Él no necesita presentación, cuando lo veas, sabrás cómo llamarlo.
Harry Styles, conocido como, Daddy.
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Enarco una ceja al escuchar lo que la chica frente a mí dice, mientras mis labios se entreabren y mi lengua pasa por mis dientes, haciendo así, una sonrisa lobuna-divertida-. "¿Disculpa?" Ella aparta su mirada de la mía y acaricia la carnosidad de sus labios carmesí con la punta de su cálida lengua.
El agarre de mis dedos alrededor de la fina madera de mi escritorio aumenta de fuerza cuando la veo hacer aquello. Me está provocando y ella lo sabe.
Me separo de aquel mueble y junto mis manos una con otra. Comienzo a jugar con los anillos en mis dedos, logrando captar su atención. Una sonrisa torcida aparece tan rápido como se esfuma de sus labios. No lo pienso y avanzo hacia ella. "Qué mente tan sucia tienes, ¿lo sabías?" Su mirada se eleva a la mía y una risa se desliza por mi garganta hasta salir por mis labios. La veo estremecerse.
Mis ojos viajan por todo su cuerpo, viendo el delgado vestido que lleva puesto. Me volvería loco si ella estuviese...
"No hay duda que esa es la razón por la cual tienes una boquita tan...sucia, ¿cierto, Ángel?" Ella no contesta, y su cuerpo permanece quieto. Lo opuesto a como lo quiero.
Acorto la distancia entre nuestros cuerpos, lo suficiente como para que el material frío de mi traje, roce contra la calidez que su cuerpo emana a través de la tela de su vestido. "Y podría apostar ciegamente a que debajo de tu pequeño vestido, has de esconder tu exquisita desnudez. Pero qué valiente". Alzo mi mano izquierda y con la yema de mis dedos hago un camino desde su clavícula hasta su seno. Siento como se eriza debajo de mi caricia, y aquello me pone tanto, que tengo que apretar la mandíbula solo para controlar aquellos instintos salvajes que solo ella puede provocar.
"Qué valiente entrar a mi oficina con solo una fina capa como ropa y esperar a que la bestia dentro de mí no quiera romper aquel insignificante, pero tan frustrante obstáculo, de mi caricia a tu cálida piel". Y sin que lo espere, aprieto su seno en mis manos, haciendo que la suavidad de su voz se manifieste en forma de un jadeo necesitado y excitado. "¿Qué pretendes, mi amor? Quieres que me quede con los brazos cruzados mientras tú cruzas aquel umbral dejándome sediento de la sensualidad que llevas contigo, con la satisfacción de que, eventualmente, no vas a dejarme otra alternativa más que maltratarme con el vívido recuerdo de tu provocación, conteniendo las ganas de que cada que estés frente a mí, no ataque tus labios con tanta desesperación y finalmente folle la calidez dentro de ti". Ella alza su mentón, dándole así, un aspecto más seguro. Se las ingenia para permanecer con un gesto neutro y contener la firmeza de su postura.
"No". Ella atrapa su labio inferior entre sus dientes y mis ojos la ven con curiosidad. "Pretendo que mandes al carajo los tan inútiles límites que te pones, y me tomes como tanto lo has querido. Que en lugar de dejarme cruzar aquel umbral, me tomes de la cintura, pegandome firmemente contra tu abdomen, y hagas que sienta lo que mis lascivas palabras han provocado". Toma mi mano y la coloca en el hueco entre su hombro y su cuello, haciendo que lo tibio de mi piel, estremezca el ardor de la suya. "Quiero, desesperada y necesitadamente, que me digas al oído, las distintas formas que has imaginado tocarme. Que me pongas contra aquel escritorio, y me beses hasta que duela, mientras te hundes en mí". Toma mi dedo pulgar y comienza a llevarlo hasta sus boca. "Y si. Estoy desnuda debajo de este vestido, sintiendo cómo la humedad de mi sexo se desliza cada que rozo mis piernas una con otra, intentando borrar la imagen de tus manos enrolladas en mi cuello, diciendome que sea una chica buena, de mi cabeza". Mete mi dedo dentro de su boca, enrollando la suavidad de sus labios en él, mientras que su deliciosa lengua lo acaricia.
A este punto, mi respiración se encuentra acelerada por la excitación que sus palabras han causado. Dejo salir el aire por mis labios, viendo cómo sus ojos se elevan a los míos cuando desliza lentamente mi dedo fuera de su boca. "Oh joder". Sin pensarlo, mi mano izquiera toma de su cuello, y la halo hacia mí, besandola brusca y ferozmente. La siento gemir contra mis labios, y sin poder contener más, hago mi camino hasta su entrepierna, y acaricio su húmedo sexo con mi dedo indice. Ella gime aún más fuerte. Ejerzo fuerza contra ella, caminando hacia la pared detrás.
Suelta un jadeo cuando su cálido cuerpo choca contra el frío material. Mi mano derecha viaja a su pierna, provocando que ella la alce hasta la altura de mis caderas, dándome más acceso. Acerco aún más mi cuerpo hacia ella, a la vez que mi otra mano esta masturbando su feminidad. Ella suelta un exquisito y mojado "Mmmm" al sentirme tan cerca. Entonces comienza a moverse contra mí, creando un ritmo tan perfecto del vaivén de sus caderas, buscando con más y más necesidad a mi miembro.
"¿Así, Babygirl? ¿Así es como te gusta sentirme?"
Ella gime más mientras asiente "Mhm"
"¿Se siente bien, bebé? ¿Ah?"
No evito el pensamiento. Mente sucia, boca sucia. Tal y como me gusta.
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