XXV. Another Love.

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Frank y Jamia discuten... otra vez.

En realidad, y para no variar, es solo Jamia la que grita como posesa.

La odio.

Mas de lo que lo hacía ayer, menos de lo que lo haré mañana.

La muy hija de su madre ha aprovechado que no están los padres de Frank para venir a gritarle cada dos por tres. Agradezco a Dios que no esté lanzando cosas de nuevo... aunque presiento que ya no hay nada que pueda quebrar o romper de esa habitación.

Me coloco la almohada sobre la cabeza, para amortiguar el sonido de los gritos tan molestos de Jamia y para, también, detenerme de ir a meterme allá y sacarla de esta casa a patadas.

Después de mi colapso nervioso y de que, con Frank compartiéramos una cena en armonía, las cosas volvieron a ser como eran.

Frank rehúye mi mirada, evita tener algún contacto conmigo y se la pasa mucho con Jamia o encerrado en su habitación, estudiando.

- ¿Por qué le pones tanto maldito empeño a tus estudios?, es ilógico... nuestros padres pueden mantenernos, no le veo razón alguna a esto- escucho a Jamia gritar. Es el mismo tema repitiéndose una y otra vez. En vez de apoyarlo y de sentirse orgullosa de que está haciendo bien las cosas... yo me siento orgulloso... yo... mierda, yo no formo parte de esa ecuación, me salí solito de ahí.

Me levanto y, como buen espía ninja que soy, me coloco detrás de la puerta. ¿por qué no cerraran la puerta estos hijos de la gran vida?

- Quiero darle el mejor futuro que pueda a mi hijo, por mí, por mis propias manos... ¿no te parece bien? - la voz de Frank suena tan falta de emoción. Me da pena ver en lo que se ha convertido. En lo que lo hemos convertido con Jamia, porque sí, yo y mis acciones tenemos tanto que ver con esto.

- Como sea...- la escucho respirar agitada y luego veo como se tira- literalmente- a la cama. Esta mujer tiene 0 cuidado con su embarazo. - ¿qué nombres te gustan para ponerle al mocoso? Si es niña me encantaría que se llamara Afrodita o quizás Esmeralda, también me gusta Brillito o Brit o quizás podríamos ponerle Canadá- se ríe de sí misma. No veo a Frank, pero me imagino su cara, ceja levantada... igual que yo ahora.

- Lily me gusta... o Cherry...

- Una mierda tus nombres, son como el de los hijos de nuestra servidumbre Frankie. ¡Ya se!, pongámosle Victoria, ¿ese si te gusta no? Después de todo, tu bastarda hija iba a...

- ¡Cállate de una puta vez, mierda! - el grito de Frank corta las palabras de Jamia. Es primera vez que lo escucho gritar. - deja de molestarme, maldición. Metete conmigo, di lo que quieras de mí, pero a mi hija me la dejas en paz, porque si sigues por ahí te ira mal Jamia. - veo el rostro de Jamia, esta que monta en cólera, abre la boca para replicar, pero Frank vuelve a cortarla- si sigues por ahí, te aseguro que me va a importar una mierda que pase contigo y con mi hijo, ya arreglaremos con los abogados, no hay matrimonio, no habrá absolutamente nada. – "no debería haberlo de todas formas, idiota" pienso, pero ¿qué saco?

- Está bien... ay, que serio, era una broma- se mira las uñas que están perfectamente pintadas y retoma- ¿y si es niño?... sí es niño quiero que se llame igual que tú... o podríamos ponerle Iker o Mustafá...

- Miles...- casi gruñe Frank.

- Ese no, es feo. Ay, ya, no sirves para esto. Me voy, me aburres...- veo que se pone de pie y echo a correr de nuevo de vuelta a mi habitación.

Small BumpDonde viven las historias. Descúbrelo ahora