Harry's the Type of Daddy K. -h.s-

No.50 "Like that?"

Harry es el tipo de Daddy qué pasa su lengua por sus labios, la suave tela de encaje que adorna tu tersa piel es acariciada por sus dedos, y un escalofrío recorre por completo tu cuerpo. Los rayos del sol pegan en tu rostro, y a Harry aquello parece fascinarle por alguna razón. Tu cabello está esparcido por toda la almohada y un brillo en tus ojos cautiva por completo al hombre frente a ti.

"Qué hermosa eres." Una sonrisa se crea automáticamente en tus labios. Sus brazos se colocan a los lados de tu cuerpo. Sus ojos estudian tu rostro detalladamente, y un pequeño suspiro sale de ti. Te besa, de la forma más dulce posible. Una de sus manos pasa por debajo de tu figura y te abraza, pegándote a su cuerpo.

"Vamos, sé una buena niña y dile a Daddy qué es lo que necesitas"  Dicho esto, vuelve a atacar tus labios. Sientes que su cálida mano se desliza por tu abdomen, hasta acariciar tus muslos.

"Ah"

Sus dedos acarician tu sexo, y muerdes tus labios para evitar el gemido de sorpresa que estaba por salir de tu garganta. "Será que quieres que te toque así?" Mete uno de sus dedos en ti y tu espalda se arquea, mientras la excitación aumenta cada segundo que pasa.

Ambas de sus manos toman de tus piernas y las separa, así quedando su figura entre ellas. Toma las bragas que llevas puestas y las desliza por tus piernas.  Es ahí donde te das cuenta que él ha estado desnudo desde el principio.  En un impulso de atrevimiento dices ;

"Fóllame, Daddy"  Una sonrisa torcida se dibuja en sus labios. Entra en ti de una forma brusca, y alza tus manos encima de tu cabeza. Comienza a follarte de una forma tan malditamente dulce que te sientes desvanecer. Sus estocadas son lentas y a la vez tan violentas, como si te estuviese castigando. Tomándote por sorpresa sus manos se entrelazan con las tuyas y su labios callan cualquier duda que tuvieras en ese momento.

"Solo para que te quede claro, angel"  Se acerca a tu oído, su respiración hace eco en tu cabeza y las maldiciones que lanza te hacen delirar por unos momentos. "Yo no te he follado." Lo sientes tan cerca, tus caderas comienzan a moverse con la necesidad de llegar al orgasmo.  Sale y entra en ti de una manera muy profunda. Los músculos de su espalda se contraen, a la par de tu orgasmo. Y de nuevo, su ronca voz se hace presente. "Yo te he hecho el amor."