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—Un pequeño detalle para el ardiente Nathan.

Sonrío por las palabras de Cameron y casi quiero lanzarme sobre él cuando veo sus mejillas sonrojarse, mientras sonríe de manera tímida y luego atrapa su labio inferior entre sus dientes ¡Vaya! Eso si que se ve caliente ¿Yo pensé eso?

—Me encanta —es lo único que logro decir mientras me siento en la pequeña colchoneta deportiva junto a él, mirando el perfecto paisaje a nuestro alrededor.

—A mi me encanta todo de ti.

Mis mejillas comienzan a calentarse. Esto es lo interesante de mi relación, o como sea que se llame, que tengo con Cameron. Los momentos como estos en los que simplemente nos dejamos llevar por los sentimientos y nos causamos sonrojos con palabras encantadoras.

Pasamos el rato comiendo y bromeando, mientras escuchamos distintas canciones del celular de Cameron, el cual conecto a un pequeño reproductor inalámbrico. Me sorprende encontrar sandwiches en forma de corazón, pero la sorpresa no acaba ahí. Cameron deja colar su mano por la canasta y sin dejar de mirarme saca una pequeña rosa blanca y me la extiende con una sonrisa tímida.

—La vi y me recordó a ti y esas historias que escribes en Wattpad.

—Gracias —dije embelesado observando la rosa—. Es hermosa y... Espera —hice una pausa abriendo mucho mis ojos—. ¿Cómo sabes que escribo en Wattpad.

Cameron se notaba nervioso. Sus ojos ya no me miraban directamente, volvió a morder su labio inferior desviando mi atención a ese lugar de nuevo ¡Dios eso si que es sexy! Me ordeno controlarme para no desviarme de mi pregunta y lo vuelvo a mirar a los ojos.

—Patrick me lo contó —susurra tan bajito que, de no ser por el silencio agradable del mirador, no lo hubiese escuchado—. No le digas que lo delate por favor.

Junto sus manos como cuando te dedicas a orar en la iglesia, a modo de suplica y yo solo pude sonreír asintiendo.

No me molesta que las personas sepan que escribo y mucho menos que lean mis historias de Wattpad. No me considero el mejor escritor del mundo, pero tampoco es que sea malo. Además que un conocido lea tus historias hace que tengas la oportunidad de pedir consejos para mejorar tus novelas.

>>¿Puedes dejar de hacer eso?

—¿Hacer qué? —pregunto volviendo mi atención a Cameron.

—Cada vez que te quedas pensativo, tu labio inferior sobresale y eso me hace querer besarte —dice tan rápido que casi no me lo creo—. En mi mente está el recuerdo de ayer y... No sé si me pueda controlar.

Era la primera vez en toda la noche en la que surgia el tema de nuestro encuentro en la sala ayer y admito que el simple recuerdo hacia que mi cuerpo se calentara con una rapidez increíble.

—Pues no te controles Cameron.

—¿Eh? —preguntó asombrado.

—Creo que escuchaste bien —dije sonriente.

Cameron asintió lentamente, mirándome durante unos largo segundos como si se hiciera un debate mental. Quizás mi propuesta no es la correcta, quizás estoy yendo muy rápido y siendo egoísta, teniendo en cuenta que Cameron sufre un debate mental acerca de su sexualidad, pero quería vivir el momento, yo quiero sentirme querido por éste chico.

Antes de que pudiese fijarme la mano de Cameron estaba sobre mi nuca atrayendo mi rostro al suyo. Sus labios cubrian los míos, mientras bailaban haciéndome mirar las estrellas con tan solo un beso. Era desenfrenado, podía sentir que buscaba entrar en mi boca, cosa que permití con gusto.

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