Él no necesita presentación, cuando lo veas, sabrás cómo llamarlo.
Harry Styles, conocido como, Daddy.
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Harry es el tipo de Daddy que posaría su mirada en tu cuerpo, mientras tú yaces en la suavidad de la seda que envuelve la cama.
Los rayos del sol colándose a través de las cortinas de la habitación, reflejándose en tu cálida piel, haciéndote ver cómo si fueses un ángel ante los ojos del hombre que te mira con suma atención. No es lujuria lo que se apodera de Harry al verte de esta forma, es algo que va más allá que eso. Y de repente siente la urgente necesidad de poseer tus labios. De tenerte entre sus brazos y envolverte en aquella extraña sensación que lo abruma en estos instantes.
Quiere escucharte gemir su nombre entre jadeos, sentir tu respiración chocar contra sus hambrientos labios, y tomar tus caderas con ímpetu, para que así sientas todo lo que causas. Todo lo que posees.
Pero de igual forma, quiere enredar sus brazos en tu figura cuando todo tu cuerpo tiemble bajo su cercanía. Quiere escucharte decir su nombre de la forma más dulce posible. Quiere darte tiernos besos por todo el rostro y mimarte como la buen niña que eres.
Adorarte por sobre todas las cosas. Hacerte sentir jodidamente bien.
Camina hacia ti, y su cuerpo cae suavemente a un lado del tuyo. Una de sus manos viaja hasta tu rostro y aparta un mechón de cabello.
"¿Daddy?" Una sonrisa tuerce sus labios al escucharte luego de unos segundos.
"Buenos días, babygirl". Le devuelves la sonrisa, a lo que él se acerca a ti y deposita un tierno beso en tus labios que poco a poco se convierte de un gesto dulce a uno más duro, salvaje.
Se posiciona encima de ti, y pasa su brazo derecho por debajo de tu cintura; pegándote a él lo más cerca posible.
Tu abdomen rozando con su duro torso, mientras que tus caderas se elevan contra las de él. Un gruñido de aprobación sale desde lo más profundo de su garganta, haciendo que tu muevas tus caderas con más vehemencia.
Su mano derecha ahora viaja hasta tus muslos, acariciando la suave tela del babydoll que llevas puesto a su paso.
"¿Alguna vez te he dicho cuánto me encanta esto llevas puesto?" Estás a punto de susurrar algo cuando sus dedos acarician tu clitoris sin previo aviso.
Tus labios se entreabren, dejando salir un suspiro al instante. Harry se acerca a ti de nuevo y atrapa tus labios con los suyos, causando gemidos aún más fuertes contra su boca gracias al cambio brusco de velocidad en sus movimientos.
Su cuerpo se pega más contra el tuyo, haciendo de la sensación aún más abrumadora. Al cabo de unos segundos más sientes cómo vas perdiendo la cordura y en lo único en lo que piensas es en lo exquisito que se sienten sus dedos contra tu humedad.
Los labios de Harry comienzan a hacer su camino hasta tu cuello. "Vente en los dedos de Daddy, nena". Lo sientes murmurar contra tu piel.
Tus dedos se enredan en el grosor de sus brazos, aferrándote a él como si dependieras de ello.
Y sin aviso alguno, Harry mete un dedo dentro de ti. Provocando un fuerte gemido de tu garganta. "¿Sientes eso? Vamos, amor, gime lo que tanto anhelo escuchar". Tus labios están entre tus dientes, conteniendo todas las maldiciones que amenazan con salir de ti.
"Más..." Tu voz sale entre cortada, sientes que poco a poco vas llegando al climax.
"¿Más, muñeca? ¿Quieres que vaya más..." Es ahí donde otro dedo es introducido dentro de ti y su caricia se vuelve más rápida y profunda. "...rápido?" Sus labios se entreabren y una sonrisa de pura satisfacción se forma en su rostro.
"Daddy...estoy a-apunto" Y justo ahí; tu cuerpo estando entre sus brazos y sus labios besándote con urgencia, tiemblas por la abrumadora sensación de tu orgasmo. Todo tu cuerpo tiembla bajo él, tu vientre contrayéndose, obligándote a doblegarte por inercia.
Los ojos de Harry te estudian por completo, y no puede contener el pensamiento que sale de sus labios; "Joder, eres tan hermosa"
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