No me despido de Robert, ni siquiera le doy explicación alguna de mis actos, simplemente lo suelto de manera brusca e intento irme lejos de aquel lugar. No miro a nadie, tropiezo con varias personas, incluso alguien parece colocar su mano alrededor de mi brazo, pero logro zafarme para correr en busca de aire fresco.
Odio ésta situación, mi garganta se hace un nudo y mi mente es un remolino de pensamientos acerca de qué quizás siempre seré el segundo. Con Jeremy, la cosa estaba en que él me rechazó desde un principio, pero ¿que pasa con Cameron? Él me ha besado, nos hemos dicho cosas hermosas e importantes, pero ninguna han dejado claro que es lo que esperamos el uno del otro. Cameron podría ser mi primer amor, es el primer chico al que he besado, con el primero que he tenido fantasías extrañas y el primer chico al que tengo la necesidad de demostrarle mi afecto, pero yo no soy tan importante para él, quizás soy solo un simple descubrimiento para él. Ojalá me esté equivocando con ese pensamiento, porque nada más de imaginarlo se me rompe el corazón en miles de pedazos.
No camino mucho porque las lágrimas corriendo por mi rostro, hacen que mi cuerpo tiemble y no pueda avanzar, así que me siento en una banca del frente de alguna tienda que parece cerrada y descargo mis sentimientos sollozando sin control alguno. Odio ser un llorón, pero no puedo evitarlo. Cuando estaba en el colegio aguanté muchas lágrimas y eso ya no puede ocurrir más nunca, porque aunque suene irónico, aguantar las lágrimas ahoga el alma.
Siento unos pasos acercarse hacia mí. Miro unos zapatos converse de color negro, pertenecientes a la persona de pie frente a mí y alzo la mirada encontrandome con aquellos ojos claros que parecen diamantes decorando su hermoso rostro lleno de pecas.
-¿Qué haces aquí Cameron?
Mi voz sale más seria seca de lo que jamás lo ha hecho y lo odio porque yo no soy así, éste no es el Nathan dulce y comprensivo que ha vivido conmigo en mi mente durante mis pocos años de vida.
-Odiando con todo mi ser haber causado tus lágrimas.
-No es tu culpa -digo en un tono más suave-. Soy yo quien ha sido un idiota por creer que lo que ocurrió en el mirador tenía algún significado.
Cameron me mira un poco preocupado y toma asiento a mi lado, sin dejar de mirarme. Yo desvío la mirada, porque no quiero caer en su trampa, no quiero caer en sus encantos, porque presiento que saldré lastimado de nuevo. Sin embargo, él no es de mucha ayuda en mi lucha por no verlo, ya que toma mi rostro entre sus manos para que nuestras miradas se crucen. Nunca había sentido tanto con tan solo una mirada, es como si él y yo estuviéramos solos en el mundo. Es algo en verdad indescriptible.
-Sí tuvo un significado -dice con su voz más ronca de lo normal-. Pero estoy asustado Nathan. Como dije antes, tengo miedo de sentir tantas cosas por ti.
Se hace un silencio rotundo entre ambos. Cameron suelta lo rostro y mira al frente dejándome una excelente cista de su perfil. Es obvio que Cameron me gusta, su físico es envidiable y sé que cualquiera que tenga tres dedos de frente lo notaría, pero eso no es lo único atrayente de él, también está su inocencia y personalidad, es un chico sin miedos, que no piensa mucho las cosas y que tiene sueños como muy poco seres humanos hoy en día.
>>Estoy confundido, por eso me deje besar por Jossie. Quería saber si mis sentimientos por ti son reales y no es solo una atracción de momento. Sé que no fue la mejor manera de hacerlo, pero soy demasiado impulsivo, no pienso las cosas con claridad y por lo menos pude comprobar que mientras la besaba, sentía una decepción inmensa al saber que no eran tus labios.
Su confesión me toma por sorpresa. No sé si creerle, porque es evidente que puede ser un intento para excusarse, pero él vino detrás de mí, dejo a Jossie en la fiesta y corrió detrás de Nathan, de un chico,p ara darme ésta explicación, que sí, no es la mejor, pero por lo menos está siendo sincero conmigo. Fácilmente pudo haberse quedado con ella y pensar mejor las cosas, pero no la dejo a ella por mí.
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Entrégate
RomanceNathan es un chico homosexual de 17 años que nunca ha besado a nadie, nunca ha tenido novio ni algo parecido. No cree conseguir el amor, hasta que le toca pasar el verano con sus tias en Westford y sin darse cuenta el destino lo mezcla nada más y na...