Capitulo 2

1.2K 82 48
                                    

El golpeteo incesante en la puerta fue como una alarma para el musculoso moreno que dormía plácidamente en su habitación y que ahora había comenzado a gruñir bajito por ser despertado tan temprano , pues se trataba ni más ni menos que de Zay Babineaux , de preciosos ojos negros y piel morena, un chico guapo y atlético , pues con el paso de los años se había puesto mejor, no porque sus rasgos cambiaran, ni porque tuviera un corte de pelo nuevo, no, más bien se trataba de horas y horas de entrenamiento arduo y la llegada de la madurez , pero eso era lo de menos, porque tenía que atender la maldita puerta aunque estuviera un poco adormilado y aún sin abrir bien los ojos , tuvo que levantarse y salir de su habitación hasta la puerta del apartamento, tropezando en el camino con el sillón de la Sala de estar y lo que parecía el bolso de entrenamiento de Lucas. Porque tal como lo planearon desde su más tierna edad, él y el ojiverde vivían en el mismo apartamento e iban a la misma universidad e incluso ambos estaban en el equipo de Americano de la escuela.

Molesto y adolorido abrió la puerta para encontrarse con un repartidor con peor humor que el de el, quien le extendía dos paquetes grandes y bien envueltos, decorados con una estampilla del logo de la Universidad William Marsh Rice, situación que logró despertarlo y ponerlo de buen humor en cuestión de segundos, pues el y su mejor amigos habían entrado a un intercambio deportivo que se llevaba a cabo una vez cada 5 años a nivel nacional, ofreciendo la oportunidad de ir a terminar sus estudios a otra universidad siempre y cuando se cumplieran con los requisitos , aunque ese no era el problema pues Lucas era El Capitán y el Co-capitán del equipo, ósea pan comido. Pero el problema empezaba con el proceso de selección y la asignación escolar, pues ellos querían ir a Boston, pero el programa te asignaba a la institución que ellos creyeran conveniente, aunque eso no era tan importante como ser aceptados o no.

Nervioso por el futuro de su destino colocó en la mesilla de estar ambos paquetes, cuidando no dañar la envoltura, como si fueran lo más valiosos de su vida. Entonces recordó que su mejor amigo aún dormía y supo que debía ir a despertarlo de inmediato, aun cuando tuviera que arrastrarlo fuera de la cama.

—¡Luke! Despierta— decía el moreno mientras golpeaba con los nudillos la puerta de madera—¡Luke! ¡Luke!— insistía, consciente de que en unos segundo más su amigo se aburriría de él y terminaría por despertarse.

Y tal como lo predijo la puerta de abrió dejando ver a un rubio recién levantado con el torso desnudo y un pantalón de pijama azul, pero también estaba una despampanante morena que con premura abrochaba su vestido y se ponía sus tacones, para encaminarse a la salida no sin antes enviarle una mirada coqueta al ojiverde y decirle unas cuantas palabras al oído.

—¿Que no se supone estabas con Jane?— Preguntó el moreno sonriendo y tomando asiento en el sillón.

—Eso fue hace dos días, esa que ves ahí es una de las aspirantes para las porristas y déjame decirte que si yo fuera el jurado la dejaría entrar al equipo y a mi habitación cuando quisiera— Contesto el rubio, desde la barra de la cocina con una taza de café en la mano, pues la resaca de la fiesta de anoche le estaba pasando factura.

—Sisisi, cambiando de tema y la razón porque saque tú trasero de la cama es esta— Dijo el ojinegro señalando ambos paquetes como si fueran una joya preciosa, cosa que supo captar el ojiverde pues en seguida se puso de pie y camino hacia la respuesta de su destino.

—¿Es lo que creo que es?—Pregunto con la mirada iluminada y una pequeña sonrisa, recibiendo como respuesta un asentimiento de cabeza y un guiño por parte de su mejor amigo.

Ambos tardaron menos de dos segundos en rasgar el papel y encontrarse con una carta, un sobre amarillo y dos folletos.

—Estimado señor Babineaux, bla,bla,bla, nos complace infórmale que su solicitud fue aceptada...— leyó en voz alta y lanzándole una mirada cómplice a su mejor amigo que al igual que él había leído su carta de aceptación.

LoversDonde viven las historias. Descúbrelo ahora