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¿Qué significa eso? ¿Pretende volver a ser mi amigo? ¿Pretende que olvidé todo y me enamore de él perdidamente? Sí esa es su idea está bastante equivocado, yo no puedo olvidar el daño emocional que me causaron sus acciones, no puedo olvidar la burla de las personas en mi cara y a mis espaldas, no puedo olvidar que mi vida era inocente y feliz hasta el maldito día que el mundo decidió sacarme del closet.

Sentía ira, demasiada rabia conmigo mismo, pero sobre todo sentía impotencia por no saber cómo parar el sufrimiento. Por ahí leí que el sufrimiento te hace fuerte y si sabes canalizarlo podrás hacer de ti una persona maravillosa, pero ¿Cuando ocurría eso? ¿Será que soy muy joven para sentirlo? ¿Qué pasa si llego a los treinta o a los cuarenta y me encuentro en el mismo punto que ahora?

—No voy a ser tu amigo y mucho menos voy a tener una relación contigo Jeremy —digo conmlas manos tensas, sintiendo que el aire pasa con dificultad por mi garganta— ¿Qué quieres?

—No pretendo eso —aclara tomándome de la mano, en sus ojos hay una extraña preocupación—. Nathan creo que debes respirar y calmarte te ves muy alterado, nunca te había visto así.

—¡No me digas que me calme! —grito con dificultad, el aire no me pasa de repente todo da vueltas a, mi cabeza palpitar las lágrimas salen—. No sé qué mierda me pasa.

Paso las manos por mi cabello, me levanto y me vuelvo a sentar. Me siento aturdido, como si hubiera probado una especie de droga rara ¿Que me pasa? ¿Por qué me afecta tanto ver a Jeremy? En mi mente todos los recuerdos se sienten tan reales que casi creo que me he vuelto loco: Los golpes de Jeremy, sus insultos, las burlas de todo el colegio, las humillaciones de Jossie, papá diciendo que estoy muerto para él, Patrick lejos de mí, la piedra contra mi cabeza, Cameron que aún no regresa al equipo y Jeremy llegando en la mañana a la librería.

Un click imaginario suena en mi mente y comprendo lo que pasa, tengo ansiedad y pánico, viví todas esas cosas sin descargar mis sentimientos realmente y ahora todo se está acumulando en mi mente. Me tiro al suelo de rodillas y empiezo a arrancar la grana entre odio y dolor. Gritando una sarta de groserías que nunca en mi vida había descargado antes.

Cuando siento que la tensión va saliendo de mis hombros y que el peso de mi corazón y mi mente se va evaporando dando paso a la claridad, siento a Jeremy pasa su brazo por sobre mi hombro.

—Lo lamento tanto —dice con la voz quebrada—. No quería recordarte todo eso, pero me siento tan culpable que no pude evitar pedir perdón, entiendo que me odies.

—No te odio —la voz me tiembla—. No lo hice antes, mucho menos te odio ahora. Me molestaba que me gustaras a pesar de todo lo que había pasado, pero ya eso pasó, conocí a alguien más.

Entre mis dedos aún sostengo el césped con fuerza. Aún siento una lágrimas traicioneras caer por mis mejillas, aún mi respiración está acelerada, pero cada palabra que sale de mi boca es cierta, sin pensarlas mucho, sin analizar su peso, simplemente digo la verdad.

>>Pasé mucho tiempo huyendo de mi realidad, tratando de contener ese sentimiento que llevaba dentro y el hecho de verte aquí me ha sacado todo lo que me ha hecho daño durante tanto tiempo. No puedo creer que a mis diecisiete años pueda tener tantos sentimientos negativos hacia mí mismo.

El parque está en silencio, solo se escuchan las hojas que bailan con la suave brisa nocturna y nuestras respiraciones agitadas que cada vez se vuelven más calmadas. Unos minutos después me levanto y Jeremy hacerlo mismo, en su cara aún se dibuja la preocupación.

—¿Estás bien? —me pregunta como si se sintiera culpable por todo lo que ocurrió.

Quiero decir que todo estará bien, que no tiene porqué sentirse así, pero mis sentimientos negativos no me lo permiten.

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