Harry's the Type of Daddy K. -h.s-

No.61 "Only You, babygirl"

Harry es el tipo de Daddy que te ve a lo lejos con el entrecejo fruncido. Es ahí donde se da cuenta que miras "ocasionalmente" hacia su dirección; donde él platica con una mujer entre los 30 años de edad. Ella es alta, lleva un vestido rojo, resaltando las curvas de su figura. Su cabello cae sobre sus hombros en unas ondas, y una sonrisa se desliza por sus labios cuando Harry le dice algo al oído.

Tu mandíbula se contrae inconscientemente y sientes como la bilis se forma en tu garganta. Apartas la vista de ellos y caminas hacia la demás gente. Sin saber qué hacer, te sientas en una de las mesas qué hay en el gran patio y apoyas tu mejilla en la palma de tu mano.

Una risa carente de humor sale de tus labios, piensas que es tonto siquiera molestarte por aquello, al fin y al cabo, no son nada, y esa mujer tiene más oportunidad con él.

La imagen de una mano se hace presente en tu campo de visión, tu ceño se frunce de confusión, alzas la vista y aquel hombre de traje que había estado hablando coquetamente con la mujer de vestido rojo ahora extiende su mano hacia ti.

"Baila conmigo". Su tono de voz es demandante, pero a la vez sereno. Enarcas una ceja hacia su dirección y pasas la punta de tu lengua por tus labios.

"Pensé que tenía una cita, señor Styles, no querrá dejarla esperando, ¿verdad?" Sus ojos se entrecierran a tu dirección, y su mandíbula se contrae en forma de fingida irritación.

"¿Ahora me hablas de usted?" La sonrisa lobuna que sus labios forman causan un escalofrío por todo tu cuerpo. Te toma por sorpresa cuando su mano, que antes estaba extendida, viaja hasta tu cintura y te obliga a levantarte de tu asiento. "Aún no comprendo cómo es que todavía no entiendes, que a la única que quiero entre todas es a ti. Tú y solo tú, baby girl".

Tragas fuertemente, sin saber qué decir. "Pues eso no parecía hace unos minutos atrás, cuando le susurrabas cosas en el oído". Sus labios, que antes estaban en una línea recta, ahora se entreabren en forma burlona hacia ti.

"No me digas que estás celosa, pequeña". Tu niegas al instante. Su agarre en tu cintura se hace más fuerte, pegándote más a su cuerpo. Te quedas quieta en tu lugar, sin saber qué hacer o qué decir. El aroma de su perfume inunda tu nariz y cierras los ojos por unos segundos para disfrutar el familiar aroma. Se acerca a tu oído y acaricia tu oreja con sus labios. Te estremeces por ello, pero te las ingenias para permanecer firme bajo su caricia, aunque por dentro te sientes retorcer. "Ella no se ha ganado mi atención. Ella no tiene lo que quiero. Ella no es como tú, y da la casualidad que así me gustan las mujeres". Se separa de ti con una sonrisa pintando su rostro. "Como tú".

Una sonrisa se dibuja en tus labios inconscientemente. "Ahora sí, baila conmigo, princesa".

(...)