Lovers

Capitulo 29

"No es nada de tu cuerpo
ni tu piel, ni tus ojos, ni tu vientre,
ni ese lugar secreto que los dos conocemos,
fosa de nuestra muerte, final de nuestro entierro.
No es tu boca -tu boca
que es igual que tu sexo-,
ni la reunión exacta de tus pechos,
ni tu espalda dulcísima y suave,
ni tu ombligo en que bebo.
Ni son tus muslos duros como el día,
ni tus rodillas de marfil al fuego,
ni tus pies diminutos y sangrantes,
ni tu olor, ni tu pelo.
No es tu mirada -¿qué es una mirada?-
triste luz descarriada, paz sin dueño,
ni el álbum de tu oído, ni tus voces,
ni las ojeras que te deja el sueño.
Ni es tu lengua de víbora tampoco,
flecha de avispas en el aire ciego,
ni la humedad caliente de tu asfixia
que sostiene tu beso.
No es nada de tu cuerpo,
ni una brizna, ni un pétalo,
ni una gota, ni un grano, ni un momento.

Es sólo este lugar donde estuviste,
estos mis brazos tercos."

  -Jaime Sabinas

El sonido de la música y las risas femeninas inundaban todo el lugar, eran las porras, las faldas cortas y el maquillaje en exceso lo que reinaba en el gimnasio, no por menos había pasado mas de una hora oyendo el entrenamiento de las porristas y estaba seguro que ya se sabia la coreografía  y los errores que cometían todas, pero eso no era lo importante, el verdadero motivo para estar ahí escondido debajo de las gradas, era que después de cientos de discusiones con Becca, una ruptura definitiva y mucho pensarlo, había decidido que lo mejor era darle esa estúpida pulsera a Riley, era lo mas sensato y lo que debió hacer desde un inicio , pero se había negado a ello , aferrándose a recuerdos tontos de su adolescencia que no hacían mas que atormentarlo y entorpecer su vida, ya no quería dramas , el necesitaba concentrarse como nunca en la empresas de su familia y su expansión a tierras orientales como para ser parte de un drama universitario, se suponía que había madurado y aprendió su lección en la escuela media, aunque ahora caía en cuenta que muy dentro de su corazón aun se albergaba un sentimiento por todo lo que un día fue su vida y en el amor que siempre le tuvo a su mejor amiga. Pero ya no mas, hoy haría lo correcto y con ello enterraría todo rastro de su pasado, se libraría de las cadenas y huiría lejos, tan lejos como un avión pudiera llevarle. Interrumpiendo sus pensamiento,  el sonido de las porristas tomando sus cosas y caminando hacia la salida llamaron su atención , por fin terminaba el entrenamiento y no hacia falta buscar demasiado para saber que la chica que venia rodeada de por lo menos otras cinco, era a quien estaba buscando. Sentí su corazón en la garganta, palpitando con una fuerza que amenizaba con atragantarme, sus manos temblaban y la pulsera se sentía arder contra su piel aun cuando la tela del pantalón la resguardaba.

Tomo una última bocanada de aire y se aseguro de que su rostro no reflejara emociones, repaso mentalmente lo que había estado ensayando desde la noche de ayer y se acerco a paso seguro y elegante hacia su objetivo, llamando la atención de todas las chicas, unas con curiosidad y otras con completa coquetería. Siempre había sido lo mismo desde que entró a la universidad llamaba la atención no solo por ser ligeramente atractivo, su imagen gritaba dinero y las mujeres siempre querían un poco de dinero.

-¡Riley Matthews!-  llamo a tono medio , consiente de que todas le habían escuchado y abrían paso hacia la castaña quien tenia una sonrisa maliciosa en el rostro , pero que lentamente se iba desvaneciendo conforme sus ojos avellana captaban la imagen que tenia delante. Lucia preciosa con su colega perfectamente peinada y adornada con unos listones del mismo color que el uniforme, sus mejillas sonrojadas por el ejercicio y sus ojos brillos su ojos bajo esa iluminación

-¡Farckle!- devolvió el saludo sin poder disimular su sorpresa, jamás hubiera creído que el castaño fuera a buscarla ni porque le pagaran, era surreal mirarlo ahí de pie, con ese traje en tonos grises que resaltaba el color de sus ojos que resplandecían y te hacían sentí hipnotizada. ¿Qué haces aquí?- pregunto sintiendo como su ceño se fruncía y su mente comenzaba a girar, después de la pelea con la odiosa de Becca jamás imagino volver a verle, no al menos en un buen tiempo o cuando su loca novia quisiera mas problemas.