•Sleep Call•

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Viernes, 9 de noviembre
12:22 a.m.

Rin POV

Miraba con pavor cómo vibraba, dejando ver su nombre de contacto en la pantalla. Desde hacía unos minutos no había parado de sonar. Era mi teléfono, era él quien llamaba.

'Pavor' sería una expresión un tanto dramática, pero sí podía decir que sus continuas llamadas me ponían de nervios. Y todo solo empeoraba al no tratarse de llamadas normales, sino de video. Hacía tiempo que  me andaba contactando y por diversas razones no había podido contestarle, y era justo ahora que realmente tenía chance de hacerlo, pero no me era el mejor momento. Habiendo sido ayer que me llevé unas buenas bofetadas, hoy podía decir que la hinchazón había aumentado, al nivel de poder notarse hasta en la cámara. No quería que Len me viera así, menos siendo Neru la causante. Con lo tonto que era, seguro sentía algo de culpabilidad.

El móvil volvió a vibrar, esta vez mensajes.

«Si no respondes, me veré obligado a tomar el primer vuelo a Japón.»

Sonreí por su chantaje tan infantil y extremo.

«Eso solo hace que tenga menos ganas de responderte, bonito ;)»

«¡Contestaste al momento! ¿Quiere decir que estas ignorando mis llamadas? Dios, no te creí tan descarada.»

Una videollamada suya volvió a aparecer en mi pantalla, y esta vez aunque hesité, terminé cediendo. Respondí, y automáticamente descendí el celular para que mi rostro no se viera. La llamada tardó un momento en conectarse y tras lograrlo, Len apareció en perfecta calidad en mi teléfono.

¡Dios bendiga el buen internet! Era como verlo en persona.

Len- Eh...bien -dijo balbuceando y calló unos segundos-. Admito que es excitante llamarte y ser tus pechos lo primero que veo, pero me gustaría ver tu cara también.

Rin- ¡Eres un cochino! -exclamé y acto seguido, cubrí mi cámara con mi mano.

Len- Pero he dicho que quiero ver tu rostro antes que tus pechos, ¿no es eso romántico?

Rin- En absoluto.

Aunque mi mano tapaba mi cámara, la suya aún podía verse. Reía, con aquella irritante satisfacción y chulería. Y digo irritante porque normalmente me irritaría, pero la sonrisa que se me escapó no coincidía con ello.

Debo decir que me acostumbré tanto al Len retorcido y altanero, que si no le veía, le extrañaba.

Len- Déjame verte, Rin. Echo de menos tu ceño fruncido -dijo con gesto risueño, y yo chasqueé en respuesta con mi lengua.

Rin- Vaya manera de convencerme -comenté con tono sarcástico.

Len- ¿Y si te digo que es que estoy ansioso de verte? Tu ceño fruncido, tus ojos, tu pelo, hasta tus pestañas.

Rin- Entonces pensaría que tu perversión no tiene límites.

Len- ¡Ay, mujer! ¡Que contigo no hay manera de ganar!

Reí divertida ante su crisis, pues siempre me ha resultado cómico fastidiarlo. Y luego suspiré, dándome por vencida ante sus peticiones. Que fuera la única que podía verle era injusto, lo sabía.

Len- Eres una cursi de closet -soltó de repente, dejándome más que confundida. Y su nueva sonrisa, amplia y a su vez nostálgica, aumentó aún más mi confusión.

Rin- ¿Perdón? La cursilería me repela, o más bien yo la repelo a ella.

Len- Pues lamento decirte que ese 'repele' conmigo llegó a su fin.

¡Aléjate!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora