Mi Vida Después de la Muerte© [DOS CAPS. SEMANALES]

CAPÍTULO XVII: EL ULTIMÁTUM 4.

*Hace 19 años desde el tiempo actual*

—¿Hola?, ¿oficial Mathew?, ¿aún no ha descubierto algo?... Vale, entiendo... Sí, seguimos desesperados investigando.. No me interesa que sea peligroso, es nuestro hijo, adiós —colgué el teléfono.

Es inaudito, hace ya una semana que Mark fue secuestrado y aún no sabemos nada... Solamente se nos ha ocurrido que fueron esos desalmados que quisieron cobrar venganza. Pues ellos saben las habilidades que nos injertaron, y todo lo que hemos hecho en el pasado, no lo van a pasar bien cuando descubramos en donde se asicalan.

Quisiera recordar todo en ese día; pero ella tomó el control, dejándome a un lado sin poder saber que sucedía. Mi esposo aún así me relató, y como era predecible, había hecho cosas espantosas en frente de mi pobre ángel... Maldita Htesil, mis citas con el psicólogo no surten efecto, y cada vez se comporta peor. ¿Y si... ella me dominara?...

—¡Cielo, ya llegué! —vociferó mi querido esposo, seguido del sonido de una puerta cerrándose.

Me levanté del sofá y me dirigí hacia él a darle un dulce beso de bienvenida con un abrazo reconfortante.

—¿Has averiguado algo? —pregunté.

—Nada..., ¿y tú?

—Nada... —lo abracé con más fuerza.

El silencio nos dominó, me torné cabizbaja y una lágrima escapó resbalando por mi mejilla. Alan, en un dulce gesto, secó mi lágrima con su dedo, y levantando mi menton suavemente. Se notaba la diferencia en la altura, pues él medía unos quince centímetros más que yo.

—Todo va a estar bien... ya verás —dijo con una sonrisa.

Le respondí con una sonrisa. Marcó el teléfono del detective y se propuso a ir a su oficina a ayudarle en la investigación; mientras yo me senté en el sofá para enterarme de las noticias del día. Una noticia a medias me llamó la atención, soltando el control remoto para mirarla.

«—¿... y cree que es totalmente seguro? —interrogaba la entrevistadora

—Totalmente, es el futuro. La cura contra cada enfermedad conocida no es ninguna broma, y los científicos encargados de ello siguen haciendo pruebas hasta cerciorarse de que sea apto para todo público. Este, es el umbral hacia un nuevo mundo, y ni se imagina lo que hay detrás de la puerta.

—Ya oyeron al...—apagué el televisor».

—¿Una nueva cura, eh? Después de querer hacer un arma, ahora quieren una cura —pensé.