Capitulo 15

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"Rómpeme el corazón,

Rómpelo si es lo quieres.

Hazlo hasta que la sangre tiña tus manos,

Hasta que los fragmentos no se puedan unir,

Hazlo.

Rómpeme el corazón,

Muérdelo con los dientes o córtalo con las uñas,

Apriétalo hasta que explote,

Solo hazlo.

Nerviosa apretaba entre sus manos las cintas de su bolso, sus clases habían terminado desde hace más de una hora y ya no tenía nada que hacer en la universidad, al menos nada que tuviera que ver con la escuela directamente, porque aún tenía un enorme pendiente que no la había dejado estar tranquila, aunque en realidad ya ni sabía que era eso, llevaba días sin dormir absolutamente nada , la comida a penas si le entraba al estómago e incluso tenia graves problemas para prestar atención en clase, llevándose miradas recriminatorias por parte de Mel y Nathe, quienes preocupados la habían interrogado cientos de veces a lo que ella siempre se escapaba con respuestas simples o hasta un poco alejadas de la realidad, no quería hablar con nadie sobre lo que la tenía tan mal, no quería ver a nadie, ni a ella misma si eso fuera posible. Sin embargo había cosas que eran inevitables y como bien había aprendido en el pasado debía de resolver los problemas lo antes posible, antes de que estos crecieran y ya no tuvieran solución, en este caso se trataba de Tony, a quien le debía un millón de explicaciones, por eso es que lo estaba esperando afuera de su salón de economía, agradeciendo al cielo de que nadie inesperado pudiera aparecer por ahí, ya había pasado un tiempo desde el incidente afuera de los vestuarios lo que le daba la seguridad de que el inglés estuviera mucho más tranquilo y relajado o al menos eso esperaba porque si no estaría metida en una situación bastante difícil.

Afortunadamente el timbre sonó indicando el final de la clase, en seguida el ruido de voces, sillas rastrándose y puertas abriéndose resonó por todo el pasillo que ya era invadido por cientos de estudiantes que se movían de un lado al otro para su siguiente clase o para por fin ser libres, en el caso de Tony, este salió con tranquilidad de su aula charlando animadamente con un par de compañeros de clase con los que a pesar de no tener una amistad si contaba con bastante gustos en común de los que disfrutaban hablar , por lo que sumergido en su dialogo no se percató en que momento Maya ya se le acercaba con paso tímido pero decidió hasta que la tuvo a unos cuantos centímetros de distancia.

-Maya- escapo de los labios del británico que con sorpresa trataba de asimilar que estaba sucediendo.

-¿Podemos hablar?- pidió la rubia con una mirada de súplica que en seguida lo derritió por completo. Despidiéndose de sus compañero se giró hacia ella.

-¿Te parece si lo hacemos en un lugar menos ruidoso?- pregunto con una sonrisa pequeña que logro hacer entrar en confianza a la rubia, quien tan solo atino a asentir, aliviada de que al menos tenía la oportunidad de explicarse.

En silencio ambos caminaron fuera del edificio, hasta el pequeño jardín de la facultad en donde unas cuantas bancas blancas se esparcían por el lugar, invitando a los estudiantes a descansar en ellas, por lo que sin avisarlo Tony tomo rumbo a una de ellas, la más alejada del ruido pero al mismo tiempo la ideal, sin mucho sol y sin mucha sombra, con el balance perfecto para disfrutar del clima y por supuesto para comenzar una plática que pintaba para largo. Indicándole con un gesto Maya tomo asiento quedando de frente al chico quien le devolvía la mirada con una tranquilidad inquietante, tan diferente a la mirada dura y oscura que le había dirigido aquella vez afuera de los vestidores, como si hubiera dos versiones del Tony que ella conocía, tan diferentes e iguales al mismo tiempo que de pronto una pregunta paso por su mente, ¿Cuánto conocía ella de Anthony Howland en realidad?, pero antes de que sus pensamientos siguieran viajando de más prefiero comenzar a explicarse y afrontar las consecuencias de sus actos.

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