XXII. Robert...

112 17 56
                                    


Medio mes ha pasado desde que Frank decidiera contar que iba a casarse.

Y ha sido un tiempo muy extraño.

Primero y porque contra todo pronóstico... no me duele. Estoy como... anestesiado.

Resulta que después de la cena, Frank, Jamia, Linda y Cheech se encerraron en el estudio del ultimo y hubo muchos gritos, la mayoría de Cheech y Jamia y luego, solo silencio.

Así que al final... los Iero decidieron que Frank podía joder su vida como quisiera, total... ya estaba bastante jodida. Creo que no lo mandaron al carajo porque, en el fondo, no quieren volver a perderlo, después de todo casi se les murió.

Cuando se despidieron de mí, Jamia se acercó a abrazarme, por el apoyo o eso dijo y su perfume me produjo unas nauseas increíbles. Zorra.

Frank dijo algo sobre hablar conmigo, pero solo le di la espalda y me retire... no es como si quisiera que ahora fuéramos amigos... queme todos los puentes con Frank, por mí, puede irse al carajo.

O puede morirse, ya que estamos.

Lo segundo... es que engorde como un cerdo. Un gran, gran cerdo.

Creo que no estoy así de gordo desde los 13, cuando era una especie de gordo granudo...

Lo raro de todo esto es que mi gordura es extraña... es como... ¡Bah! Olvídalo Gerard...

En fin, con Bert nos hemos convertido en los mejores amigos. Hacemos todo juntos, pijamadas incluidas, pero ya no hay besos ni intenciones de Bert de acercarse más de lo debido. Y lo agradezco... quizás así debió ser desde un inicio.

O quizás debería haber llegado Bert a mi vida unos cuantos meses antes, antes que Frank, antes de burbujita.

Los viernes son de pijamadas, en su casa o la mía y generalmente hacemos vídeo llamada con mis amigos.

Me he vuelto un ojeroso y dormir se me ha hecho un deporte, pero dentro de todo, puedo decir que estoy bien. Sin contar los mareos constantes y los vómitos... y que estoy obeso mórbido...ya pedí hora con Rodrigo para un chequeo, ya paso de ser un malestar estomacal normal, estoy seguro de que mi gordura se debe a esto. Quizás Dios se apiado de mí y me dio un tumor estomacal cancerígeno terminal y me queda un mes de vida y me voy a morir por fin... Por favor.

Este viernes Bert se encuentra en un "campamento de Futbol", pero ambos sabemos bien que lo que fue a hacer Bert es de todo, menos entrenar, pero en consecuencia de su GRAN campamento me encuentro solo en nuestra pijamada. Clara ha preparado palomitas y estoy escogiendo alguna película para ver en el mini cine de esta casa. Me decido por "Megalodon" y cuando la película comienza a reproducirse, el olor a las palomitas me hace ir al baño a vomitar.

Eso es algo que ha pasado mucho este mes. El olor a dulce me marea hasta hacerme vomitar. El olor a cigarrillos también, especialmente el que queda impregnado en la gente luego de que fuma... demás está decir que no he podido volver a fumar y que hacer cualquier esfuerzo me cansa. Ya lo he dicho... el malestar estomacal ha evolucionado.

Definitivamente el de arriba me odia, salir de una neumonía y enfermarte del estómago no está nada, pero nada, bien.

Vuelvo a mi lugar en el sillón frente a la gran pantalla.

Me duermo en cuanto comienza la película.

Tengo un sueño muy extraño y despierto sobresaltado. Estoy todo sudado y los créditos se reproducen en la gran pantalla.

Me levanto con parsimonia, intentado encontrarle sentido a toda la mierda que soñé.

Camino hacia mi habitación y por el pasillo escucho una guitarra, solitaria. Proviene del fondo, donde se encuentra la habitación de Frank y aunque no quiera, la curiosidad me gana. Antes de siquiera darme cuenta me encuentro caminado hacia su puerta, que esta entreabierta.

Small BumpDonde viven las historias. Descúbrelo ahora