Capitulo 27

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"Entonces sentí una tremenda opresión en el pecho, una opresión en la que no parecía estar afectado ningún órgano físico, pero era casi asfixiante, insoportable. Ahí, en el pecho, cerca de la garganta, ahí debe estar el alma, hecha un ovillo"
    -Mario Benedetti

La noche caí ruidosa y mas animada que nunca, pues los Columbia Lions estaban enfrentando la semifinal y el equipo contrario era nada mas y nada menos que los Princeton Tigers, el marcador estaba mas que claro 28-23 se leía claramente , favor los Columbia Lions, pero eso no quería decir nada, aun faltaban 15 minutos para que el partido terminara y ambos equipos sabían que todo podía pasar, nadie podía sentirse ni ganador ni derrotado o al menos eso pensaron antes de que el sonido del silbato inundara todo el estadio y el balón comenzara a moverse rápidamente entre los jugadores, pasaba de manos en manos, esquivando placajes y hasta jugadas sucias. Todo estaban tensos , ni siquiera las respiraciones se escuchaban, todos se removía nerviosos sobre sus asientos, preguntándose quien seria el ganador, pero entonces todo sucedió a cámara lenta, Zay atrapo el balón a mitad del campo esquivando a unos cuantos jugadores que buscaban a toda costa derribarlo, sin embargo el chico era escurridizo y ágil por lo que en un en un parpadeo el balón ya volaba por los aires hasta caer en manos de el jugador estrella del equipo, Lucas Friar hacia gala de su cuerpo bien trabajo corriendo como un rayo de luz por el campo hasta la zona de anotación y sin mas realizo el touchdown que les dio la victoria, el silbato indico el final del partido y no paso ni medio segundo para que todos el equipo estuviera aplastando a su capitán vitoreando su nombre a coro junto con las porristas que comenzaban una pequeña porra improvisada para el rubio, que decir del estadio enardecido de dicha y felicidad, al menos así se sentía la mayoría. Ahora estaban en la final y todo había salido según la plantación , lo que significaba que habría otra fiesta épica y llena de excesos en casa de Sam Jones, seria una noche para recordar y eso lo sabían todos.

El campo comenzó a llenarse de familiares, amigos , parejas y demás , todo con tal de felicitar a cada miembro del equipo e incluso al entrenador, por ello es que Zay no pudo contenerse en cuanto sintió los abrazos cálidos de varias porristas , era débil , lo sabia , pero no podía negar el encanto texano a nadie, en especial si había faldas cortas y pompones de por medio, el solo se dejaría querer y mas tarde se pondría una borrachera tan fuerte que mañana planeaba desaparecer en su cuarto durmiendo hasta la noche siguiente, era un gran plan y esperaba que Luke fuera como siempre su compañero de juerga. Sin embargo Lucas no tuvo tiempo de pensar mucho, pues el entrenador , algunos reclutadores de las grandes ligas y patrocinadores se turnaban para alabarlo, concertar citas y planear el futuro del equipo y de el mismo, por ello es que en cuanto se logro escabullir de los compromisos lo primero que hizo fue caminar hacia sus compañeros en busca de Zay, su dupla perfecta, su hermano o mejor amigo, pero antes de que pudiera dar con el algunos chicos de la banca y Sam Jones lo interceptaron llenándolo de felicitaciones y preguntas sobre lo que les deparaba el futuro, pero de pronto su mundo dejo de girar, el sonido de escucharse y las luces de brillar, de entre las gradas descendía Maya , luciendo tan tremendamente preciosa y salvaje como nunca la había visto, con dos trenzas perfectamente apretadas , unas líneas azules en las mejillas, labios rojo cereza y una playera del equipo con el escudo del equipo , acompañado de un jean bien ajustado en color claro , era una diosa del fútbol vestía así, tanto que por mas que resistió en seguirla con la mirada , simplemente no pudo, la observo sin pestañear hasta que la rubia estuvo en el campo de juego , con una pequeña sonrisa en los labios pero la mirada agachada, al menos hasta que alguien la tomo de la cintura y la elevo por los aires, sacándole unas cuantas carcajadas dulces y las mejillas sonrojadas.

Howland sostenía a Maya por la cintura con una mano y con la otra su casco, ambos intercambiaban palabras y sonrisas, no era nuevo para nadie pero por alguna razón Lucas sintió que algo más pasaría, lo sentía, era una corazonada y el nunca se que invocaba, por ello es que fingiendo seguir en la conversación trato de poner atención a lo que sucedía, sin embargo no hizo falta mucho esfuerzo, Howland tomo a Maya de la mano y camino hacia el resto del equipo llamando su atención con un poco de trabajo por todo el ruido y el entusiasmo, pero lográndolo.

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