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—¿No estarás pensando en cometer una estupidez?

Desde que tengo uso de razón identifico esa voz. Giro mi cabeza con lentitud y observo a Patrick quién tiene en su rostro una pequeña sonrisa que avisa lo inevitable. Le hago señas para que se acerque y giro de nuevo mi rostro hacia el paisaje sintiendo como un nudo se forma en mi estómago por la altura a la que me encuentro expuesto.

Estoy sentado sobre un muro que se encuentra en lo alto de la colina de Westford. Es un lugar hermoso, donde puedes observar todo el pueblo, pero también es un sitio peligroso, pues son muchos los que han caído desde lo alto de este muro y se han perdido entre los pinos del bosque que se encuentra unos metros más abajo.

Te preguntarás que hago aquí. Te daré la respuesta sin muchos rodeos: me busco a mi mismo. Sé que suena extraño, pero es la verdad. Robert me habló de lo hermoso que es este lugar y de lo pacífico que puede sentirse un ser humano aquí y no pude resistir la tentación de venir. Mi familia siempre me había prohibido acercarme a éste muro, por obvias razones, pero hoy decidí ignorar el peligro y venir.

—¿Qué haces aquí Patrick?

—Fui a buscarte nos enteramos de lo que pasó y...

Su voz se pausa y es cada vez más baja, sé a que se refiere, sé lo que me quiere decir. "Nos enteramos" incluye a mamá y a papá. Me quedo en silencio mirando a la nada intentando buscar que sentimientos hay dentro de mí, solo encuentro el miedo, y no, no es por lo que pueda hacerme mi padre solamente, o por los reclamos hirientes que voy a recibir, es miedo de solo pensar que esto puede afectar mi relación con Cameron.

Ustedes se preguntarán si no me importan mis padres y la respuesta es clara: Sí, si me importan. El problema es que no creo que pueda hacer algo para cambiar su opinión y su reacción, solo puedo seguir amándolos a pesar de que ellos no puedan entenderme. En cambio mi relación con Cameron si depende en gran medida de mí, en como enfrento las situaciones que se van a presentar de aquí en adelante.

—Te busqué por todo el pueblo y el único que pudo decirme dónde estabas fue Robert.

—Y tuviste miedo —agrego aún mirando a la nada—. Creíste que iba a acabar con mi vida.

—Sinceramente no lo creí —miré a Patrick confundido. Si no creía que me iba a suicidar ¿Qué hacía allí?—. Yo te conozco y sé que tienes ganas de vivir. Solo vine porque creí que necesitabas compañía.

Pensé en responderle que se equivocaba, pero no pude hacerlo. No tenía ganas de explicar porque estaba allí, así que solo me deje llevar, escuchando la brisa acariciar los pinos y la respiración de Patrick, quién decidió recargar sus codos en el muro, justo a mi lado.

—Es un lugar muy hermoso —hablé dejando que mi mente y mi voz se conectarán, sin tantos rodeos, diciendo lo que pensaba.

—Hermoso y pacífico —agregó Patrick—. Ojalá hubiéramos venido antes aquí.

—¿Cómo están nuestros padres con la noticia? —pregunté.

—Papá está en verdad molesto, te anda buscando como si se tratara de un policía tras el homicida de su hijo —sonreí un poco ante la comparación—. Mamá está preocupada.

—¿Preocupada?

—Sí, creo que solo quiere saber que estás bien.

—¿Y Cameron? —pregunté susurrando.

—Salió conmigo a buscarte, nos separamos para cubrir más terreno, debería enviarle un mensaje y decirle que estás bien.

—Deberías —dije en tono pausado mirando de nuevo al cielo.

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