XIV. Desorientado

118 21 20
                                        



Mi cuerpo está entumecido y no es para menos, estar toda la noche durmiendo sobre otro cuerpo inerte es algo... incómodo.



Bajo completamente de la camilla y veo que la cabeza de Frank ha caído a un costado, casi como si se hubiese despertado... como en mis sueños.



- Lamento dormir sobre ti amor... lamento todo esto...



Salgo rápidamente de la habitación y rápidamente también, llegó a donde vivo.



La mañana se pasa lenta... como todo últimamente. Me he dado cuenta de que sin Frank, la vida carece de sentido, de color, de esencia. A menudo me pregunto si lo que he hecho hasta ahora es lo que tenía que hacer... a veces dudo de mi decisión y otras más, dudo de la poca cordura que me queda...



- ¿Cómo crees que hubiera sido nuestra pequeña Victoria?... - el silencio es mi respuesta. El tranquilo vaivén de su pecho, mi consuelo. - ¿no te cansas de esto?... Yo... yo estoy cansandome...




***



- ¿Todo esta bien? - la voz aterciopelada de mi hermano a lo lejos, me hace reaccionar. El teléfono apoyado en mi hombro, cigarrillo en mano. Estoy sentado en el afeizar de mi ventana, con los pies colgando hacia dentro...



- Estoy... estoy tan cansado Mikey... tan, pero tan cansado... a ratos... solo quiero dejarme caer- abro mis brazos y mi cuerpo oscila- todo sería tan fácil si simplemente me dejase caer.



- No hagas nada estúpido Gee, te sigo hasta el mismo infierno solo para patearte el trasero. Frank te ama, cuando despierte será como antes, ya lo verás.



- Nada nunca será como antes hermano, nada. Jamás.



Cuelgo el teléfono en el instante. Mi cigarro se ha consumido, por lo que enciendo otro de inmediato.


El cielo está estrellado y me detengo a contar cada una de las estrellas...


Sería tan fácil...


Simplemente abrir los brazos y volar...


Dejar todo atrás y olvidar...



- Es solo que estoy tan cansado Frank...



***



- ¿Qué te sucede? - Bert me mira con extrañeza. Su mano acariciando con parsimonia mi cabello.

Estamos recostados en el pasto en pleno receso, la escuela entera ha comenzado a hablar sobre nuestro romance... que no existe. Pero ya no importa, ya no me importa nada.



- Por quinta vez, no me sucede nada Berti, solo estoy... tranquilo.

- En primer lugar, no soy Berti, jamás me habías dicho así, en segundo lugar, esto- me toma el cabello y luego lo suelta - jamas había sucedido contigo tan tranquilo y en tercer lugar... estas demasiado... triste.



Le sonrio sin ganas, como llevo haciéndolo a todos en esta semana. No es el primero que me lo dice, todos llevan diciéndome lo y a todos les digo lo mismo.

- Estoy bien... lo prometo.



Y una vez más... miento.

No solo le miento a ellos, también me miento a mi mismo, diciendome, constantemente, que estoy bien, buscando en el espejo una aprobación, un cambio, una luz...



Esto va a terminar matando me... si Frank no despierta... esto me matará.



***



Los pasillos del lugar son fríos y sin color, jamas me había fijado en eso. Quizás lo dije alguna vez, quizás no. No se nada. Diviso en una esquina a Patrick, quien sonríe radiante. Me molesta.

Small BumpDonde viven las historias. Descúbrelo ahora