El tintineo de unas llaves lo hace despertar sobresaltado.
"mierda, mierda, ¿qué hora es?"
Busca su teléfono con desesperación. Se sienta con dolor en la cama y quita de su frente y ojos su cabello castaño, que ya esta un poco largo.
Las 18.30.
¡Mierda!
Observa el cuerpo inerte a su lado. Su espalda sube y baja un poco indicando la acompasada respiración de la que es protagonista su... pareja.
Porque eran pareja ¿cierto?
Ay... ¿qué mierda eran?
Mueve su cabeza con rapidez, consciente de que no tiene tiempo para comerse la cabeza buscando una respuesta que duda obtener y comienza a moverlo con un poco de brusquedad.
- Anda... despierta...- nada. El chico a su lado se remueve incomodo, intentando alejar el sueño post coital del que es presa. - mierda, cariño, arriba... anda.
El chico a su lado suelta una especie de ronroneo y de pronto, se siente presa de los ojos más azules que ha visto jamás. Suprime el suspiro de amor que amenaza por arrancársele de la boca, del fondo de su estómago, pero no puede... no tienen ese tipo de relación... ¿o sí?, ¿Qué relación tienen?... si sigue por ahí, perderá el tiempo que no tienen y seguramente terminará deprimido antes de siquiera darse cuenta.
- Hola gatito, - suena a ronroneo, sabe que es un ronroneo y quizás, en otras circunstancias o si estuviera en otro lugar, habría saltado a sus brazos y habría rogado por otra ronda, la habría empezado, de hecho, pero los pesados pasos que se escuchan por el pasillo le crispan los nervios.
- Tienes que levantarte, nos quedamos dormidos. - lo mira apremiante y se levanta, así tal cual como dios lo trajo al mundo y camina a su armario, rebusca entre sus cajones ropa interior. Se la coloca y coloca también un pantalón de buzo. Sabe que debería asearse, pero no puede salir de la habitación oliendo a sexo, con su cara y cuerpo gritando que ha tenido el mejor sexo de su corta existencia. Se gira y observa al muchacho, ya hombre, que se encuentra en su cama. Solo es la sabana la que cubre su desnudez, de la cintura para abajo y se pierde en sus abdominales y esos oblicuos... esos oblicuos que ama besar, el hueso de la cadera tiene una marca roja que será violácea con el paso de las horas, su marca.
- ¿Cuál es la prisa? - le sonríe de lado y mierda, necesita que deje de hacer eso, porque es un chico hormonal de 16 años y no sabe si podrá evitar mandar todo a la Conchinchina e ir a refugiarse a sus brazos.
- La prisa es que mi padre llego y si nos pilla en la cama y no "estudiando" se armará una grande y no quiero que te maten, profesor. - realiza las comillas con sus dedos y su tono es desesperado. Hace un gesto de guardar silencio cuando escucha como los pasos se detienen en su puerta. El sudor frio le corre por la espalda, aguanta la respiración y le ruega al otro, con los ojos que guarde silencio. Mierda, deberían haber puesto música, ¿en que pensaba?... cierto, no pensaba.
- Miles...- Dice una vez que los pasos reanudan su marcha. Miles se gira y ve como el otro lo observa con burla. El tono empleado molesta al mas pequeño.
- Aidan, apura y vístete. Ahora.
El chico en cuestión suelta de nueva cuenta una risa pequeña, pero se pone de pie y comienza a recolectar su ropa, que esta desperdigada por toda la habitación del menor.
***
- Quiero matarlo. Quiero matarlo y sacarle cada uno de sus órganos y cocinarlos y dárselos a los perros. - Gerard suprime una carcajada. Lo observa mientras va y viene en la habitación. Sabe que parece un león enjaulado y que muy probablemente está echando humo por lo oídos, la nariz, por la boca e incluso quiere pensar, que de sus ojos sale fuego.
ESTÁS LEYENDO
Small Bump
FanfictionJoven, con un futuro por delante, arruina todo en una noche. Todo giro nos cambia la vida.