63. ¿Cuál bebé?

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Flavio volvía de caminó al dispensario cuando se dio cuenta de que el coche de Irina estaba frente a la casa del doctor Robledo, ralentizó su marcha pensando que podía estar haciendo Irina allí, de pronto escuchó el ensordecedor sonido de un disparo, su corazón comenzó a revolucionarse golpeándose contra su pecho, frenó el coche de golpe y se bajó con miedo mientras entraba en aquella casa lo más pronto posible.

Entonces la vio... sus cabellos rubios estaban despeinados sobre su rostro y su delicado cuerpo estaba tendido en el suelo mientras un líquido rojo comenzaba a teñir el blanco de su blusa, su corazón se partió, al instante que se colocó a su lado y apartó el pelo de la cara para ver sus hermosos ojos, estos estaban apagados pero en seguida sus miradas se cruzaron y ella tosió fuertemente

Flavio: muñeca...-dijo con un hilo de voz, las palabras apenas podían salir de su garganta-¡Aguanta!-logró decir-¡No puedes dejarme! ¡No lo hagas!

Irina: t... te... Te amo...-su mano trató de acariciarlo tal vez por última vez pero esta descendió sobre su cuerpo hasta el suelo perdiendo el conocimiento.

Flavio: no Irina... ¡NO! ¡Quédate conmigo por favor!

Se incorporó cogiendo fuertemente a Irina entre sus brazos, debía recibir asistencia inmediatamente o correría el riesgo de perderla a ella también al igual que pasó con Sofía... la metió delicadamente en el coche y corrió al asiento del piloto, condujo rápidamente necesitaba un médico urgentemente o Irina moriría.

De pronto el estruendo de una puerta alertó a Catalina quien estaba en el dispensario ultimando unas cosas antes de irse a su casa, entonces vio a Flavio entrando con el rostro desesperado y con Irina en sus brazos, sin pensárselo ni un minuto se acercó a ellos alarmada por las condiciones en las que ambos llegaban.

Catalina: ¡POR DIOS!-se acercó-¿¡QUE PASÓ!?

Flavio: no tenemos tiempo, le dispararon-sollozó con ella entre sus brazos-¡AYUDAME, TU ERES ENFERMERA!

Catalina: Flavio es necesario verla en una clínica-él negó sabiendo que quien le disparó volvería hasta saberla muerta-¡Ella y el bebé corren mucho riesgo si los atiendo aquí!

Flavio: be... be... ¿bebé? ¿¡Cuál bebé!?-su cuerpo se alarmó.

Catalina: Irina está embarazada Flavio... apenas esta mañana le dimos los resultados.

El rostro de Flavio se dirigió al de su amada... por dios... iba hacerle padre, su corazón se engrandeció levemente con aquella noticia pero su preocupación por ella se multiplicó al saber que dentro de ella se encontraba una parte suya, con más razón no podía llevarla a una clínica para que Robledo la encontrara y terminara lo que seguramente empezó, debía alejar a Irina de aquel lugar y protegerla a ella y a su hijo de cualquiera que pretendiese hacerle daño.

Flavio: no... ahora más que nunca debo alejarla de aquí, corren peligro...-observó detenidamente a Catalina quien lo veía realmente afligida-ayúdame por favor... te lo suplico.

Catalina: claro que lo haré...

Llegó a su casa rota de dolor, con la respiración entrecortada de tanto llorar, no podía creer que en estos momentos fuese libre... se bajó del coche con pesadez, percatándose de la oscuridad de la noche, ¿Cuánto tiempo había estado en el rancho de Samuel? Tal fue la intensidad que vivió que perdió la noción del tiempo, cerró la puerta del coche y vio a alguien levantándose rápidamente de una silla colocada en el porche.

Era Paulino, al verlo sus lágrimas volvieron de nuevo a ella, se sentía destrozada y tal vez iba a derrumbarse sobre la persona equivocada pero lo necesitaba, inmediatamente él se acercó preocupado, había estado horas esperando frente al porche a la espera de su vuelta simplemente para asegurarse de que estaba entera, pero lo que vio... le partió el corazón, la abrazó y entonces ella soltó un pequeño grito acallado con su pecho.

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