Camino por sobre las piedras temiendo caer y romperme un hueso, ya que todas parecen realmente puntiagudas. Doy un par de saltos más y piso la tierra firme que se ubica antes del pozo que conduce a la cascada. Diviso a Cameron de pie y sin camisa dándome la espalda. Creo que no ha notado que estoy aquí, por lo que aprovecho su distracción para comerme su culo, bajo unos shorts cortos de color escarlata, con la mirada.
¡Dios! Eso sí que es sexy.
Él se gira lentamente y me sonríe con picardía, como si dijera "Te atrapé". Me sonrojo hasta las orejas y desvío la mirada, eso parece causarle mucha gracia porque suelta una carcajada que crea un eco bastante estruendoso que parece volver del bosque verde y lleno de pinos enormes que nos arropa.
Observo a mi alrededor y diviso una pequeña manta roja con una cesta de picnic sobre ella, que asumo es de Cameron. Es un gesto simple, pero me quedo embobado pensando que ésto lo ha hecho el chico de las pecas para mí.
-¡Ven! -dice con emoción tomando mi mano mientras nos dirigimos al lugar donde ésta la manta- puedes dejar tus cosas aquí escritor.
Señala una roca grande al lado de la canasta de picnic en la que puedo identificar sus zapatos y su camiseta. Me quito mis zapatos y los dejo en el lugar. Me giro hacia él y solo me mira como si esperara algo de mí.
-¿Qué? -pregunto divertido sintiendo mis pies tocar las piedras.
Él se sienta y me hace señas para que me siente a su lado. Sin dudarlo dos veces me coloco junto a él.
-¿Por qué no te quitas la camisa? -pregunta él tomándome por sorpresa.
-No lo sé.
-¿Tienes miedo de que yo sea un deprevado o algo así?
Por un momento creo que su pregunta va en serio, pero al ver en su rostro una sonrisa radiante dibujada, se que está bromeando conmigo. Golpeo su hombro de forma amistosa. Pasamos el rato riendo y probando alguna de las cosas que él preparó, no puedo decir que están perfectamente preparadas, pero no está mal, por lo que disfruto de su comida, que consiste en frutas, emparedados de vegetales, queso y jamón y jugos de naranja y manzana.
-¿Te puedo preguntar algo? -él asiente hacia mí y me hace una seña para que continúe mientras mastica su emparedado- ¿Por qué me dices escritor todo el tiempo?
Él deja de masticar y me mira con cautela, sus ojos de pronto se hacen misteriosos y su sonrisa parece cargada de nostalgia y pensativa.
-¿De verdad no lo recuerdas Nathan?
-¿Qué se supone que debo recordar? -pregunto dubitativo.
-Cuando éramos pequeños y yo aún venía desde Estados Unidos hasta aquí cada verano y navidad, tú siempre escribías cuentos para que mamá me los leyera antes de dormir -dice y yo abro mis ojos con sorpresa.
No puedo creer que él recuerde eso. Yo tenía, cuando mucho, unos siete o seis años cuando conocí a Cameron, por aquel entonces él tenía tres o cuatro años y era un niño bastante llorón al que le costaba mucho trabajo dormir, por lo que escribí unos cuentos con unos dibujos bastante malos, para que Becca se los leyera cada noche. No puedo creer que Becca en serio lo haya hecho, pensaba que mis cuentos eran sosos y muy aburridos, pero Cameron los recuerda y eso me hace sentir bastante avergonzado.
>>Mamá me los leyó durante muchas noches hasta que tuve siete años y los problemas con mi papá comenzaron... Mamá siempre me decía que eras un gran escritor para ser tan pequeño y yo estaba de acuerdo con ella. Tus dibujos eran malos, como los de cualquier niño de esa edad, pero tus historias eran muy divertidas, desde entonces te apodamos el escritor, de manera secreta entre mamá y yo. Aún conservo esos cuentos.
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Entrégate
RomanceNathan es un chico homosexual de 17 años que nunca ha besado a nadie, nunca ha tenido novio ni algo parecido. No cree conseguir el amor, hasta que le toca pasar el verano con sus tias en Westford y sin darse cuenta el destino lo mezcla nada más y na...