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El aire en la casa se tornaba tenso. La tía Catalina hizo lo posible para que todos se fueran sin que se sintiera que los estaban corriendo de allí. El hombre, cuyo nombre no recuerdo con claridad, estaba sentado en el sofá de la sala, con una bolsa de regalo azul entre sus manos. Becca lo miraba muy seria sentada en uno de los sofás individuales, Cameron estaba a su lado tomando su mano, sentado en uno de los apoya brazos del sofá sin mirar mucho al hombre.

Ellen limpiaba los vidrios rotos del piso, luciendo bastante incómoda. Observo a los demás presentes y nadie podía evitar mirarse con preocupación. No sabía que había pasado entre Becca y el padre de Cameron. Solo sabía que debía ser algo muy malo para que ella lo mire de esa manera.

—Creo que será mejor que nos vayamos a la cocina —es Catalina la primera en hablar—. Todos.

—No pienso dejar a éste hombre a solas con mi hija —escupe con odio la tía Eleanor apartando a su hermana para plantarse frente al hombre.

Los nervios comenzaron a correr por todo mi cuerpo. Sea lo que sea que haya hecho el padre de Cameron, la tía Eleanor lo sabía y no estaba para nada feliz con sus actos.

Yo no podía evitar preocuparme con Cameron. Su cumpleaños no parecía terminar bien, pues claramente en cualquier momento todos explotarían y comenzarian a discutir. No sé cual es la relación de Cameron con su padre, pero no ha de ser fácil tenerlo frente a ti después de haber roto tu familia.

—¿Qué haces aquí Lucas? —pregunta Becca entre dientes con ira.

April y Louisa caminan lentamente hasta la cocina intentado no incomodar seguida por Patrick y aunque yo quiero hacer lo mismo, mi única preocupación en éste momento es Cameron. Sé de los daños psicológicos que puede causar la separación de tus padres. No quiero dejarlo solo con esto.

—Yo vine por el cumpleaños de mi hijo —dice el hombre claramente nervioso haciendo a una lado a Becca para encarar a Cameron. El chico levanta la vista hacia su padre y casi creo ver que sus ojos se cristalizan cuando le extiende la bolsa de regalo—. Feliz cumpleaños Cameron

Cameron no responde, no acepta el regalo, solo lo mira con dolor con sus ojos al borde de las lágrimas. Quiero correr a abrazarlo decirle que yo estoy aquí para él, pero me contento, sé que no es el momento. Además soy muy cobarde para afrontar mis sentimientos justo ahora.

—Mi hijo no necesita nada de ti —Becca golpea la mano del hombre sin lograr que éste suelte el regalo—. No puedes ser tan cínico como para aparecer ahora después de todo lo que hiciste. Destruiste nuestra familia. No llamaste, decapareciste, no te importó si tu hijo tenía frío o hambre ¡Lo único que te importó fue tu maldita imágen!

—Becca yo quiero disculparme contigo y con mi hijo... Quiero que todo vuelva a ser como antes.

—¿Cómo antes? —Becca suelta una carcajada irónica— ¿antes de qué? ¿De qué te largaras con tu amante? O peor aún ¿antes de que te atrevieras a golpearme?

No podía creer lo que estaba escuchando. Ese hombre se había atrevido a ponerle la mano encima a Becca y a serle infiel con otra mujer, eso explica muchas cosas. Como el dolor en la mirada de Cameron quien seguramente está muy decepcionado de su progenitor.

—Quiero que todo vuelva a ser como antes —dice el hombre intentando tomar el brazo de Becca, pero ésta lo evade rápidamente—. Quiero recuperar a mi familia. Lamento mucho lo que te hice, lo que nos hice. Estuve yendo a control de la ira y también dejé de ver a esa mujer. Quiero que vuelvan a casa.

Los gritos se hicieron presente de parte de Becca quien acusaba al hombre sin piedad, intenté muchas veces moverme del lugar donde estoy, pero simplemente no pude, no podía dejar a Cameron solo viviendo eso. Mis padres jamás habían discutido de esa manera, mi papá jamás le había hecho algo así a mamá. Pues por más duro que fuese mi padre conmigo, siempre nos respetaba y decía que éramos su mayor tesoro.

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