Harry's the Type of Daddy K. -h.s-

No.77 "E s p e c i a l "

Harry's P.O.V

La veo hacerse un ovillo en la silla frente a la chimenea. Sus manos frotando sus brazos con la intención de que el frío se aminore con aquello. Una sonrisa se pinta en mis labios.

No es hasta que pongo la pequeña cobija que tengo entre mis manos sobre sus hombros que se da cuenta de mi presencia. Me agacho un poco en mi lugar, al punto que mis labios se encuentran justo a la altura de su oreja.

"Feliz navidad, ángel". Susurro. La mirada dulce de la chica frente a mí me observa con detenimiento, y sin decir nada, ambas de sus pequeñas manos toman mi rostro.

Es distinto. Su tacto causa algo extraño en mi sistema, y todo mi cuerpo reacciona a su calidez de repente. Entonces hala de mí y presiona sus labios contra los míos. Un beso muy alejado a la euforia a la que están acostumbrados.

Y justo cuando estoy apunto de decir algo, ella susurra contra mí "Feliz navidad, daddy". Y es ahí donde siento que lo pierdo todo.

Me las arreglo para levantarla en mis brazos. Ella comienza a reír, y por un momento aquel sonido se me es el más angelical de todos, aparte de sus gemidos cuando le hago el amor.

Camino hacia la habitación, y la reacción de sorpresa no tarda en aparecer cuando ve los regalos que he comprado para ella en la cama.

"Oh, daddy". Un tierno gesto se apodera de su rostro, y aquello solo incrementan mis ganas de comérmela entera.

Ella camina hacia la gran caja en medio de la cama, sus ojos buscan los míos rápidamente, yo solo le sonrío y asiento con la cabeza.

Deshace el moño y posteriormente quita la tapa, revelando un vestido. Sus cejas se alzan y ambas de sus manos toman la pieza de las esquinas, alzándolo, dándole una vista perfecta de él.

"Quiero que lo uses para mí". Digo a sus espaldas. Mis manos se colocan en sus hombros, pero la siento temblar.

Entonces se voltea hacia mí, y me encuentro con aquellos hermosos ojos de mi ángel llenos de lágrimas.

Mi entrecejo se frunce. "¿Qué pasa, cariño?" Sueno preocupado. Ella niega con la cabeza dándome a entender que no es algo malo.

"Pasa, que..." Limpia sus lágrimas con el dorso de su mano rápidamente. "Dios, Styles". Susurra. "Te amo tanto que me asusta". Mi cuerpo entero reacciona ante aquello, pero no hace falta que le diga algo, me acerco a ella y la beso sin prisa, pero con el ímpetu al borde de mis acciones. No es necesario que le diga que la amo de vuelta. No cuando se lo demuestro cada que la tengo entre mis brazos.

(...)