Capitulo 23

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Olvido tu nombre repitiendo el suyo,
una y otra vez, con cada palabra,
con cada silaba, entre paredes
y contra las sabanas de la cama.

Olvido tu aroma impregnadome del suyo,
lo hago entre suspiros y jadeos,
con los pulmones heridos y el corazón abierto,
aspirando la vida de una sola calada.

Olvido tu risa con el repiqueteo de la suya,
rebotando en mi cuello o en mi pecho,
resonando en mi mente y oídos,
ahogando el sonido de tus latidos

El sudor comenzaba a deslizarse por su frente hasta sus ojos, logrando que su vista de vez en cuando se volviera un tanto nublada, lo cual le dificultaba su recorrido, ya de por sí complicado, pues el campo estaba teñido de una ligera capa de hielo , lo cual volvía algo resbaladizo el pasto verde oscuro , todo ello acompañado de un cielo cubierto por nubes ligeramente grises que amenazaban con un viento bastante helado , el cual contrastaba irónicamente con su calor corporal, Zay definitivamente detestaba tener que entrenar en este tipo de clima, pero lo que más detestaba era que el entrenador lo castigara con dos vueltas más a la pista por llegar tarde, no era su culpa ser tan irresistible para las mujeres y que la chica del bar de ayer lo hubiese apresado en su propia cama hasta pasado la mañana , hasta que Lucas había intervenido con una severa mirada y una mueca de aprobación irónica  , amenazandolo con abandonarlo en el apartamento y no llevarlo nunca más a ningún entrenamiento si no salía de la cama y se apuraba.

Ahora estaba ahí, con un cansancio que era mucho más fuerte que sus ganas de seguir, un dolor de cabeza y una sensación de pesadez con la que no podía. Afortunadamente ya solo le faltaba una vuelta más para poder tomar un pequeño descanso de cinco minutos, los cuales aprovecharía para hablar con Lucas, quien llevaba más de unos cuantos días actuando de manera extraña, no era como las otras veces, esta vez no había vidrios rotos por el apartamento, mucho menos cigarrillos ni botellas de alcohol vacío, aunque tampoco estaba Lucas, el rubio desaparecía a partir de las 8 de la noche sin dar una explicación clara de a donde se dirigía, volviendo hasta pasada la madrugada, para en la mañana aparecer la mar de tranquilo en la cocina, bebiéndose una taza de café y un plato de cereal, luciendo tremendamente demacrado y con la mirada perdida en algún punto de la pared , como un robot que actuaba más por instinto que por decisión propia, al menos hasta que el le hablaba y bromeaba con el cómo siempre lo hacían, logrando sacarle una que otra sonrisa y unas cuantas palabras.

Probablemente para alguien que no conociera al ojiverde, diría que eso era normal , que incluso era mejor esa actitud que la de autodestrucción, pero el , quien lo conocía desde que estaban en pañales , sabía que eso era incluso peor que la fase de alcohol y mujeres, porque al menos eso significaba que le dolía y que lo demostraba, que aún quedaba en su mejor amigo un poco de cordura y corazón, en cambio esta actitud parecía vacía y plana, tan fríamente planeada que daba miedo y pánico, pues no sabía que esperar, no sabía que era lo que sucedía y mucho menos sabía cómo ayudarlo. Todo había comenzado desde que volvieron de Texas , una noche en que el rubio había salido a correr, alegando sentirse un poco inquieto , sin embargo el había vuelto diferente , parecía más pálido de lo normal y con las pupilas sin brillo, totalmente fuera de si, a primer vistazo había querido preguntar por lo sucedido, pero después de observarlo un poco más a fondo había llegado a la conclusión de que lo mejor que podía hacer era dejarlo ser y darle su espacio, aunque eso no significaba que pasara la mitad del tiempo rezándole al cielo porque su mejor amigo no hiciera ninguna estupidez, el le había dado su palabra a la abuela Friar de que cuidaría de Luke y no pensaba faltar a su palabra.

Soltando un suspiro cansado, concluyó con su última vuelta, caminando hacia donde se encontraba el resto del equipo bebiendo agua y charlando con algunas chicas de las cuales no se sabía el nombre pero que eran hermosas y pretenciosas a más no poder, era la típicas chicas populares de instituto que ansiaban cazar a alguno de los chicos de americano para proseguir con su reinado, era lo mismo de siempre , tanto que por momentos comenzaba a aburrirse de su ritmo de vida.

LoversDonde viven las historias. Descúbrelo ahora