Lunes, 28 de mayo
2: 23 p.m.Rin POV
Estaba cambiando de canal...y cambiándolo...y cambiándolo. Que malditamente monótono es estar aquí.
Lo admitiré, comenzaba a sentirme sola. Y es que aunque siempre he sido yo la que busca la soledad, ahora vine a entender el verdadero significado de no tener a nadie al estar todo el día acostada en una camilla. Desde aquel entonces prometí no volver a confiar, y es por eso que siempre evité a los demás, pero aún siendo yo quien los alejaba, miento si digo que no duele.
Empecé a recordar cosas, la mayoría no buenas porque después de todo, siempre es lo negativo lo que marca más al ser humano. Y entre memoria y memoria, mis ojos poco a poco se cristalizaron. Ahora que lo pienso, no son muchos los buenos recuerdos que tengo.
Pero en eso llegó ese rubio, ese cochino, el idiota "Jack come Twinkies". Y me rescató una vez más, esta vez de mi propia mente.
Se asomó en la puerta, pues ya me habían asignado un cuarto personal mientras me realizaban algunos estudios para poder darme el alta con seguridad.
Len- Traigo tu medicina, rubia -canturreó con voz pícara.
Rin- ¿Qué haces aquí?
Y su cara pasó a una de póquer. No mijo, no soy afectiva, disculpas por eso.Len- Tsk, olvidé que eras la anti-morbo -suspiró-. Hago lo mismo que ayer, y que antes de ayer.
Sus manos que cargaban cierto bolsito se escondieron tras su espalda. Eso captó mi atención.
Rin- ¿Qué me trajo el cochino? ¿Estiércol?
Len- Ja-ja. No, te traigo algo mucho más asqueroso que eso.
Rin- ¿Una foto tuya? -Juro que me mordí la lengua para no reír.
Len- Haré como que no escuché eso. Te traje... -Me extendió el bolso-. ¡papitas!
Rin- No insultes a mis papitas, tonto.
¿Malagradecida? No lo creo. Aunque mi tono de voz fuera tan neutral como lo es usualmente, aunque mi vocabulario fuera igual de grosero al de siempre, admito que sentí una pizca de alegría al verlo asomarse en mi puerta.
Bueno, de que me trajera las papitas, mejor dicho.
Len- Tú me insultas a mí que es peor.
Rin- Pero eso es comprensible -dije abriendo el bolso y probando una pieza.
Len- Ajá, sí- respondió resignado.
El silencio moró unos segundos, escuchándose como único sonido el ruido del plástico del bolso y las mordidas que le daba a las papitas. Sí, hasta para mí era incómodo.
Más cuando parecían estarme estudiando con la mirada.
Rin- ¿Se te perdió algo? ¿O es que quieres papitas? Porque si es así, no te daré.
Len- ¿Estas bien? Tus ojos están un poco rojizos, quizás sea debido a algún medicamento.
Reí, este hombre estaba loco. Y yo, bueno, seguía malinterpretándolo. Mis disculpas nuevamente, señor.
Y doctorcito, es obvio que estaba llorando. Aunque qué más se podría esperar de ti.
Rin- Eso es la droga que me pone así.
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¡Aléjate!
FanfictionQué irónico sería juntar a esos dos rubios, él odiando a las mujeres, y a ella repugnándole los hombres. Ambos retorcidos, groseros y malhumorados. Sin duda, una pareja peculiar y abominable. -Nunca hemos hecho una buena combinación, ¿pero acaso n...