•Excepción•

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Martes, 28 de agosto
6:44 a.m

Len POV

Rin- No. Puede. Ser. -fue lo que dijo antes de cerrar la puerta.

Corrección: de intentar cerrarla. Con mi pie entremedio le fue imposible, y con la sonrisa más burlona que podía esbozar, hablé.

Len- Sí puede ser.

Rin- ¡¿Pero qué carajos haces aquí tan temprano?!

Len- Vaya, sí que has mejorado.

Rin- Exactamente, ahora largo.- nuevamente intentó cerrar, y nuevamente se lo impedí.

Len- Primero veremos si tu temperatura está tan bien como tu vocabulario marimacho.

Rin- ¡¿Marimacho?!

Sonreí y me adentré en su casa a la fuerza. Escuché un suspiro de su parte e inmediatamente busqué el termómetro donde lo había dejado ayer.

Len- A ver, póntelo.- le pedí entregándoselo tras encontrarlo. Ella arqueó la ceja y formó un gesto travieso. ¿Ahora qué se tramaba?

Rin- Estoy enferma, pónmelo.

Len- ¡¿No que estabas bien?!- la muy descarada comenzó a reír y, tras ladear su rostro, habló.

Rin- Pon-me-lo.

Mi vello se erizó y sentí unos nervios corroerme por dentro. Hasta la torpeza se estaba asomando en mis acciones, y es que el cosquilleo que tenía en el cuerpo no me dejaba tranquilo. Traté de convencerme a mí mismo de que la fiebre le persistía, y solo estaba delirando.

Obedecí, coloqué el termómetro en sus labios y sentí mi cara arder. No podía dejar de mirárselos, y aún sabiendo que ese gesto me delataría, mis ojos simplemente no podían escapar de la hipnosis.

El pitido del termómetro sonó, volviéndome a la realidad. Desvié la vista paranoico, ella comenzó a reír.

Len- ¿Qué? ¿Tengo monos en la cara?

Rin- Casi casi.

Len- ¿Eh?

Rin- ¡Mírate! Son bien pocas las veces que te pones rojo, ayer te pasó cuando...

Ah, con que eso era.
Por eso había actuado tan extraño.
Que delirando ni que mierdas, quería mofarse.

Len- ¿Cuando...?

Ya sabía de lo que hablaba.

Pero, ¿cómo me lo dirás Rin?

No creo que quieras especificar que besé tu oreja.

Rin- Cuando...

Len- Bien, ahora sí combinamos.- Al mirarme confusa le expliqué.- Estas tan roja como yo.- y sonreí, con una pizca de burla, pero también de ternura.

Rin- Maldito, sabías de lo que hablaba, ¿verdad?- me apuntó con el termómetro, yo le saqué la lengua infantil.

Len- ¡Oh! 36.8, ¡estas nueva!

Rin- suspiró, sabía que ignoraba su pregunta- ¿Ya ves? Ahora shuu, que hoy no nos libramos de la uni.

Len- ¿Libramos? ¿Te estas incluyendo?

Rin- Ajá, ya estoy bien así que iré.

Len- No no no, tú te quedas aquí. Aún tu sistema esta sensible, puedes recaer y no queremos eso. Te quedas, y yo te traigo todo.

¡Aléjate!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora