Capitulo 17

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Su apartamento estaba hecho un desastre, había ropa, pinceles, botes de pintura y cuadernos por todos lados, no es que ella fuera desordenada, pero desde los repentinos sucesos que venían ocurriendo sus ánimos por limpiar y mantener todo en orden se habían esfumado, como si de pronto las viejas costumbre de su adolescencia tocaran a su puerta para quedarse de nuevo. Pero eso no era lo único preocupante, también estaba su falta de responsabilidad, esa que había decidido abundar cuando decidió apagar su alarma y seguir durmiendo una hora más, acortando su tiempo de preparación para ir con su madre, quien emocionada le había llamado desde hace unos días para que la acompañase a ella y a Shawn al primer ultrasonido del bebe, pero ahora, a medio desayunar y corriendo de un lado al otro tratando de encontrar las llaves de su auto no estaba segura de poder llegar a tiempo, probablemente tendría que decirle a su madre que los alcanzaba en el hospital y no en la casa como lo habían planeado, ¡Jodido día!, tal vez Farckle tenía razón con lo que le había dicho la noche anterior, su vida era difícil hasta decir basta.

Pero no pudo seguir lamentándose como hubiera querido pues el ruido del timbre la obligo a dejar su labor titánica de encontrar sus llaves e ir abrir, deseando que se tratara de algún vecino o de un repartidor, todo menos alguien que alargara más su retraso. Maldiciendo por lo bajo abrió la puerta, encontrándose con unos hermosos ojos azules que se veían aún más sobresalientes gracias al moretón en el pómulo y el labio partido, ahí enfrente de ella estaba Anthony con una linda sonrisa y una enorme caja de donas y café en las manos, mirándola como si de pronto todo valiera la pena, haciéndola sentir culpable al recordar que después de la pelea ella no había hecho más que correr a los brazos de Lucas y besarlo hasta casi quitarle la ropa.

-¡Buenos días chica americana!- bromeo el chico mirando con el ceño ligeramente fruncido la expresión conflictiva que tenía la chica, como si estuviera un debate interno.

-Tony- susurro la rubia con una pequeña sonrisa, tratando de recuperarse de la impresión- pasa, yo no te esperaba pero me alegra mucho verte- explico haciéndose a un lado y dejando que el pudiera entrar al lugar para cerrar la puerta.

-Lamento mucho como terminaron las cosas ayer, no merecías presenciar una pelea ni mucho menos tener que ser traída a casa por alguien que no tenías previsto, de verdad estoy muy apenado- trataba de contar, dejando en la pequeña mesa del centro de la sala la caja de comida. Observando a una Maya que no daba crédito a lo que oía , ¿acaso él le estaba pidiendo perdón por algo que ella había provocado? , ese chico sí que era extraño, aunque de cierto modo lo comprendía, el no sabía que cuando lo beso y acepto su propuesto eran los celos quienes estaban decidiendo por ella, estúpidos impulsos, ahora sí que estaba metida en un mundo de líos.

-Tony, eso no fue tu culpa, no tienes nada porque sentirte mal, la que debería estarte ofreciendo disculpas soy yo, no tu- se acercó a él, tomando la mano del británico entre la suya, regalándole un apretón dulce.- Estaba tan asustada cuando comenzaron a pelear..- le conto acariciando con suavidad cada moretón y herida, observándolos lentamente, consciente de que el infierno tenía un lugar para ella con su nombre grabado, aguardando por su alma, aguardando por ella y cada una de su mentiras y sus malas decisiones.

-Lose, no debía dejarme llevar por mi enojo, pero creo que el alcohol y mi poca cordialidad con Friar no ayudo mucho- susurro antes de tomar su mano que aún lo acariciaba y plantar un beso casto en la palma de la mano- ¿Te propongo un trato?, olvidemos lo sucedido, al menos lo de la pelea, porque lo que estaba sucediendo antes jamás lo podre olvidar- aseguro con una sonrisa resplandeciente como el, refiriéndose al beso que ambos se estaban dando.

-De acuerdo, todo olvidado chico británico- aseguro, agradeciendo que la charla se fuera aligeran poco a poco- Aunque aún quiero saber cómo estas, cuando quise ir por ti la novia de Farckle ya estaba contigo y después te busque pero ya te habías ido- omitió el pequeño lapso en que estuvo encerrada en el baño de esa casa con el ojiverde haciendo mucho más que curándolo. Tragando pesado al recordar sus besos y sus caricias, tan familiares y a la vez tan diferentes, tan cálidas y tan indiferentes, como solo Lucas lo podía hacer.

LoversDonde viven las historias. Descúbrelo ahora