Capitulo 18

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"¿Quién los ve andar por la ciudad

Si todos están ciegos?

Ellos se toman de la mano; algo habla

Entre sus dedos, lenguas dulces

Lamen la húmeda palma, corren por las falanges

Y arriba esta la noche llena de ojos.


Son los amantes, su isla flota a la deriva

Hacia muertes de césped, hacia puertos

Que se abren entre sabanas

Todo se desordena a través de ellos,

Todo encuentra su cifra escamoteada;

Pero ellos ni siquiera saben

Que mientras ruedan en su amarga arena

Hay una pausa en la obra de la nada

El tigre es un jardín que juega.


Amanece en los carros de basura,

Empiezan a salir los ciegos,

El ministerio abre sus puertas

Los amantes rendidos se miran y se tocan

Una vez más antes de oler el día.


Ya están vestidos, ya se van por la calle

Y es solo entonces

Cuando están muertos, cuando están vestidos,

Que la ciudad los recupera hipócritas

Y le impone los deberes cotidianos."

                                           -Julio Cortázar "Los amantes"

El inicio de semana había llegado tan rápido como el agua que corre en el mar, así de profunda e incierta, en especial para una rubia que intranquila se removía en su asiento, consiente en que de un momento a otro por esa puerta entraría Lucas y Tony, aun así contaba cada segundo mentalmente, como en una cuenta regresiva, recordándose así misma el poco tiempo que le quedaba antes de tener que lidiar con todos sus problemas, esos que parecían no querer parar desde el inicio del año. Sion embargo ya tenía tomada su decisión, no podía seguir en ese juego macabro con el ojiverde, estaba harta de participar en ese estira y afloja del que ambos salían lastimados y que además la orillaban mentirle al único chico que en merecía su sinceridad. Era hora de ponerle un alto a Lucas y dejarle bien en claro que si bien ella lo había destrozado en el pasado no podían seguir metiéndose en discusiones sin sentido para después terminar besándose como locos, eso no era sano para absolutamente nadie, necesitaban establecer límites y ser un poco más maduros, en especial porque tendrían que seguir juntos tanto en el proyecto como en la escuela, debían aprender a compartir el mismo aire sin que este terminara alterado, a mirarse lo necesario, a hablarse solo por cuestiones necesarios y de olvidarse del pasado, al fin y al cabo eso ya no tenía remedio, estaba jodido para siempre y no había poder humano en la tierra que pudiera regresar el tiempo para que las cosas fueran diferentes o al menos eso había pensado ella.

Con respecto a Tony aun no estaba muy segura de haber tomado la decisión correcta pero al mismo tiempo sentía que había llegado el momento de avanzar y que mejor si el propio destino le estaba ofreciendo a un chico lindo, caballeroso e inteligente que la quería y buscaba a pesar de sus cientos de defectos, que se había quedado a su lado aun cuando ella le había contado su pasado y la terrible persona que fue, Anthony valía la pena, además de que no podía vivir eternamente enamorada del fantasma de Lucas, porque el chico de ojos verde y cabello rubio que ahora conocía no era ni un poco parecido a lo que fue, con esto no quería decir que no lo amara, de hecho ese era el problema , que lo amaba con todo y su actitud, con todo y su ego y prepotencia, con su sonrisa burlona y sus ojos adoloridos, con sus comentarios hirientes y con su corazón destrozado, le amaba, era cierto, pero también lo era que eso ya no tenía futuro , de hecho jamás lo había tenido, pero ahora tenía la oportunidad de tomar una buena decisión, de no repetir los errores del pasado. Se aferraría con unas y dientes a Tony, se lo metería hasta debajo de la piel, hasta que lo amara, tanto como lo hacía con Lucas, lo haría aunque se le fuera la vida en ello.

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