Él no necesita presentación, cuando lo veas, sabrás cómo llamarlo.
Harry Styles, conocido como, Daddy.
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Harry es el tipo de Daddy que recorre su vista por todo tu cuerpo, estudiando a detalle lo que llevas puesto. Sus dedos se aprietan al rededor del volante frente a él, gracias a las miradas que estás recibiendo.
Cuando porfin te encuentras frente al auto, el quita los seguros y abres la puerta del copiloto.
"Hola". Saludas, sin siquiera darte cuenta de la mandíbula y músculos tensos de Harry.
La vista de él vuelve contigo, pero baja casi de inmediato a tus piernas cuando te sientas; la falda que llevas puesta se a recorrido lo suficiente como para que la piel de tus muslos se vea. Su mano derecha se aparta del volante, y hace su camino hasta tus piernas.
Das un leve salto en tu lugar cuando aprieta con ímpetu tu muslo izquierdo. "¿Acaso no te he dicho lo que puedes provocar a un hombre? Y más cuando estás vestida de esta..." Suelta un gruñido por lo bajo. "Forma".
"Yo..."
"No me gusta compartir lo que es mío". Tragas duramente, y lo miras detenidamente, mientras sus ojos viajan hasta tu clavícula, donde unas cadenas caen sobre el valle de tus senos. A pesar del coraje que le ha dado el hecho de que te hayas vestido de esa manera, no puede evitar pensar en que te ves jodidamente caliente con esa blusa que llevas puesta.
"Podría desnudarte en cuestión de segundos, justo ahi". Señala el asiento donde estás sentada, y algo dentro de ti se retuerce. "Has sido una niña muy muy mala, provocando a otros hombres".
"No tenía intención en provocarlos..."
"Pero lo has hecho, joder". Cierra lo ojos, y respira profundamente, intentando controlarse.
Da unas leves palmadas en su regazo, ordenándote que te sientes encima de él. Así que lo haces. La oscuridad del lugar se filtra por los vidrios polarizados del auto.
Los largos dedos de Harry se enredan en tu cabello, y comienza a darle vueltas por su mano, haciendo un puño en él. Hala levemente de ti, dándole acceso total a tu cuello y senos. No tarda en hacer su camino hasta tu piel, dejando marcas a su paso, besando y succionado la tersa y caliente piel debajo de sus labios.
Gimes por lo bajo, su lengua hace su camino desde tus senos hasta tu cuello, y de ahí, comienza a dejar pequeños besos, hasta encontrarse con la comisura de tus labios. Su mano libre se envuelve en tu cintura y te empuja hacia él, haciendo que así, sientas la erección debajo de tu sexo. "¿Sientes eso, muñeca?"
En el momento en que sus sexos se rozan, sueltas un gemido, que es callado al instante por los cálidos labios del hombre debajo de ti.
Comienzas a moverte sobre él, haciendo que su agarre en tu cintura sea más duro. Te separa de él, halando suavemente de tu cabello en su puño. "¿Cuando vas a ser una niña buena y dejar de provocar a Daddy así, ah? Tu sabes que me jode pensar en otro hombre mirándote". Susurra sobre tus labios, para después pasar la punta de su lengua por el contorno de los tuyos. Dejas salir un suspiro por lo caliente que se siente aquello.
Te besa de nuevo, esta vez, deshaciendo el puño de tu cabello. Toma tu mano derecha, que se encontraba sobre su pecho, y la dirige hasta su miembro. "¿Puedes sentirlo?"
Asientes. "Si"
Aprieta levemente su mano sobre la tuya, acariciando tu sexo con el dorso de ésta. "Si, ¿qué?" Levanta su mentón, dándole un aspecto más intimidante. Muerdes tus labios, intentando no soltar una palabrota.
"Daddy" Una sonrisa torcida se dibuja en sus labios.
"Sé una buena chica, y toca a Daddy como tanto me gusta".
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