Capitulo 16.
23:15 pm. De 2014.
A un lado de la ventana vi el peluche que Zayn habia sacado para mi, y alrededor de su cuello pequeño, se encontraba la cadenita con la zeta grabada. Me la habia quitado cuando me desepcionó. El golpe se escuchó de nuevo, y estaba él ahi. Zayn con ojos rojos, y mirada cansada.
Fui hasta alli, abrí la ventana y lo dejé entrar.
Se mantenia callado, no se limitaba a decirme nada. Hasta que el silencio se esfumó.
— Vine a cuidar tus sueños — me dijo poniendo una de sus manos en mi mejilla, un calor me vino al instante en ellas.
— Zayn...no creo que sea buena idea. — tomé su mano para alejarla y él entrelazó su mano con la mia.
— Esta bien, pero dejame decirte que lamento todo. — se acercó a mi y depositó un beso en mi mejilla.
— ¿Por qué insistes tanto en que te perdone?
— Por que te quiero _________________. — me sobresalté, habia dicho esa palabra. Lo abrazaria, lo besaria, todo en este momento. Pero me contuve, aún no era capaz de perdonarlo.
— De acuerdo... — dije abriendo mi ventana — Solo dame tiempo para volver a confiar en ti Zayn. — él asintió — Estas perdonado, pero no significa que estemos juntos o algo por el estilo — sonrió.
— Mientras que te tenga a mi lado, estaré feliz. — involuntariamente sonreí, él igual.
Salió por la ventana. La cerré, cuando se dió la vuelta susurré «Adios Zayn, también te quiero». Él se paró, giró y me dedicó una sonrisa radiante. ¿Me habrá escuchado? Luego se fué de alli, y cubrí el vidrio con las cortinas. No entendia por que me costaba...pero creo que él dice la verdad. ¿Y si sigo el consejo de Harry?
Odio estar confundida, un momento ¿No estaré enamorada de Zayn? No, no y no. Eso seria estúpido, no podria estar enamorada de alguien a quien solo le importa lo que él siente. Pero cuando pronuncio esa palabra siento que me falta el aire, y tengo que suspirar por eso.
Creo...creo que...
— _________________, te traje tu computadora y tu telefono. Ya no estas castigada — habló Frany entrando a mi habitación, yo agarré mis cosas.
— Gracias, pero porfavor la próxima vez toca la puerta — le dije y ella asintió sonriente — ¿Cómo qué ya no estoy castigada?
— Le dije a tu padre, que las cosas no se arreglan peliandose y castigandote. ¿Por qué no aflojas con él? — es increible como ejerce el poder de controlar las decisiones de Dante, digo...mi padre.
Asentí, la agarré de los hombros la llevé afuera del cuarto y cerré la puerta. Como si tuviera ganas de escuchar sermones justo de ella.
Recibo una llamada en mi telefono de Mercedes.
— ¡Hola _____________!
— Hola Mecha — sonrei aunque ella no lo pudiera ver.
— ¿Me acompañas a pasear a mi bebé?
— ¿A tú bebé?
— Si, a Ice Cream. — me rei.
— Okey, ven a buscarme entonces.
— Bien, te manda languetasos.
— ¿Eh? — dije haciendo una mueca rara.
— Si, en vez de "besos", es "languetasos"... porque es un perro. — segundos de silencio.
— Ahá... estás loca.
— Pero me amas.
— No.
— Que sí.
— Que no.
— Ya, ya claro.
— Obvio que si.
— ¿Ves?
— Si si. ¿Y vos?
— Ya sabes.
— No.
— ¡Te amo! Bueno, te cuelgo y vamos. — cortó y yo me rei.
Tomé mi bolso, unas gafas por el sol y salí. Ahi me encontré a Mecha con el bicho a su lado.
— No lo mires asi, ¡Que no es un bicho ____________!
La mire feo, y rei. Ella sonreia, juntas empezamos a hablar de todo. Y el bicho, digo; el perro iba contento moviendo su cola para distintas direcciones.
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