noche, una glock-17. Sin pensarlo, voy a la sala bajando las escaleras de dos en dos. Liseth sólo estaba llorando con Neytan en sus brazos mientras bajaba las escaleras.

La puerta principal se encontraba abierta y en la carretera, se lograba ver por la tenue luz de la luna, una camioneta color negro en el cual una persona estaba entrando por detrás con... ¡¡MARK!!

Liseth logró ver lo mismo que yo. De repente sentí como la furia la dominaba.

—Alan, enciende el auto. Démosle su merecido a esos imbéciles —susurraba.

Sonreí al oír eso. Apenas entré al garaje, ya ellos habían acelerado. Encendí el auto, Liseth se sentó de copiloto y sentó a Neytan en el asiento para niños de atrás. No tengo ni puta idea porque lo trajo, es una idiotez; pero cuando está en ese estado, es mejor no rechistarle.

Se abrió el garaje y casi lo destrozo saliendo en retroceso disparado. Tomo la carretera y piso el pedal a fondo hacia los secuestradores.

Al parecer ya se habían percatado de ello. Abrieron el compartimiento de atrás, se encontraban dos sujetos con traje y lentes oscuros con rifles de asalto. Al fondo, se encontraba Mark. Se encontraba en shock, no entendía lo que estaba pasando.

Liseth tomó la pistola que cargaba en el bolsillo, sacó la mano y abrió fuego contra ellos. Le impactaba las balas contra el pecho de cada uno; pero no surtía efecto. Al parecer llevaban chalecos antibalas.

Liseth al percatarse de aquello, le dio un disparo en la cabeza al sujeto de la derecha, el cuál cayó al asfalto.

—¿¡NO TIENES CASCO VERDAD, HIJO DE PUTA!? —gritaba Liseth mientras reía fuertemente—. ¡RECUERDA MI NOMBRE EN EL INFIERNO!

»¡HTESIL!




Mi Vida Después de la Muerte© [DOS CAPS. SEMANALES]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora