XVIII. Por fin... Mikey.

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Me miro al espejo un tanto atormentado.

¿Qué diablos estás HACIENDO Gerard Way?

Jamás he sido de los que juegan a las dos puntas, pero heme aquí, a 3 días de cumplir 17 y teniendo un novio que se desvive por mí, que se preocupa por mí que, estoy seguro, daría la vida por mí y en las noches, teniendo al amor de mi vida colándose a mi habitación y ayudándome a desordenar la cama... es él quien tiene mi corazón en sus manos, con el que tengo una historia digna del Oscar al mejor guion dramático, con el que casi tuve un bebé, el hombre que olvidó todo y ahora, en este mismo momento, siendo domingo, se encuentra en la sala agarrando a su perfecta novia de la cintura mientras ven una película.

Recapitulemos.

Hace una semana atrás di la maravillosa noticia de que Robert y yo estábamos en una relación, Frank se enojó y después de gritarnos mucho, follamos como conejos en celo.

Fin.

Mátenme ya, por favor...

Y así ha sido desde ese día.

Cada uno se despide de su respectiva pareja y luego, en cualquier rincón de esta gran mansión, terminó empotrado contra algo, pidiendo más, exigiendo más.

No pensé que sería así, pero... mi parte egoísta no quiere dejarlo, porque, aunque solo pueda tener esto de Frank, lo quiero.

Solo quiero ser visto por él, tocado por él, pertenecerle a él.

Salgo del baño y camino hacia mi habitación de arte. Bajo las escaleras y paso por la sala de cine, en donde se reproduce una de las tantas películas de los vengadores, pero la parejita no le está prestando atención. Puedo ver como el brazo de Jamia se mueve con ritmo y veo también a Frank tirar la cabeza hacia atrás y sisear.

Mierda.

Ahí va un trozo de corazón.

Ojalá le cayera en un ojo a la zorra esta.

Mierda y más mierda. ¿Por qué, oh, dios bendito, tuve que mirar?

Soy un asco.

Entro y cierro la gran puerta de un golpe. Que escuchen, no me importa.

Tengo rabia y pena y siento que en cualquier momento me pondré a gritar o a llorar o ambas, así que antes de que eso ocurra, me siento frente al piano y comienzo a tocar para botar mi frustración.

Tecla por tecla, la melodía va inundando el lugar y calmando mi corazón.

Cierro los ojos y me dejo guiar por aquella música que tengo en mi mente, intentando plasmarla y poder compartirla con el mundo.

Pero...

Lamentablemente....

Mi mundo es Frank.

Golpeó con fuerza el piano.

Ya no sé cómo seguir. Siendo sinceros, llegados a este punto y mirando hacia atrás, realmente no sé cómo seguir.

Estoy herido... y estoy haciendo daño... que es peor.

Mis manos comienzan a moverse solas sobre el teclado.

La melodía de aquella canción que escuche por ahí hace algún tiempo atrás inunda mi hermosa habitación del arte.

"Somebody said you got a new friend

Does she love you better than I can?

Small BumpDonde viven las historias. Descúbrelo ahora