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Narra Jungkook

Caminaba por el pasillo del colegio como todos los días, ya no me importaba escuchar las burlas de los estúpidos que se creían saber todo de la vida, menos me importaba la vida si no podía estar con mi pequeño mochi.

Intenté ir a verlo cada día desde el accidente pero Yoon Gi no me a dejado pasar y siempre nos peleamos así que termino yéndome solo.

Menos me importaba la existencia de las personas después del escándalo que armo Yeeun en mi casa, fue con su padre a insultarme y decirme que soy un chico insano, le confesé a mi padre mi homosexualidad y le dije que estaba enamorado y que no me importaba una mierda Yeeun y su familia. Mi padre se enfado conmigo como era de esperarse, pero no por ser gay sino por haber jugado con los sentimientos de la chica.

- Por qué no me lo dijiste? - me decía - Por qué no confíaste en mi? Yo te hubiera apoyado -

- Me apoyas ahora? - le pregunte entre lágrimas - Por qué no se que hacer -

Un abrazo fue lo que recibí pero su apoyo no era suficiente para mi, yo quería estar con Jimin, quería saber como estaba, si necesitaba algo, si él me necesitaba a mí o si en este momento me odiaba con toda su alma. Se que fue mi culpa lo que pasó y no se como remediarlo.

Mis amigos intentaban consolarme, se que Jin fue a verlo y me dijo que estaba bien pero no era suficiente para mi, yo seguiría intentadolo día tras día hasta poder verlo.

Subí al azotea del colegio a respirar un poco de aire fresco y alejarme de los inadaptados que concurre a esta institución, me senté en el suelo y cerré los ojos imaginando las veces que había estado ahí con Jimin, las veces que lo he besado, las veces que lo acaricie y le hice el amor. Realmente estaba muy enamorado y fui un idiota por no habérselo dicho antes, ahora no sé si podré decirselo algún día, tal vez ni siquiera recuerde que se lo dije. Me lamente cada segundo de mi vida pensando en todo lo estúpido que había sido, cuando desperté de mi larga siesta, como todos los días, me levante y me fui directo a hospital.

- Que haces aquí idiota? Te dije que no vinieras más ¿que parte no entiendes? - exclamó YoonGi en medio del pasillo.

Él me recibía como ya era costumbre pero hoy había decidido cambiar la estrategia y si tenía que suplicarle y arrodillarme lo haría.

- Por favor YoonGi, solo serán cinco minutos nada más, solo quiero saber como está por favor - supliqué.

- No, no, no entiendes, él está bien y no te necesita, vete!!! - empezó a gritarme, todo esto ya era rutina.

- Por favor YoonGi, te lo suplico - empece a llorar.

- No te hagas la víctima conmigo, a ti no te importa mi hermano, tu solo quieres lavar tus culpas - ya estaba armando un escándalo pero yo me mantuve, no dejaría que me corrieran otra vez.

- Que esta pasando aquí? - dijo su padre saliendo de la habitación.

- Este idiota es el culpable de lo que le pasó a Jimin y no se quiere ir - dijo Yoon Gi señalandome de forma acusatoria.

- Por favor señor solo serán cinco minutos nada más - le supliqué esperando que él si me dejara entrar.

- Como es tu nombre? - pregunto calmando a su hijo.

- Soy Jungkook señor - hice una reverencia mostrando mi respeto hacia él.

- Papá por su culpa Jimin tuvo el accidente, no permitiré que lo vea - reprocho Yoon Gi

- Por favor señor las cosas no son así, yo solo quiero saber si Jimin esta bien, por favor - continue suplicando.

- Lo siento chico - suspiro pesado - si mi hijo no confía en ti yo tampoco puedo hacerlo, lo siento, por favor vete -

Baje la cabeza y gire sobre mis pies, ya había perdido todas las esperanzas que tenía, tal vez cuando salga del hospital y vuelva al colegio podré hablar con él y explicarle que si intente verlo y no me dejaron.

Me dirigí a mí casa exhausto de tanto llorar, allí me esperaba Jin con una bolsa de comida china, en realidad no tenia hambre. Entramos a mi apartamento y él se fue a la cocina a preparar todo, yo me quedé parado en la sala observando la noche que se asomaba por mi ventana.

- Aquí tienes - me extendió una taza de café y dejo los platos sobre la pequeña mesa.

- No quiero nada de eso Jin - seguí observando la ventana.

- Por favor Jungkook tienes que comer, ¿que vas a hacer cuando vuelvas a verlo y él vea que estás horrible de feo? Ya no va a quererte - me decía Jin haciendo el intento de consolarme.

- No quiero Jin - dije llorando - yo lo necesito a él, él es mi razón de ser, mi todo, quiero que me dejen verlo - me senté en el sillón y metí mi cabeza entre mis rodillas para ahogar mi llanto.

- Oh Kooki - acaricio mi cabello - nunca te había visto así me preocupas - suspiro.

Esa noche Jin se quedó a mi lado consolandome, llore hasta que mis ojos se secaron y ya no tuve más lágrimas. Mi padre vino a la mañana siguiente y se sorprendió al ver la escena en mi casa. ¿Por qué el mundo se empeña en fastidiarme?, mi señor amoroso padre empezó a regañarme, Jin intento escusarme con él pero fue en vano. Yo me escape literalmente al baño, abrí la ducha y dejé de escuchar a todo el mundo, necesitaba una solución para ver a Jimin, tenía que hacer algo.

El agua caía sobre mi rostro y cerré los ojos intentando pensar en algo, de pronto se me prendió la lamparita y recordé el estúpido libro, MoonBin, de seguro él me ayudaría. Salí corriendo de la ducha y me vestí super rápido, en la sala estaban mi papá y Jin esperándome pero ni siquiera los miré y me fui al colegio.

Llegue desesperado buscando al idiota de MoonBin pero no lo encontraba en ningún lado. Pregunte por todos lados hasta que di con él.

- MoonBin? - me acerque a él lentamente, aveces la gente se sentía amenazada por mi.

- J-jungkook, en que te puedo ayudar? - pregunto algo nervioso ¿que le ve Jimin dios mio?

- Necesito tu ayuda - dije aparentando los dientes, imaginen yo pidiendo ayuda - ¿tienes el número nuevo de Jimin? Lo necesito - ya, lo dije.

- Lo siento, no puedo dártelo - miro al suelo y jugo con sus pies.

Me acerque y él se asusto echándose para atrás, me arrodilla frente a él y empecé a suplicar - por favor bini lo necesito, se que tu puedes ayudarme por favor - empece a llorar como una nena, que patético soy.

- Si tu me ayudas yo te ayudo - se cruzo de brazos, él tenía el poder.

- Lo que sea, solo dime y yo lo hago - me puse de pie.

- Ayúdame a que esos chicos dejen de molestarnos - señaló a Zico y sus amigos.

- Si, si yo lo arreglo - asentí.

- Esta bien - y así conseguí al fin el número de Jimin - gracias, gracias gracias - lo abrace feliz.

Me acerque a Zico que estaba allí cerca y susurre algunas cosas en su oído, esto me costaría caro pero haría todo por Jimin.

La Apuesta - Kookmin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora