XXXIII. Bienvenidos.

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Abro los ojos con lentitud y observo 3 pares de ojos que me miran con confusión y preocupación.

Ray es el primero en lanzarse a mis brazos y llorar con fuerza. Pide disculpas por dejarme tanto tiempo solo y otras cosas mas que el llanto me imposibilita descifrar.

Linz solo sonríe, pero asiente a cada palabra que dice Ray, mientras las lágrimas caen copiosas de sus ojos y Tyler... el abogado se suelta la corbata y murmura algo sobre necesitar un trago y lo dramáticos que somos los adolescentes.

Se sienta en su escritorio y les explica a los chicos sobre lo mismo que me dijo a mí.

- Pero... hay algo que no entiendo- Ray no ha soltado mi mano en toda la explicación de Tyler. Estamos sentados en el sillón donde antes, estaba yo acostado, supongo que Tyler me recostó ahí cuando me desmaye. Linz está en la silla que antes ocupe- ¿Mikey no tiene fidecomiso?

- El de él le será entregado una vez termine la universidad. - se encoge de hombros. - no me mires así Gerard, yo ni entiendo en que pensaban tus padres...

- Nos dejaron con tantas deudas... este dinero pudo habernos ayudado tanto en su momento.

- Supongo que no pensaron que morirían pronto...- es todo lo que dice Tyler y luego de unas palabras más, me impulsa a tomar el cheque y me informa que, si me apuro, puedo cobrarlo hoy,

Salimos de la oficina luego de despedirnos y pedir, nuevamente disculpas, a un abogado que me imagino, jamás pensó en su vida tener que lidiar con algo así.

Tyler me informa que nos volveremos a ver, porque es, oficialmente, el abogado de mi familia, de por vida... algo sobre la amistad de nuestros viejos o yo que sé. La verdad siento tanta rabia por lo que ha ocurrido, porque siento que en parte mis padres fueron unos idiotas irresponsables y podrían habernos ayudado más, aunque ahora este dinero me venga como anillo al dedo.

Caminamos tomados de las manos los tres, yo al medio, como antes.

Los chicos me acompañan al banco y gracias al cielo, salimos luego de media hora con mi billetera bastante abultada.

- ¿Qué harás ahora? - Linz me mira con una de sus perfectas cejas alzadas.

- Necesito comprar otra cuna y algunas pinturas para decorar la habitación de mis pequeños... la verdad es que necesito comprar todo lo que los bebés necesitan, porque no tienen nada.

- Te acompañaremos, ¿cierto bruja? - Ray observa a Linz que asiente quedo, como si algo le molestara. Se acerca a mí y sin esperármelo, me besa suave en los labios.

- Lamento ser una drama Queen- es todo lo que dice, pero yo niego y sonrío.

- Yo lamento ser un idiota... he hecho mal las cosas, pero ahora... ahora haré las cosas bien, lo prometo. - ambos me miran impresionados.

- ¿hablaras con Frank? - es Ray quien formula la pregunta y por toda respuesta, yo asiento.

- Lo llamare esta noche y hablare con él. Merece saber y mis bebés merecen tener un padre que, estoy seguro, va a amarlos tanto como yo. Además... la única forma en la que se quedan tranquilos desde hace un mes es cuando coloco videos de Frank y escuchan su voz- me sonrojo y los chicos asienten como toda respuesta. - ellos lo aman incluso antes de conocerlo, no tengo corazón para alejarlos de él, independiente de lo que haya pasado entre nosotros.

Llegamos al centro comercial entre risas y una platica en la que ambos pretenden ponerme al corriente de todo lo que ha pasado este ultimo mes en el que no nos hemos visto ni por asomo. Se disculpan incontables veces y yo les informo la fecha de parto.

Small BumpDonde viven las historias. Descúbrelo ahora