•Alcohol•

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Miércoles, 30 de mayo
6: 17 p.m.

Rin POV

Finalmente me había podido largar a mi casa, estar en un hospital era de alguna forma agotador. Recogí mis cosas y salí de ahí lo más pronto posible. Y sí, me fui caminando, mi motora necesitaba llevarla a un mecánico y no tengo personas cercanas como para decirles que me busquen. Iba andando con mi típico paso lento, aquel que no demostraba impaciencia sino mera paz. Un auto se detuvo al lado mío y me tocó bocina. Yo detestaba esa gente, por lo que continúe ignorándolo. Pero mientras más caminaba más la tocaba, y no dejaba de seguirme. Me harté, o quizás me asusté, así que miré al cristal.

Len- Vaya, vaya, tan linda y tan sola.

Rin- Iugh, aléjate.

Len- O te montas o te monto- sonrió, sabía que con ese comentario me haría ceder. Y era la verdad, no quiero saber de actos a la fuerza.- Así me gusta.- dijo con risa orgullosa al ver cómo me adentraba en su vehículo.

Rin- Sí que eres molesto, cochino.

Len- Pero te gusta, anti-morbo.

Íbamos en silencio, solo se escuchaba la radio a un volumen bastante agradable. Era de mi banda preferida, y la de él al parecer. Comenzó a cantar y a moverse lentamente mientras hacía el ritmo de la música con sus dedos chocando en el volante. Sonreí, era demasiado cómico.

Len- ¿Qué?

Rin- Nada, nada.

Len- Deberías cantarla tu también, es muy buena y lo sabes.

Tarareando y tarareando llegamos a mi casa. Ahora que lo pienso...aquí quedaría, ¿verdad? Ya no había razón para volver a encontrarnos, de hecho, pienso que nos encontramos demasiado. No me sentía triste, pero siendo honesta tampoco me sentía bien, era extraño, estaba en un trance.

Len- Ya llegamos.

Rin- Sí.

Len- ¿Quieres que te cargue?- preguntó pícaro al ver que demoraba en bajarme.

Rin- Cochino...

Len- Anti-morbo.

Rin- Que bonita despedida, ¿no?

Len- Digna de tú y yo...

Nos quedamos en silencio, yo continuaba sin bajarme, algo me obligaba a quedarme y no lo entendía.

Len- Esto es raro.

Rin- ¿Qué cosa?

Len- No lo sé, ignórame.

Rin- reí- Lo es.

Len- ¿Tu también lo piensas?

Rin- Debo irme.- respondí evitándolo.

Len- Espera, ¡Rin!- sujetó mi hombro para impedir que me alejara, yo solo me quedé inmóvil.- ¿Ni en estos momentos puedes despedirte apropiadamente?

Rin- le miré directo a los ojos, esta extraña sensación nublaba mis sentidos.- Nos vemos, Jack.

Len- me haló hacia él y tras besar mi mejilla habló.- Nos vemos, Rose.

Y me adentré a mi casa casi corriendo, casi huyendo. ¿Qué era esta sensación? No lo sé, pero no me agradaba, no me gustaba para nada.

Opté por distraerme, me di un baño de agua helada para despejar mi cabeza y una vez salí comí las delicias que en el hospital no podía...¡las hamburguesas! Mierda de vida nutritiva, ¡no te necesito!

¡Aléjate!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora