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Jungkook me tomo en sus brazos y me llevo hasta su habitación, me tiro sobre la cama y se lanzó sobre mi. Estaba tan excitado que podría haberme corrido ahí mismo, esto era algo que nunca había vivido, era mi primera vez con un chico y no estaba nervioso sino deseoso de que lo hiciera, lo deseo desde el día en que lo conocí.

- Eres un chico muy malo sabías? - me susurro en el oído mientras sostenía mis manos a ambos lados de mi cabeza.

Yo intentaba moverme para sentir su erección junto a la mía, pero él no me dejaba, levantaba la pelvis cada vez que yo me movía.

- Me haces enojar mucho - me miro serio, apretó mis manos para luego besarme suavemente - Eres un chico muy malo, y sabes que le pasa a los chicos que me hacen enojar? - negué rápidamente con la cabeza.

- Los castigo - me dijo con una sonrisa malvada - te voy a castigar tan duro que no vas a ser el mismo -

- S-si castigame - dije casi desesperado, mi entrepierna dolía y pedía a gritos ser liberada - soy un chico muy malo agh.... Castigame por favor - suplique a lo que él río.

Se prendió de mi cuello como una garrapata, comenzó a bajar sus manos por mis brazos para luego pasarlas por mi pecho y depositarlas en mis caderas, y ahí nuestras erecciones ocultas bajo la ropa se encontraron en un roce exquisito. Mi respiración comenzó a agitarse, él no dejaba de besar mi cuello, iba de un lado a otro mordiendo y basándose cada centimetro de este. Metió sus manos bajo mi camiseta y masajeo mis pezones, gemi de palcer, se sentía tan bien, sus manos estaban tibias y comenzaban a calentarse de a poco. Con algo de temor, enrrede mis dedos entre su cabello mientras nuestros labios batallavan por el control, abrí un poco la boca para dejar pasar su lengua y que se encontrará con la mía.
Me quito la chaqueta de forma veloz, yo ni siquiera podía reaccionar a lo que estaba pasando. Cerré los ojos y todas nuestras ropas fueron a parar al piso, ya no había vuelta atrás, estábamos tan calientes que ninguno se arrepentiria. Se levantó, me asusté, no podía creer que me dejará así, después de todo lo que me había echo, terminaría?.

- Acomodate hacia el lado de las almohadas - me dijo sosteniendo un pequeño tarro color rosa.

Coloco el líquido en la palma de su mano izquierda y mojo tres dedos de la mano derecha con este. Se subió sobre y abrió mis piernas de par en par.

- Estás listo? - pregunto con una sonrisa malvada.

- Que? -

Abrí mis ojos como platos cuando metió uno de sus dedos en mi entrada, lo movía rápidamente haciéndome enloquecer. Luego fueron dos, hasta que metió los tres dedos en mi.

- Agh.... Jungkook - gemía sin parar, aquello era como estar en cielo.

- Relájate, estás muy tenso - susurro en mi oído.

Aunque aquello era la gloria, lo que venía me tenía algo nervioso, dicen que es muy doloroso.
Al cabo de unos quince minutos, por qué si fue más o menos el tiempo que duró, saco sus dedos y estiró su cuerpo hasta la mesita de noche.

- Que haces? - le dije sosteniendo sus brazo.

- Busco un preservativo - me dijo serio y algo molesto por mi intromisión.

- No era lo que tenía pensado - lo solté y me deje caer en la cama, toda mi emoción se esfumo.

- Quieres que te llene enserio? - comenzó a reír.

- S-si...  - que vergüenza.

- Está bien - se acomodo nuevamente sobre mi.

Sonreí como un tonto mientras él me besaba, me distrajo con sus besos y caricias, sus manos eran tan suaves y sus labios húmedos y calientes.

La Apuesta - Kookmin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora