El sonido leve de la cafetera y el olor tan peculiar del grano caoba fundiéndose con el agua hirviendo, inundaba desdé la cocina hasta la habitación de Maya, en donde la rubia se encontraba sentada en la orilla de su cama, con la cabeza enterrada entre sus manos y la desesperación inundando cada poro de su piel, la rubia pensaba una y otra vez en donde había dejado su cuadernillo de dibujo, pues si bien en el solo había bocetos y borradores de los originales, tenían un valor sentimental muy importante para ella, además de que en el se plasmaban muchas de las ideas que tenía para sus siguientes proyectos.
Con el enojo fluyéndole por las venas ya había puesto de cabeza cada rincón de su apartamento o casi todo, pues aun había algunas partes que no había tocado, como por ejemplo el armario y su tocador, pero no tenía sentido que estuviese ahí, estaba bien admitir que a veces era descuidada y despistada pero no tanto como para guardarlo en lugares como ese. Sin embargo tampoco podía descartar la idea, suspirando, camino hacia su tocador, comenzando por los cajones de más abajo; en el primero tan solo habían repuestos de pilas, una engrapadora, una linterna y cientos de colores que ya eran viejos o que simplemente ya no servían de manera adecuada, en el segundo encontró algunas de sus joyas, aretes , collares, anillos y un sinfín de accesorios pequeños y brillantes, así prosiguió cajón por cajón, hasta que decidió que al menos de su lado derecho no había nada, decidida abrió el primer cajón de lado izquierdo y lo que encontró la dejo confundía, pues aquel sitio estaba completamente vacío a excepción de un pequeño papel que doblado magistralmente era un perfecto cuadrado pequeño, no recordaba lo que era, ni mucho menos porque un cajón entero era ocupado por un simple papel. Lo que si podía notar es que ese cajón llevaba años sin abrirse pues la nube de polvo que salió cuando lo abrió, delataba su edad sin ser utilizado adecuadamente.
Temerosa tomo entre sus dedos el cuadrado, desdoblándolo, parte por parte , extendiendo ante sí una hoja de tamaño mediano , de un color amarillento seguramente por el paso de los años, entonces lo supo, aquello no era un simple escrito, aquello tenía su vida entera entre cada palabra, entre cada línea, recordándole que aquello había sido real, que el existió, que se amaron y que como todo tuvo que terminar. Quiso leerlo , pero antes de que siquiera pudiera decir la primera oración sus ojos ya estaban acuosos , su garganta ya quemaba y por alguna razón ya se encontraba sentada en el suelo con las piernas encogidas en su pecho y los ojos cerrados, dejando que su mente la llevara a donde ella quisiera.
*Inicio de Flashback*
La clase de literatura estaba por comenzar, dos minutos más y la nueva profesora haría su entrada triunfal, pues desafortunadamente su antiguo profesor había sufrido un accidente mientras vacacionaba en las Bahamas , imposibilitándose para regresar a la escuela y por lo tanto siendo reemplazado por cientos de sustitutos que cubrían el puesto por mes o incluso por semana, pero hace poco les habían avisado que justo hoy llegaría por fin su profesor oficial, algo que no ilusionaba a casi nadie, pero que al mismo tiempo los intrigaba a todos.
El timbre sonó y todos tomaron sus respectivos asientos, en una fila se encontraban Farckle, Isadora y Zay, justo en ese orden, en la siguiente se encontraba el pequeño rayo de Sol, siempre en el primer asiento, y por ultimo estaban Lucas y Maya, sentados tal como en historia, solo que esta vez era la rubia quien veía la nuca del vaquero y no al revés. Los cuchicheos cesaron y el silencio reino en el lugar, pues por la puerta ingresaba un mujer de no mas de 50 años, de cabellera rubia y ojos verdes, bien vestida y con una sonrisa dulce.
-Buenos días clase, soy la profesora Brown- hablaba mientras acomodaba sus cosas en el escritorio- me gustaría poder presentarlos a todos y seguir con el protocolo del primer día de clase, pero como saben ya hemos perdido suficiente tiempo y la primer semana de exámenes se acerca, así que empecemos- exclamo entusiasmada, demasiado para el gusto de muchos.
La clase prosiguió, con una pequeña introducción a la literatura y unas cuantas tonterías a las que claramente Maya no le prestaba atención, si bien amaba el arte la lectura no era su preferida, tampoco la odiaba pero no era fanática de nada en especial, podía leer lo que fuera y no suponía problemas para ella. Aburrida no supo en que momento al profesora entablaba una conversación con el vaquero.
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Lovers
Fanfiction"Se miraban en silencio escuchando los latidos de sus corazones gritando a escondidas lo que no podían decir en voz alta. Aquello que en el pasado les había hecho tan felices ahora lo recordaban con amargura."