Harry's the Type of Daddy K. -h.s-

"Baby, please" II

H a r r y

No puedo controlarlo, y un centenar de maldiciones se escapan de mis labios para cuando ella está maltratándome de una forma tan cruel y exquisita.
Jamás había visto tanta seguridad en sus movimientos, jamás le había cedido el control.
Sus caderas se mueven sobre mi de una forma abrumadora, quiero tocarla, tomarla del rostro y besarla hasta hacer sangrar sus labios. Quiero estampar mi mano en su culo y decirle que me encanta que me llame Daddy de esa forma tan seductora e inocente.
Su cabeza se inclina y sus labios se entreabren, dejando salir un suspiro. La imagen no es nueva pero la sensación es diferente.
Me está matando, y no poder tenerla como yo quiero poco a poco me está llevando a la locura. Sus manos comienzan a tocar sus senos, mientras sus dedos se introducen en su boca, y saca estos lentamente sin dejar de mirarme. Gruño, frustrado. Me temo que nuestros sexos rozándose en un intento de saciar la excitación no es suficiente. La quiero dentro. Brincando sobre mi.

Posa sus manos en mi pecho, mientras acaricia mi piel. Murmura algo por lo bajo pero aún así logro entender. "A mi merced." Su voz hace eco en mi cabeza y por alguna extraña razón me siento vulnerable por primera vez. Su cuerpo se reposa contra el mío, y el cálido tacto calman la sed que tengo de tenerla cerca. Nuestras respiraciones se unen como una sola y el calor que emana me provoca una oleada de algo inexplicable. Mis ojos se clavan en los de ella. Sus movimientos se hacen más lentos pero el roce es placentero. Mis ojos se cierran, intentando controlarme.

Y sin siquiera pensarlo digo; "Por favor." Mi voz es ronca, necesitada, desesperada...

Es que, joder! Ella me conoce más de lo que me gustaría admitir, por lo tanto sabe que dentro de mi hay un desastre de emociones, donde el placer nubla mi juicio, ella sabe que estoy a punto de perder los estribos y arrancar las jodidas esposas que me impiden tocarla como yo quiero. Mi mandíbula se contrae y una maldición sale de mis labios una vez más. "No se siente lindo que te esposen, verdad, Daddy?" Sus labios se vuelven una sonrisa torcida, y mis ganas de follarla se intensifican. Paso mi lengua sobre mis dientes, intentando contenerme. Es entonces cuando su mano viaja hasta su humedad, y comienza a tocarse encima de mí. Muerde sus labios en un intento de no gemir, pero aquello se va al carajo cuando nuestros sexos se vuelven a tocar por accidente. El sonido gutural que es liberado de su sistema causa algo inefable en mi. "Nena" Mi voz sale en un susurro. Toma mi miembro y comienza a provocarme. Siento que estoy a punto de perderlo todo, y hasta ese momento veo la magnitud del dominio que tiene sobre mi, me doy cuenta que he corrompido algo tan virgen, tan inocente, tan puro... "Me estás volviendo loco, por el amor de Dios!" Una risa sale de su garganta, y aquello me provoca de sobremanera.

"Daddy quiere que lo monte? Es eso?" Sus labios se hacen en forma de un pequeño puchero, mientras que acaricia su húmedo sexo con mi miembro.

Mis ojos se cierran al instante, y no me molesto en siquiera evitar el ronco gemido que sale de mi. "Quiero que hagas más que eso." Su ceja se enarca, dándole un aspecto extremadamente sensual.

"Ah, si?" Me mira con un poco de diversión, pero yo sé que dentro de ella aquel comentario le ha provocado. Y sin siquiera esperarlo, me toma por completo, callando cada suplica que dentro de mi a gritos se encontraba. "Así, Harry?" El vaivén de sus caderas sobre mi es la razón de que mi cordura sea inexistente en esos momentos.

No me pasa por alto el hecho de que me haya llamado Harry, y mucho menos que ha desatado las esposas de la cama. Su voz susurra contra mi oreja "Tócame." Mientras me monta con fruición.

Sin esperar más, mis manos se enredan en su cuello y la atraigo hacia mí. Sus labios y los míos conectan en un beso. Gemidos por parte de ambos son liberados de nuestras gargantas. Me siento en mi lugar, sin separarme de ella. Como si por acto de reflejo se tratase, aprieto su culo con ímpetu, y tomo el control de sus caderas, moviéndola en forma circular sobre mi. "Así me gusta, mi amor."

(...)