•Tormenta•

1.4K 111 176
                                    

*Hay una reproducción en multimedia. En cuanto deban escucharla, yo les avisaré. Ahora sí, continúen con la historia <3*

Miércoles, 31 de octubre
5:12 p.m.

Rin POV

Desde la partida de Len no he hecho más que llorar. Intento ser fuerte, ser la de siempre, pero simplemente no puedo. Len se llevó consigo mis fuerzas y cualquier armadura que siempre quise llevar. A menudo la duda y el miedo me carcomen. «¿Regresará algún día?» Es la pregunta que mayormente se pasa por mi cabeza, y me aniquila.

Jaja.

¿En serio se la creyeron? Si la respuesta es afirmativa, aún no me conocen del todo. Pero no se preocupen, aún faltan muchos capítulos, apuesto a que al final entenderán por completo quién es Rin Kamine.

Bien, la realidad es que no quería que me odiaran. No quería que me vieran como una víbora sin sentimientos que no se afecta ante nada.

Pero adivinen algo, casi casi lo soy.

Valga el "casi casi" porque, por menos que quiera, soy humana. Así que el dolor que narré poéticamente más arriba, tiene una diminuta pizca de verdad. Pero diminuta, ¿vale?

Cuarta pared rota, construyámosla nuevamente.

Lo mejor en los momentos como estos es sentir que no estas solo. Y yo, así sea por un pelo, no lo estoy. Tengo a la retrasada de Gumi, y últimamente también cuento con Kaito.

(Solo le dije que me gusta el helado y listo).

Aunque bueno, a veces me cae el remordimiento de que es una piadosa mentirita. No me gusta lo dulce, así que el único helado que tolero es el de naranja y menta.

A lo que todo el mundo le interesa. No he visto desde entonces a Len y no me ha ido del todo bien. Aunque tampoco del todo mal. Este mes he tenido bastantes distracciones, por lo que es muy poco el tiempo que me ha sobrado para recordarle. Estamos en octubre, el mes de los muertos, con la noche de brujas y las navidades aproximándose.

En la biblioteca se trabaja más que nunca, pues afortunadamente aún queda gente que consideran un libro un buen regalo de navidad. Esa gente, la amo. Además, el día de la noche de brujas se planea hacer una actividad. Suena bastante bien, aunque a mí sinceramente no me interesa.

Pero como tengo una amiga retrasada y un amigo fiestero, me vi fuertemente obligada a ir.

Gumi me amenazó con el cactus y Kaito con no dejarme comer el helado de menta que su tienda vende.

Suficiente. Abuso, chantaje, extorsión.

Además de eso, pronto se acercan las vacaciones de la universidad. Por lo que, como siempre, los profesores vagonetes que dejan todo para lo último se están apresurando a dar todo el material que debieron dar desde el principio. En resumen, apenas tengo tiempo para respirar. Y aunque la biblioteca se siente vacía sin Len, siempre hay una pelirroja estúpida que logra sacarte del abismo con más y más pinches órdenes que al parecer ella no puede hacer por tonta idiota y malnacida.

Lo siento, me enfadé.

Pero intento ser optimista, al menos me distraigo, ¿no?

Me siento una sirvienta frustrada, ese consuelo no me sirve.

La festividad que se planea en la biblioteca parece bastante candente. Según lo que la Teto esa me contó, la entrada es gratuita y es abierta para todo el público. El único requisito para participar es ir disfrazado, incluso los autores que fueron ya invitados por nosotros. Eso es lo más peculiar, lo demás es simplemente una fiesta común y corriente. Bebida, música clásica al tratarse de una biblioteca, aperitivos y toda la cosa.

¡Aléjate!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora