Harry's the Type of Daddy K. -h.s-

No.71 " T r y m e "

Harry es el tipo de Daddy que...

Tu celular comienza a sonar a lo lejos, y automáticamente tus ojos se clavan en él. Una oleada de nervios te recorre completa, por la mera idea de pensar en la persona esperando en la línea.

Caminas con calma hacia la mesa donde el celular vibra con ímpetu, y contestas sin siquiera ver el nombre de quien llama.

"¿Si?"

Un suspiro se hace presente en la otra línea, grueso, jadeante. "Te necesito".

Tus labios se entreabren, pero el único sonido que sale de ellos es un gemido entrecortado.

"Mierda, amor, te necesito tanto. Estoy hambriento de ti, de tu tacto, de tus manos..." Un grueso gemido se escucha en la otra línea, cierras los ojos con fuerza al instante, intentando controlar tus perversos pensamientos.

"¿Qué estás haciendo, Harry?" Tu voz sale agitada de tus labios, y una risa amarga se hace presente.

"¿Cómo...?" Lo escuchas gruñir y un escalofrío te recorre completa. "¿Cómo me has llamado?"

Maldices por lo bajo, mientras encuentras las palabras para decirle, pero nada sale de tu garganta.

"He estado teniendo estos sueños los últimos días, donde tú cuerpo es el pecado más tentador. Así que, no me has dado otra alternativa,  y en tu ausencia, baby girl, sacio la sed de ti".

Un suspiro es expulsado de tu sistema, mientras sientes la humedad deslizarse por la calidez de tu sexo.

"Daddy..."

"Mmm..." Aquel gutural sonido que es expulsado de sus labios se te antoja tan exquisito que no haces mas que sentir aún más excitación hacia el hombre.

"Haz algo por mi, nena". Su respiración comienza a ser más pesada, entrecortada. "Tócate para mí. Deja salir todo lo que mi recuerdo puede provocar, imagina que son mis manos las que yacen sobre ti, y prueba mi nombre entre tus labios en forma de gemidos ahogados".

Tu pecho comienza a subir y bajar con irregularidad. Caminas hacia la habitación y cierras la puerta tras de ti.

"¿Y si no lo hago?" El tono juguetón es evidente, y una corta risa se escucha en la otra línea.

"Entonces tendré que hacerte cosas muy...muy malas cuando regrese".

Dejas caer tu cuerpo con suavidad en el colchón de la cama, y cierras tus ojos; dejándote llevar solo por la respiración agitada de Harry.

"Daddy, por favor dime ¿qué es lo que ves en tus fantasías en este mismo momento?"

"A ti. En un conjunto azul. Estás bailando y tu mirada está solo en mí". Es en ese momento donde el sonido de su humedad siendo tocada se hace presente, y aquello no hace más que incrementar tu necesidad. "Me sonríes con malicia y tus manos comienzan a recorrer tu cuerpo. Dibujando el contorno de tu figura, acariciando tus senos, y moviendo tus caderas para mí".

"Mhmm" Un gemido sale de tus labios, y segundos después él gruñe. Tus manos viajan de tu pecho a tus sexo, y tientas la tela de tus bragas.

"Comienzas a quitarte cada prenda que queda en ti, lentamente, torturándome. Quiero tocarte pero no lo hago, y en su lugar, te observo mientras caminas a paso lento hacia mi".

Tus dedos viajan por debajo de la tela, y te dejas llevar por la gruesa voz que te acompaña entre la oscuridad de la habitación.

"Te pones de espaldas a mí, y el vaivén de tus caderas se mueven sobre mi regazo. Me tienes tan duro que se te es tan fácil provocarme sabiendo que intento controlar los instintos que me obligarían a tomarte del cuello y follarte duro".  Tus dedos comienzan a acariciar tu centro. "Mis manos toman tus caderas con fuerza y te hago sentir lo que tu sensualidad ha causado en mi cuerpo. Deja salir esos gemidos que tanto retienes. Gime mi nombre".

De tus labios salen suspiros entrecortados, monosílabas que parecen palabras entrecortadas sin sentido alguno.

"Vamos, mi amor. No lo detengas, tócate sin miedo alguno del pecado, déjate llevar por el deseo que tanto te asecha por noches cómo esta. Dime..." Un gemido frustrado es liberado de su sistema, y tus dedos aceleran su ritmo en tu centro, obteniendo el climax de tu tacto en cuestión de segundos que parecen horas. "Dime qué sientes..."

Tu pecho sube y baja, y de tus gruesos y rojos labios jadeos comienzan a salir, en forma de protesta. Tu cuerpo te pide a gritos tenerlo cerca, gritar su nombre, decirle lo que necesitas, lo que sientes...así que lo haces.

"Siento un abismo en la boca de mi estómago, y entre mis dedos acaricio la humedad que la perversión de tu mente ha provocado en mi cuerpo. Y ahora, mientras hablo con el responsable de mi necesidad, deseo que fuesen tus manos las que me estuviesen tocando. En mi mente te veo acostado, tocándote para mi como yo lo hago para ti. Dejándote llevar ante mi recuerdo, haciéndome delirar por tu calidez haciendo fricción contra la mía". La respiración entrecortada del hombre en la llamada no hacen más que satisfacerte, puesto que ahora, el echo de su sexo siendo maltratado es más evidente. "Me preguntas qué siento; una urgencia que ni siquiera la fantasía de tu cuerpo sobre el mío podrá saciar, así como tampoco a ti".

"Entonces dilo, ángel".

"¿Qué?"

"Di mi nombre".

(...)