HEREDEROS

68. Dame un motivo

Samuel alzó la mirada escuchando una y otra vez aquel nombre en su cabeza, no podía ser, Soledad no podía haber hecho eso, era impensable que la mujer que prácticamente lo crió en su niñez había hecho esas cosas, ella también había estado cuando Sofía e Irina pasaban los veranos en el rancho... las había cuidado también y había velado por ellas, era imposible que la matase, negó con la cabeza.

Samuel: no puede ser, esto debe ser un error-vio a Paulino muy seguro de lo que decía-¿pero por qué?

Paulino: no lo sé y estoy seguro que Andrea fue averiguar eso al rancho de tus padres, por eso necesito que me ayudes... yendo contigo tengo la seguridad de que protegiendo a Andrea no te harán nada.

Samuel: no sé si alegrarme o preocuparme por que la quieras de esa forma.

Paulino: no tengo tiempo para explicarte todo lo que me inspira Andrea... solo quiero que esté a salvo y que sea feliz siendo fiel a sí misma...

Samuel: cierto, vamos...

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La noche las alcanzó cuando volvieron al rancho tras deshacerse del coche de Andrea, cuando entraron en la sala la vieron en el mismo lugar en el que la dejaron, completamente inconsciente y atada en el sofá, Cayetana dio vueltas delante de ella mientras angustiada pensaba en todo lo que se les venía encima.

Soledad: no le dé más vueltas... yo seré quien se encargué de todo...

Cayetana: ¡Eres un monstruo! ¿Sofía? ¿Qué le hiciste?

Soledad: ¡la señorita Sofía estaba teniendo un romance con su marido! Ella estaba enamorada de él... quería quitárselo... yo no iba a permitirlo, por eso le envié amenazas hasta que se fue, después de 8 meses llamó al rancho para decir que volvía... y yo no podía permitirlo, le pregunte donde estaba para irla a recoger y...-suspiró-le di un golpe en la cabeza, pero no perdió el sentido, se escondió en su habitación, entre a golpes en ella y cuando la cogí... la asfixié hasta matarla-Cayetana tocó su cuello sintiendo la angustia que debió sentir Sofía al ser estrangulada a manos de Soledad-ella quería quitarle a su marido... y yo no podía permitirlo, al igual que Elena y usted eso lo sabe, Elena quiso contarle una verdad que yo no permití, por eso la maté, ¡mate a Elena del Junco!

José Antonio: ¿¡QUE HICISTE QUE!?-ambas se giraron sorprendidas-¿¡Mataste a Elena!?

Soledad: ¡Ella quería contarle que Flavio era su hijo!

José Antonio: ¿¡FLAVIO QUE!?-respiró consternado mientras avanzó hacia ella con fuerza.

Agarró el cuello de Soledad y comenzó a apretar con fuerza mientras los ojos de esta estaban abiertos con fuerza, trataba de coger el aire pero era incapaz, José Antonio la tenía fuertemente acorralada con sus manos sobre el cuello, Cayetana se metió entre ambos, haciendo fuerza sobre las manos de José Antonio impidiendo que su marido se manchase las manos de sangre con aquella mujer.

Cayetana: ¡Basta!-logró separarlos y automáticamente Soledad comenzó a toser-¡Me engañaste! ¡Siempre amasre a Elena! ¡Catalina, Sofía! ¡A saber cuántas más!

José Antonio: no estoy para tus reclamos-entonces se giró para ver a Andrea postrada en el sofá-¿¡PERO QUE DEMONIOS!? ¿Qué hace está aquí?

Cayetana: fue ella quien me contó que Flavio y Esperanza son tus hijos-el frunció el ceño.

José Antonio: ¿Esperanza?

Cayetana: ¡Finalmente esa niña si es una Gallardo!-comenzó a llorar-¡Eres lo peor José Antonio! ¡Creí que después de la muerte de Elena me amarías! ¡PERO NO!-le asentó una bofetada que le marcó los dedos en la cara-¡Eres un perro!